En julio de 1954 se celebró el Gran Premio de Francia de Fórmula 1 en el extinto circuito semipermanente de Reims. En esa carrera de hace 70 años, Mercedes-Benz debutaba en la Fórmula 1 moderna y retornaba a los grandes premios por primera vez desde el año del estallido de la Segunda Guerra Mundial (1939). Hoy recordaremos el debut estelar de este modelo, así como su palmarés en su corto, pero laureado paso por el Gran Circo a mediados de los 50.
UN MODELO QUE LLEGÓ “TARDE”
Mercedes-Benz tuvo programado su retorno a los grandes premios en la temporada 1954 de Fórmula 1. Sin embargo, los germanos no llegaron a tiempo para la primera carrera del año en Argentina. No fue hasta la cuarta ronda del campeonato cuando hicieron debutar, al que es para muchos, uno de los monoplazas de fórmula 1 más exóticos de la Categoría Reina. Decimos exótico, porque Mercedes se presentó en Francia con un concepto muy peculiar. El Mercedes W196 era un monoplaza carenado, es decir, era un fórmula 1 con las ruedas cubiertas, algo que no se hacía, ni se hace, en el Mundial y que podía llegar a recordar más a un prototipo de Le Mans de la época que a un monoplaza de Gran Premio.
En ese Gran Premio de Francia disputado en Reims, Mercedes se inscribió con tres unidades del nuevo W196 carenado. La alineación de pilotos era casi 100% teutona. Tenían a Karl Kling y a Hans Hermann. Este último fue quien le dio en 1970 la primera victoria absoluta de Porsche en las 24h de Le Mans. El único extranjero que corría para la marca de Stuttgart era el argentino Juan Manuel Fangio. Hay que decir que el chueco lideraba el mundial. Consiguió ganar la prueba inaugural en casa y la siguiente en Spa-Francorchamps con un Maserati 250F. La tercera prueba era la Indy 500 y, lógicamente, no participaban los equipos europeos al tener un reglamento técnico completamente diferente al resto de la temporada.
EL DEBUT SOÑADO
El Circuito de Reims tenía una longitud de 8,3 kilómetros y tenía forma triangular. Con solo dos horquillas, curvas de velocidad media y dos rectas, era el escenario perfecto para la configuración carenada que tenía el W196. En su debut en la F1, Mercedes dominó de la misma forma que lo hicieron en la era de los Grandes Premios y en la era de Hamilton y Rosberg en la segunda década el Siglo XXI, con mano de hierro. Fangio consiguió la primera pole del equipo en su debut, mientras que Karl Kling ocupaba la segunda posición de salida. Hans Hermann fue séptimo. La carrera fue un paseo militar para Mercedes, salvo por Hans Hermann que, pese a lograr la primera vuelta rápida del equipo, no pudo completar las 61 vueltas de carrera por un fallo del motor. Fangio y Kling llegaron juntos a la meta en una foto que quedó para la historia. Lo más curioso de ese día fue el que quedó tercero, un Ferrari azul. El Ferrari del equipo privado francés Ecurie Rosier, con el francés Robert Manzon al volante, logró el tercer escalón del podio, quedando por delante de los Ferrari rojos oficiales, tal y como puede suceder en la actualidad con Márquez o Jorge Martín en MotoGP, cuando consiguen con sus ducatis privadas quedar por delante de las oficiales. En su primera carrera en la F1, Mercedes logró la pole, la vuelta rápida, la victoria y un doblete. Las Flechas de Plata retornaron a los Grandes Premios 15 años después y lo hicieron de la misma manera que antaño, dominando. Pero esto no era más que el principio.
DOS TÍTULOS EN DOS AÑOS
El resto del año fue fácil para Fangio. El argentino ganó con ese coche todas las carreras restantes de la temporada, salvo dos. Gran Bretaña, donde el circuito de Silverstone no beneficiaba al concepto carenado y la carrera final en Pedralbes, España. Por los problemas de Silverstone, presentaron otro concepto del W196 con las ruedas al descubierto, siendo este un diseño más convencional y parecido al resto de participantes. Por lo tanto, dependiendo de la configuración de cada circuito, utilizaban un tipo de coche u otro.
En 1954 tuvo lugar algo que no ha vuelto a suceder en la F1 moderna. Dos fabricantes ganaron el título de pilotos en el mismo año, ya que Fangio ganó las primeras dos carreras de la temporada con Maserati y el resto lo hizo con Mercedes. 1955 sería otro paseo tanto para Mercedes como para el argentino. Fangio ganó cuatro carreras de siete y se llevó su tercer título Mundial, mientras que Mercedes se llevó el segundo de pilotos. El actual campeonato de constructores no se crearía hasta 1958. Desgraciadamente, la tragedia de Le Mans de 1955, hizo que Mercedes se retirara de toda competición automovilística por respeto a las víctimas y se cortó de forma prematura el ciclo de este icónico bólido.
EL FÓRMULA 1 MÁS CARO JAMÁS SUBASTADO
Otro aspecto que hace único a esta Flecha Plateada es que se convirtió en el año 2013, en el Fórmula 1 más caro del mundo. En una subasta durante el Festival de la Velocidad de Goodwood, un coleccionista se llevó una unidad original de este modelo por 29,6 millones de dólares, que serían 27,6 millones de euros. En definitiva, este automóvil de competición lo tuvo todo: elegancia, velocidad, precisión, leyendas al volante, títulos y un valor incalculable.
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