Mega Track. Es posible que este nombre no te suene de nada, aunque si eres aficionado acérrimo seguro que ya sabrás de qué estamos hablando. Es posible que te suene más el nombre de Aixam, un fabricante de mal llamados “coches sin carnet” que tanto éxito tuvieron en su momento y tanto dieron que hablar por su mala construcción y su pésima estabilidad.
Pero eso no es lo que nos ocupa ahora, ahora vamos a hablar del Mega Track, un espectacular aparato que fabricó la mencionada empresa, Aixam, pero que no tiene nada que ver con sus cuadriciclos ligeros, esos “coches sin carnet” que poco se parecen al Mega Track. Sólo sirva como ejemplo que monta un bloque V12 en posición trasera central y cuenta con una altura libre al suelo de 32 centímetros. Es un monstruo digno de una baja.
Lo mejor del Mega Track estaba colocado en posición central trasera: un bloque V12 de origen Mercedes con 395 caballos
Corría el año 1992 y todavía no había explotado el auge de los SUV. El CEO de la empresa por aquel entonces, Georges Blain, quería dar un paso hacia delante y pasar de fabricar micro coches a “coches de verdad”. Pero Aixam no era la marca para ello, estaba muy ligada a los pequeños cuadriciclos ligeros, así que fundó la marca Mega. A partir de aquí, comenzaron los experimentos y los intentos por crear una gama de modelos.
La primera intentona fue el Mega Club, un coche con tracción delantera y tracción total, que era algo así como una especie de MINI Moke, tomando como base de partida la plataforma del Citroën AX. Llegó a ganar el Trofeo Andros en 1994 y se lía la manta a la cabeza, creando un vehículo espectacular, lejos, muy lejos de sus micro coches, que es precisamente nuestro protagonista: el Mega Track.
Puede que visto hoy, el concepto pueda cuadrar con las modas actuales y tenga algo de sentido, poco, pero mucho más que en 1996, cuando se lanzó al mercado. Entonces, lo más lógico habría sido un deportivo puramente de carretera, pero se decantaron por una combinación poco habitual, un todoterreno de altas prestaciones con motor central trasero, que además era un coche enorme.
Las medidas sorprendieron entonces y sorprenden ahora. El Mega Track mide 5,08 metros de largo, 2,2 metros de ancho y 1,40 metros de alto en configuración para asfalto y 1,50 metros en su configuración off road. La batalla es de 3,12 metros, una auténtica barbaridad, se podría aparcar un smart EQ fortwo entre los dos ejes y sobraría sitio (mide 2,69 metros de largo). Las vías, por su parte, llegan a 1,80 metros delante y 1,88 metros detrás.
El chasis estaba confeccionado con acero de alta resistencia, siendo uno de los primeros coches en emplear este material, mientras que la carrocería era un conjunto fabricado con fibra de vidrio reforzado con kevlar.
Cosas no que esperarías encontrar en un Aixam, obviamente, pero tampoco en muchos coches a mediados de los 90. El Mega Track era todo un atrevimiento y, por supuesto, un riesgo. No obstante, lo mejor del coche estaba colocado en posición central trasera, un bloque V12 de origen Mercedes con 5.987 centímetros cúbicos. Era el propulsor del Mercedes S600, el cual, anunciaba 395 CV y 570 Nm de par, que le permitían llegar a los 250 km/h limitados electrónicamente, completar el sprint desde parado en unos 6,5 segundos (es un dato estimado) y hacer el kilómetro con salida parada en 28 segundos.
Sólo se fabricaron cinco unidades y sus destinos no están muy claros. Al parecer, una de las unidades se matriculó en Viena (Austria) y otras dos en Rusia, mientras que las dos unidades restantes se quedaron en los talleres de Mega.
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