McLaren cambió el panorama mundial en los años 90 con el lanzamiento del sensaciones e inigualable F1, una denominación que no le hace justicia, por mucho que haga referencia al Campeonato del Mundo de Fórmula 1. Desde entonces, cada lanzamiento que ha realizado la marca ha sido analizado con detenimiento, pues no debemos olvidar que el F1 es el primer coche “de calle” de la compañía británica y hacer algo tan fuera de lo común como primer producto, afecta, como cabe esperar, a todos los que vendrán después.
No obstante, es justo reconocer que aquel coche no estaba basado en las típicas reglas de los coches de producción, donde suele haber límites de presupuesto, obligaciones normativas –algunas reglamentaciones son diferentes para los vehículos de tirada limitada– y necesidades de producción que limitan determiandas acciones, como emplear recubrimientos de oro en el vano del motor. Por eso, aunque el resto de productos de McLaren no llegan al nivel del F1, tampoco se pueden considerar un paso atrás, ni mucho menos, más bien son un paso adelante, pues la producción en serie no es fácil para una compañía tan pequeña.
De todas formas, McLaren, por las características de su producción y el nivel de sus productos, se puede permitir ciertos deslices y algunos experimentos, ya que no habrá problema por venderlos. En realidad, cuando se presenta un coche fuera de lo normal suele ser por petición de algún cliente muy adinerado, que busca algo muy especial y único. Básicamente, lo ocurrió con el McLaren X1, un automóvil de diseño casi irrepetible, que apareció por petición de un cliente muy importante de Bahrein –no se publicó su nombre, pero se cree que era un individuo relacionado con el fondo soberano del país, Mumtalakat Holding Company, que había adquirido una participación mayoritaria en McLaren en 2007–.
El McLaren X1 es un coche diseñado bajo parámetros muy exigentes del propietario, quien tenía un presupuesto altísimo para invertir en el coche. Al parecer, fue diseñado y personalizado según “necesidades personales”, lo que hace volar la imaginación y pensar en la vida que debería llevar su comprador, pues estéticamente, el coche es realmente único, tanto para aquellos años como actualmente, más de 10 años después. No obstante, lo más sorprendente es que bajo esa carrocería, casi una nave espacial, hay un McLaren MP4-12C, el primer coche de producción de la firma tras el McLaren F1.
Del MP4-12C solo quedan el parabrisas, las ventanillas laterales y las puertas, el resto está creado específicamente y según se dijo en su momento, la inspiración se tomó de una los conceptos de estilo favoritos del clientes, todos ellos pertenecientes a los años 50 y 60 y creados por marcas como Mercedes, Facel Vega, Citroën, Buick y Chrysler. No cabe duda que hablamos de estilos muy particulares, cuyo resultado, podría haber sido un adefesio, uno de esos coches que son feos por mezclar demasiados estilos, pero el equipo de diseño de McLaren salió del entuerto de forma espectacular. y destaca por toda la parte trasera, que incluye ruedas carenadas por paneles electrohidráulicos que se podían mover hacia afuera y hacia arriba con solo tocar un botón.
Además, en McLaren no cayeron en el error de crear, simplemente, un coche llamativo, todo lo que se aplicó al diseño es totalmente funcional, incluso escondía un aerofreno rediseñado, así como una aerodinámica y una refrigeración totalmente estudiadas nuevamente, para adaptarlo todo al nuevo diseño. Por lo general, este tipo de creaciones acaba sus días en museo, de donde solo sale para eventos y concursos, pero aun así, los fabricantes se cuidan mucho de ofrecer un funcionamiento como corresponde a un automóvil capaz de alcanzar los 300 km/h.
En el caso el habitáculo, también se ha creado todo bajo exigencias del cliente. Todo lo básico, como salpicadero, paneles de las puertas, volante, pedales, consola central, asientos… todo se mantiene de origen, pero recibe un tratamiento específico. La tapicería ahora es un interesante tono rojizo, una mezcla entre granate y rojo y que cubre también parte de las puertas. El resto se completaba con cuero gris y negro, y fibra de carbono vista. Además, los asientos se cambiaron de posición y se colocaron más juntos para mejorar el reparto de pesos y para evitar la posición de conducción, ya que los pedales estaban un poco desplazados porque la rueda delantera invadía el habitáculo.
Tras el habitáculo, el motor V8 biturbo M838T, desarrollado por Ilmor y Ricardo, se mantenía intacto. Tenía un desplazamiento de 3.799 centímetros cúbicos, gestión electrónica Bosch ME17.8.3, intercooler y radiadores Visteon, y rendía 600 CV a 7.000 revoluciones y 600 Nm de par entre 3.000 y 6.500 revoluciones. Iba combinado con una caja de cambios de doble embrague fabricada por Graziano Transmissioni en Turín.
No se publicaron cifras del McLaren X1, pero es de esperar que fuera igual de veloz que el MP4-12C, con un 0 a 100 km/h en 3,3 segundos, velocidad máxima cercana a los 350 km/h y un peso total cerca de 1.400 kilos.
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