En pleno Siglo XXI nadie duda de la capacidad y las prestaciones de los coches actuales. La tecnología ha evolucionado de una manera vertiginosa permitiendo auténticas virguerías, aunque la técnica y el funcionamiento básico de cualquier automóvil sea igual desde hace décadas. Es muy llamativo que todavía hoy, más de 130 años después, sigamos consumiendo combustibles fósiles y usando motores de pistones así como ruedas llenas de aire.
Y todavía queda mucho tiempo para que esto cambie, pues los “neumáticos” sin aire siguen en desarrollo tras muchos años de trabajo (se usan en maquinaria pesada) y las tecnologías alternativas de propulsión necesitan más credibilidad. Seguiremos quemando combustibles fósiles durante unas décadas más mientras los eléctricos evolucionan, los vehículos movidos por hidrógeno van llegando, se buscan nuevas soluciones y se convence a los usuarios sobre lo acertado y beneficioso del cambio. Mucho trabajo, más del que parece…
Los automóviles con motor de combustión interna comenzaron su andadura en el muy lejano 1886, cuando Karl Benz patentó su vehículo motorizado, un triciclo con motor monocilíndrico denominado Benz Patent Wagen Nº3. Aquel vehículo dio paso a una locura casi sin igual que ha terminado hoy día como la empresa Daimler AG (antes Daimler-Benz).
Para todos aquellos que no lo sepan, Daimler AG es quien fabrica los Mercedes, unos coches con nombre de mujer de origen español que también tiene una historia digna de contarse, aunque este no será el caso. Si merece la pena recordar que para muchos, Mercedes fue quien inventó el automóvil e incluso la propia marca potencia y explota esa idea como una estrategia de marketing realmente buena. ¿De verdad habrá quien fabrique mejores coches que sus inventores?
Mercedes está considerada una de las mejores marcas de coches, sólo hay que preguntar a cualquiera, conocedor o no del mundo del automóvil, sobre que coche se compraría si su cuenta bancaria lo permitiera. Más del 60% (por poner una cifra representativa) dirán que un Mercedes o usarán la marca como referente. Y no es para menos después de una trayectoria donde sólo ha valido lo mejor de lo mejor. La imagen de la marca siempre ha sido tremendamente fuerte y valorada, aunque en España acabó asociada a gente mayor, una marca aburrida, sosa y sin chispa. Una sensación general que cambia mucho cuando se habla de las versiones AMG, aunque estas ya piden otro nivel de economía y por supuesto, de habilidades al volante.
Fácilmente, la mitad de los conductores con lo que uno se cruza por la carretera ignora las capacidades de los Mercedes AMG, de hecho es posible que ni siquiera sepan el significado de dichas letras así como su existencia. Por una parte es algo lógico si no te gustan los coches, además, AMG “sólo” tiene 50 años de historia. Una historia que comenzó por libre, de forma individual, cuando Hans-Werner Aufrecht y Erhard Melcher, fundaron la compañía y se dedicaron a preparar modelos de Mercedes para competición. Actualmente forma parte de Daimler AG y es la división responsable de los Mercedes de carreras y de las versiones más brutales de producción.
Se dice que el corazón de un AMG está en su motor y por eso, hemos querido recordar uno de esos motores (y todo lo que hay alrededor, obviamente) y conmemorar los más de 50 años de esas tres siglas, que hicieron de los aburridos Mercedes máquinas de infarto, extremadamente rápidas y potentes. Sin AMG, Mercedes hoy no tendría la misma imagen ni la misma consideración. AMG es uno de los baluartes de la marca alemana y su capacidad es tal, que no sólo motorizan a marcas como Pagani Automobili, sino que darán vida a los próximos Aston Martin.
De hecho, Pagani tiene mucho que ver con nuestro protagonista ya que su corazón, el motor, es prácticamente el mismo. Estamos hablando de uno de los propulsores más increíbles que han fabricado en la industria ya sea por sus prestaciones, su capacidad de empuje o incluso su sonido. Pensarás, cuando comencemos a desgranar a nuestro protagonista, que hay motores más espectaculares, pero nada más lejos de la realidad. El bloque M120 es uno de los propulsores más destacados de todos los que se han fabricado y que todavía, como hemos comentado antes, se siguen fabricando.
Para conocer la historia de este motor hay que viajar hasta 1999, justo al final de la vida comercial del Mercedes SL “R129”, uno de los modelos más emblemáticos de la marca. Por entonces, se comenzó la fabricación del Mercedes SL73 AMG, el considerado como ‘el canto del cisne’ del roadster alemán y uno de los descapotables más deseados del mundo. Sólo se hicieron 85 unidades para todo el mundo y sus 525 CV ahora puede parecer una cifra nada sorprendente, pero por entonces eran una barbaridad. Todavía hoy siguen siendo muchísimos caballos.
El Mercedes SL73 AMG está considerado como uno de los roadster más carismáticos y lujosos de la historia, así como uno de los mejores proyectos de AMG. Era un coche “fuera de serie” para el que era necesario partir de un Mercedes SL600 e invertir muchas horas en modificaciones en la planta de Affalterbach. Para ello, AMG pedía el equivalente a 50.000 euros, más los 125.000 que ya costaba el SL600 pues el proceso de adquisición requería hacerse con uno de estos últimos y solicitar la transformación.
Había muchos cambios obviamente, como unos frenos a la altura de las circunstancias, suspensiones específicas, un equipamiento desbordante… pero lo más importante era el motor. Este partía del V12 de 6 litros que usaban varios modelos de la marca, el cual se sometía a un trabajo importante. Los técnicos de AMG desmontaban el motor por completo, instalaban pistones de titanio forjados subiendo la cilindrada hasta los 7,3 litros y obligando a instalar refuerzos internos en el bloque. Se montaban nuevos árboles de leva así como una nueva línea de escape junto a otros cambios menores. El resultado era 525 CV a 5.500 rpm y 750 Nm a 4.000 rpm. La caja de cambios era la conocida automática de cinco relaciones de la marca, pero reforzada para la ocasión.
Refuerzos también se llevaron a cabo en chasis por su condición de descapotable, lo que hizo que el peso llegara a los 2.050 kg. Una cifra que no permitía que fuera especialmente ágil en curvas, pero en recta era un auténtico dragster con un 0 a 100 de 4,8 segundos y una punta, eliminando el limitador, de 298 km/h.
Hasta la llegada del Mercedes CL65 AMG, con el V12 biturbo de 612 CV, fue el Mercedes más potente de producción y es uno de los motores atmosféricos más poderosos de la historia. Ha llegado a alcanzar los 750 CV para animar al Pagani Huayra después de haber dado vida a uno de los deportivos más espectaculares de la historia: el Pagani Zonda.
Se cree que el sultán de Brunei compró 50 de las 85 unidades que además, fueron ligeramente potenciadas hasta los 565 CV. Incluso Brabus lanzó su respectiva versión de este propulsor pero con 582 CV (el Brabus SL 7.3S).
50 años dan para mucho y el Mercedes SL73 AMG es una muestra de ello. El resultado de su experiencia en medio siglo será el Mercedes-AMG Project One, un disparate de automóvil con más de 1.000 CV procedentes de un V6 con tecnología de Fórmula 1 y que se creará para celebrar el cumpleaños de la división deportiva de Mercedes.