Hoy reivindicamos el papel de la mujer en el mundo del motor descubriendo la historia detrás de Michéle Mouton, la francesa que hizo historia en el automovilismo, siendo la primera y de momento única mujer en ganar una prueba del campeonato mundial, gesta que realizó en cuatro ocasiones. Una gesta que le valió el apodo de “La Reina de la Velocidad”.
Michéle Mouton (Grasse, Francia, 23 de junio de 1951) revolucionó el mundo de los rallys rompiendo todos los esquemas vistos hasta el momento, argumentando que le sobraba capacidad y talento para medirse por igual a sus compañeros masculinos. Fue capaz de derrotar a los mejores pilotos del mundo, demostrando resistencia física, fuerza mental, nervios de acero y un sin fin de cualidades más, que la elevaron a la categoría de leyenda.
Pero ¿cómo fueron sus inicios en este mundo mayoritariamente masculino? Michéle comenzaba a conducir el Citroën 2CV de su padre por la Riviera francesa cuando tenía tan sólo catorce años, en lo que quizá era el presagio de un futuro ligado al mundo de los automóviles. En 1972, conoce a un joven piloto italiano llamado Jean Taibi, que la invita al Rallye de Córcega. Aunque esa primera vez tan sólo acudió como espectadora, en enero de 1973 se convertía en su copiloto, acompañándolo en el famoso Rallye de Montecarlo.
Así se inició una larga trayectoria deportiva en la que Michéle siempre destaca el fundamental apoyo de su padre. Consciente de su gran potencial, le compró su primer coche de carreras, un Alpine A110 y la patrocinó durante su primera temporada, para que pudiera hacer historia, y así fue.
En 1975 la compañía petrolera francesa Elf reconoció su talento y le ofreció su apoyo, introduciendo a Michele en el mundo de los rallys a nivel profesional. En esta época también hizo sus «pinitos» en los circuitos, y como parte de un equipo femenino, llevó el prototipo Moynet LM75 al primer puesto de su categoría en las 24 horas de Le Mans.
En 1977, firmó con Fiat para conducir su 131 Abarth, una bestia que, en sus propias palabras, «se manejaba como un camión grande, no como un automóvil». Incluso conduciendo un automóvil tan bruto, logró grandes resultados, incluyendo ganar el rally Tour de Francia.
El gran cambio llegó en 1981, cuando fue fichada por Audi para probar el nuevo modelo Audi Quattro Sport de Grupo 4 con su revolucionario sistema de tracción a las cuadro ruedas, para secundar a Hannu Mikkola en la búsqueda del título mundial. Mouton entra en octubre de ese mismo año en la historia del Campeonato Mundial de Rally al ser la primera mujer, y única hasta el momento, en ganar una prueba del Mundial, el Rallye San Remo.
A bordo de los monstruosos Quattro, en 1982 gana otros tres rallys del Mundial acompañada por Fabricia Pons como copiloto: Portugal, Acrópolis y Brasil. Mouton terminó como subcampeona, el mejor puesto en la historia del Campeonato Mundial para una mujer. Perdió el campeonato en Costa de Marfil cuando venía peleando la carrera con Rohrl, al ser informada durante el transcurso de la prueba del fallecimiento de su padre. Podría haber sido campeona mundial,sin lugar a dudas. A partir de 1983, el Grupo B se convirtió en la parte más loca y legendaria de la historia del Campeonato del Mundo de Rallys. Los niveles de velocidad y potencia eran tan altos que no todos los pilotos daban el nivel, pero de eso a Michéle le sobraba.
La piloto francesa no sólo triunfó en los rallys y circuitos, como anteriormente comentamos. En 1985 participó en la carrera Pikes Peak International Hill Climb, en los Estados Unidos, consiguiendo la victoria y convirtiéndose en la primera participante no estadounidense en triunfar en la prueba, la primera piloto mujer en ganarla, y romper además el tiempo récord del recorrido.
Sus logros continuaron en 1986, ganando el Campeonato de Alemania de Rally conduciendo un Peugeot 205 T16, pero tras el anuncio de la prohibición de los automóviles del Grupo B, Mouton decidió que si ellos desaparecían su carrera deportiva también.
En la actualidad Michéle Mouton es la gerente de la FIA en el Campeonato Mundial de Rallys, supervisando el mundo que ella mismo revolucionó y observando con satisfacción los homenajes que continúa recibiendo por sus hazañas. Es el caso de Audi y Lego que, como homenaje a Michèle Mouton y a todas las mujeres conductoras, han lanzando una edición limitada de su miniatura LEGO.