Pese a su aparente sencillo aspecto y pequeño tamaño, el McMurtry Speirling es un automóvil sencillamente brutal. No hay nada parecido sobre la tierra. Este prototipo eléctrico tiene un estilo más parecido al de un vehículo destinado a aparecer en una pantalla que en un circuito de carreras, que es lo que realmente ofrece. Un coche de competición cuyos creadores ya piensan en tratar de llevar a las carreteras abiertas.
El McMurtry es un vehículo meramente experimental. En el se han aplicado cuantas nuevas tecnologías en materia de automoción han sido capaces de introducir sus ingenieros. Todo con tal de proporcionar al coche la mayor velocidad y rendimiento sobre el asfalto posibles. Y lo demuestra con hechos. Porque a pesar de su aspecto de coche prácticamente de juguete, el McMurtry es un auténtico caza récords.
El McMurtry Speirling es capaz de acelerar de 0 a 100 en apenas 1,5 segundos
En 2021 ya batió sobradamente el récord de la subida al castillo de Goodwood con el expiloto Max Chilton a su volante. Fijó el crono en 39,08 segundos, rebajando el récord logrado en su día por el Volkswagen I.D.R en 0,82 centésimas, hasta dejarlo en 39,9 segundos. En el video adjunto se puede apreciar la endiablada velocidad del coche en su ascensión al castillo de la pradera de Goodwood.
Y en 2022 lo ha vuelto a hacer, esta vez estableciendo un brutal registro, únicamente al alcance de modelos ciertamente exclusivos y radicales, en la prueba de aceleración. Su 0 a 100 en apenas 1,5 segundos le sitúa al nivel del rendimiento que aportan los 1.500 CV de potencia que entrega el Bugatti Chiron. Pero mejor no anticiparnos y centrarnos en algunos detalles más de este modelo. El Spéirlin apenas es más grande que un VW Up! y con un peso por debajo de los 1.000 kg.
McMurtry Automotive es un pequeño estudio de ingeniería fundado en Gloucestershire (Reino Unido) en 2016 por Sir David McMurtry, un hombre de negocios e inventor irlandés apasionado por el mundo del automóvil que ha sabido rodearse de un pequeño pero poderoso y muy capacitado grupo de ingenieros con los que está investigando avanzadas tecnologías vinculadas a la industria automotriz para diseñar, construir y probar nuevos automóviles.
Su primer modelo es este Spéirling, palabra irlandesa que se traduce al español como “Tormenta eléctrica”, denominación que vistos los resultados le ajusta a la medida. Se trata de un pequeño deportivo 100 por cien eléctrico de 3,20 metros de largo por 1,70 de ancho y casi 1,1 m de alto. Su distancia entre ejes es de tan sólo 2 metros.
Con una carrocería monocasco elaborada íntegramente en carbono, a su interior, con capacidad únicamente para trasladar al piloto, se accede a través de una pequeña puerta de ala de gaviota y una poderosa caja lateral. Todo el chasis y la carrocería han sido elaborados expresamente para facilitar tanto la mayor carga aerodinámica como para favorecer la obtención del mayor rendimiento posible sobre la pista.
La aerodinámica es precisamente uno de los aspectos más llamativos que ofrece el diseño de Spéirling. Cuenta con numerosos canales abiertos que conducen los flujos hacia el alerón trasero de grandes proporciones.
En los bajos del coche y dispuestas por detrás de la cabina hay situadas dos poderosas turbinas eléctricas, unos curiosos ventiladores situados estratégicamente cuyo objetivo consiste en extraer el aire que fluye por debajo del coche y expulsarlo a través de las rejillas de ventilación dispuestas en la zona central y trasera, creando así una gran capacidad de succión que le permite generar mayor presión de contacto. Un sistema muy similar al utilizado por el superdeportivo T50 de Gordon Murray.
Cuando circula a baja velocidad, prácticamente en parado, el Spéirling genera ya una fuerte carga aerodinámica sobre su eje trasero, la cual se eleva hasta los 2.250 kg cuando lo hace a una velocidad de 250 km/h, más que suficiente para un coche que pesa poco menos de 1.000 kg. Los ventiladores producen en torno a 120 dB de un espectacular ruido a modo de zumbido que es lo que se percibe cuando el coche pasa a nuestro lado a toda velocidad.
Con todo ello el McMurtry genera una fuerza aerodinámica negativa que le proporciona un apoyo más de dos veces superior a la de su propio peso. Y lo hace no sólo pensando en la cantidad, sino también en la cantidad, puesto que luego la aprovecha incluso de una manera más efectiva de lo que lo hacen muchos de los desarrollos que vemos en la Fórmula 1.
Está calzado sobre llantas de aleación ligera de 19 pulgadas con neumáticos especiales en medida de 210/640 en el eje delantero y 240/640 en el trasero. Visibles a través del diseño de estas se perciben. Tanto las voluminosas pinzas de seis pistones como los amplios discos del sistema de frenado carbono cerámico que monta para garantizar unos extremos valores de frenado, acordes a las elevadas prestaciones del coche.
Por el momento, McMurtry no ha facilitado aún datos técnicos de los motores que componen su tren de transmisión eléctrico, pero muchos comentarios sitúan su entrega conjunta de potencia en torno a los 1000 CV. Tampoco han facilitado datos de su rendimiento, más allá de los que se han registrado con motivo de sus participaciones en Goodwood.
Pero con semejante potencial y en función del peso del coche, su capacidad de aceleración le permitiría situar la aguja en los 100 km/h partiendo desde parado en apenas 1,5 segundos y soportar aceleraciones laterales de hasta 3g en los pasos por curva, alcanzando una velocidad máxima de 300 km/h en menos de 9 segundos.
Para almacenar la energía necesaria para desplegar semejante potencial, su arquitectura también incluye una batería de 60 kWh de capacidad con la que el Spérling podría alcanzar rangos de autonomía de hasta 500 km y aguantar entre 60 y 80 minutos corriendo sobre las pistas de los circuitos, de ellos entre 30 y 60 km a máxima velocidad. La batería se puede recargar con una potencia máxima de carga de 600 kW gracias a que dispone de la tecnología de 800 voltios que también utilizan modelos como los Porsche Taycan o el Hyundai Ionic.
La batería, en forma de U, está integrada en una tina elaborada en carbono de alta resistencia para ofrecer una máxima protección
Tras del éxito alcanzado en sus respectivas participaciones en Goodwood y otros eventos similares, en McMurtry ya están trabajando en el desarrollo a partir del Spéirling de un modelo destinado a poder circular en carreteras convencionales abiertas al tráfico. Por el momento no hay fechas propuestas ni tampoco una aproximación de precio del futuro modelo.
Que ese es su propósito lo ponen de manifiesto la inclusión en el diseño del modelo de competición de elementos como el sistema de iluminación o el limpiaparabrisas, entre otros detalles. Esta versión evidentemente no contará con el despliegue aerodinámico que presenta la unidad de alto rendimiento ya mostrada.
Y aún está por ver si llegará o no a ser un biplaza. En principio no lo parece, puesto que entre los objetivos de McMurtry de cara al futuro de su producción está el “demostrar al mundo de la superioridad de los modelos de pequeño tamaño a la hora de ser más rápidos y llegar aún más lejos.
“Nuestra visión radical nos ha llevado a revolucionar nuestras ideas de lo que puede ser un automóvil y crear un vehículo como nada que el mundo haya visto jamás. Nos esforzamos constantemente por escapar de la sabiduría convencional e inventar nuevas soluciones innovadoras, tanto para la industria de los vehículos eléctricos como para el automovilismo. Aquí, el automóvil del futuro se encuentra con la emoción de la carrera”, explica McMurtry sobre su filosofía de marca en su página web.
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