Si te gustan los coches pasionales, seguro que has echado el ojo en alguna ocasión al Mazda MX-5. El roadster japonés es uno de esos coches que encandilan a los amantes de la conducción más pura desde año muchos años, hasta el punto de convertirse en el roadster más vendido del mundo. Aparecido en los años 80, el Miata, como se le conoce en otros mercados, se basaba en una receta muy sencilla: reinterpretar los míticos roadster ingleses en clave moderna, moderna de los años 80, obviamente. El resultado fue un éxito, no el balde, más de 30 años después, el concepto se mantiene con la misma fuerza en el catálogo de la marca. Y salvo información de última hora, no hay intención de jubilar al MX-5.
El concepto del MX-5 no es ni tampoco era nuevo en su momento, tomaba inspiración de algunos coches muy conocidos y populares en su momento, como el MG B. La Morris Garage –eso es lo que significa MG– es una compañía que se hizo famosa por sus descapotables de dos plazas y con un marcado talante deportivo. No obstante, conviene hacer un pequeño inciso justo aquí, porque el talante deportivo y la conducción deportiva, no tienen nada que ver con las prestaciones o la potencia de un motor, son cosas complementarias, pero no iguales. En esto los británicos son auténticos expertos, y por eso los descapotables biplaza son casi una tradición allí.
De hecho, el mismo MG B demuestra que la pasión por conducir un talante deportivo, no tienen nada que ver con las prestaciones, pero sí mucho con la conducción deportiva y con la pasión por conducir. De hecho, el MG B, hasta la llegada del Datsun 240Z y el mencionado Mazda MX-5, fue el coche deportivo más vendido del mundo, con 513.272 unidades, entre 1962 y 1980. Nótese que el periodo de producción fue especialmente largo, algo que hoy día solo ocurre con coches como el Lamborghini Aventador o similares, pero no con un coche de la categoría y el tamaño del MG B.
La Morris Garage concibió el B como reemplazo para el MG A, algo que podría resultar lógico por sus denominaciones, pero no lo es. El MG TF fue anterior a estos dos, por ejemplo, pues su primera iteración apareció en 1954 –luego, en los años 90, se lanzó otra edición del modelo para competir con el Miata japonés–. El MG B nació como un “coche deportivo para las masas”, con un motor de 1,8 litros capaz de rendir 95 CV, con el que alcanzaba los 160 km/h. Eran los años 60, eran unas prestaciones más que suficientes, pero nuevamente, hacemos hincapié en que un coche deportivo no necesita motores superpotentes, sino ofrecer una conducción deportiva y pasional.
Tanto el motor como la transmisión se compartía con otros modelos de producción en masa, lo que permitía que, además, fuera fácil de mantener y económico. El chasis, una evolución del empleado en el MG A, era muy sencillo, sin complicaciones, algo que ha permitido que muchas unidades lleguen hasta nuestros días. En 1967 se montó una nueva transmisión y en la década de los 70 se llevaron a cabo diferentes cambios, aunque siempre con la misma mentalidad: un talante deportivo, de forma económica y pasional.
El proyecto del MG B comenzó en 1958 y fue denominado “Project EX 214”. Lo más llamativo del modelo, en aquellos años, fue el empleo de una carrocería autoportante que, curiosamente, acabó con problemas leganes con Renault, quienes afirmaban que el MG B se parecía en exceso, en su parte delantera, a la del Renault Floride, presentado en 1959. Tenía, como rivales, al Alfa Romeo Giulia 1600, al FIAT 1600 S, el Sunbeam Alpine y al Triumph TR 4, muchos más roadster de los que se pueden encontrar actualmente en el mercado.
Hoy día, coches como el Mazda MX-5, lo más parecido al MG B, son una rareza. ¿Qué tenemos en el mercado? ¿El BMW Z4? Inicialmente buscaba el mismo concepto de roadster ligero y divertido de conducción, pero actualmente se encuentra bastante alejado de esa idea. ¿Audi TT Roadster? Además de haber dejado la producción –y no habrá reemplazo– no se basa en la misma idea de deportivo biplaza sin techo, de pequeño tamaño y propulsión. Mercedes hace años que no fabrica el SLK, que empezó, como el Z3, como una reinterpretación del clásico roadster deportivo y si queremos ampliar la lista, tendríamos que “tirar” de coches como el Morgan Plus Four, por ejemplo, pero ya nos vamos a un automóvil muy especial y exclusivo.
Los roadster no han sido nunca coches muy populares. No son prácticos, no son cómodos –por lo general– y con caros de adquirir. Sin embargo, ofrecen ese “algo” que muchos buscan, aunque ahora todo el mundo quiera un SUV incluso cuando se habla de coches deportivos. Son automóviles que antes, hace unos 50 años, eran especialmente populares y apreciados. No olvidemos que el Corvette, por poner un ejemplo, nació como réplica yankee a los afamados deportivos europeos.
Recibe cada semana una selección de nuestros mejores artículos suscribiéndote a nuestra newsletter.