La década de los 50 fue, al menos en Estados Unidos, una época de esplendor automovilístico. Fue cuando aparecieron los concept car más estrambóticos que se pueden recordar y es cuando los coches yankees estaban llenos de cromados, con enormes aletas y formas que, en Europa, destruida por su particular guerra, se veían como realmente exóticas. Es más, todavía tienen esa aura de exotismo y de representar una época genial que no tuvimos en el Viejo Continente.
Por entonces todavía no habían nacido coches como el Ford Mustang o el Chevrolet Corvette y posiblemente, no se había empezado siquiera a proyectar ambos modelos. Por entonces, para que sirva de ejemplo, Chevrolet tenía coches como el sensacional Bel Air, un automóvil que destacaba por su diseño y que hoy día es objeto de culto y de muchos restomod. Ford seguía el mismo camino, aunque en la década de los 50 destacó especialmente el lanzamiento de la primera generación del Ford F-150, el que se ha convertido en varias ocasiones en el coche más vendido del mundo.
Sin embargo, curiosamente, en aquellos años 50 Oldsmobile se adelantó a ambas marcas rivales, creando un roadster deportivo al estilo “yankee-europeo” que, visto ahora y comparado con el Corvette, llama muchísimo la atención. ¿Copió Chevrolet a Oldsmobile? Por aquellos años, Oldsmobile ya estaba en el conglomerado de General Motors y, por tanto, eran una “hermana” de Chevrolet, así que es una teoría plausible.
Oldsmobile F-88, el hermano gemelo del Corvette
En realidad, no fue así, aunque sí es cierto que el Chevrolet Corvette y el Oldsmobiles F-88 están relacionados entre sí. Las primeras pistas del F-88 nos llevan a algún momento de 1952, cuando el proyecto apareció en la mesa de dibujo bajo el nombre de XP-20, el cual se vio acompañado por cuatro estudios de diseño diferentes posteriormente. El Oldsmobile F-88, con orden de diseño “nº 2266” fue el único superviviente de esas propuestas y fue obra de Hearly Earl, Bill Mitchell, Ken Pickering y Zora Arkus.Duntov, siendo Bill Lange el encargado de los bocetos iniciales, es decir, el F-88 fue obra de los padres del Corvette.
¿Cómo es que se parece tanto al Corvette y contó con los mismos protagonistas en su desarrollo? Pues bien, el F-88 (su denominación hacía referencia al Oldsmobile 88, que gracias a su V8 Rocket, había dominado la NASCAR entre 1949 y 1952) fue un coche que se desarrolló en paralelo al Chevrolet Corvette de primera generación, usando el mismo chasis (con misma distancia entre ejes de 2.600 milímetros) y compartiendo algunas ideas en cuanto a diseño. El Corvette se presentó en GM Motorama de 1953, en enero, pasando a producción ese mismo año en el mes de junio.
El Oldsmobile F-88 fue un coche que se desarrolló en paralelo al Chevrolet Corvette de primera generación
Algunas de esas ideas compartidas con el Corvette eran, por ejemplo, la carrocería de fibra de vidrio, los rasgos de la trasera (parece una copia con algunas modificaciones), algunos trazos de los laterales, algunas formas del frontal, el parabrisas… no obstante, se adelantó al Vette en una, porque bajo su capó no había un seis cilindros, había un V8, el mismo V8 Rocket del Oldsmobiles 88 con 303 pulgadas cúbicas (5.0 litros) que podía rendir 185 CV, pero modificado y potenciado, llegando a 5,3 litros y 250 CV. Se presentó un año después del Corvette, en 1954, pero ahí se acabó su historia.
La directiva de Chevrolet convenció a los jefes de General Motors
Cuando se dio a conocer, estaba pintado de un color dorado especialmente llamativo, con un habitáculo super futurista en color azul e indicadores y mandos colocados en módulos circulares uno encima del otro en el centro de la consola central. Era un espectáculo, un coche bastante futurista y mucho más potente que el Corvette, pero finalmente, este último fue el que pudo perdurar.
Era la época en la que Estados Unidos envidiaba la automoción europea en su vertiente deportiva y por eso se comenzaron a desarrollar propuestas inspiradas en los deportivos europeos. Por eso Oldsmobile creó su roadster y gracias a su bloque V8, tenía claras aspiraciones a superar al Corvette fácilmente. ¿Qué pasó entonces? El coche realmente lo tenía todo para ser un éxito… pues pasó que los responsables de Chevrolet convencieron a los directivos de General Motors de detener el proyecto y no pisar la trayectoria del Chevrolet Corvette. Al menos, eso es lo que se dice.
Así, el destino del Oldsmobile F-88 era el desguace, porque General Motors, en aquellos años, tenía la costumbre de desmantelar los prototipos después de haberlos mostrado en varias ferias. Sin embargo, Harley Earl tenía otra forma de trabajar y, además, era un personaje con mucho peso en General Motors. A Earl le gustaba guardar los prototipos y evitar que fueran desmontados y sentía especial atracción por el F-88, así que lo salvó del desguace. Según cuenta la historia, el coche fue embalado y enviado a El Cord, el antiguo mandamás de Cord-Auburn-Duesenberg, quien se encargó de guardarlo. Pero es una leyenda que no se sabe si en realidad ocurrió.
El caso es que se sabe a ciencia cierta, que el coche estuvo embalado y guardado durante muchos años, mientras pasaba de un propietario a otro, hasta que un día se volvió a montar (sí, estaba desarmado) y se subastó en 2005 a través de Barret & Jackson. El propio Craig Jackson llegó a decir que: “El Olds F-88 se convirtió en uno de los vehículos históricamente más significativos de su época. Muchos historiadores automotrices consideran que el F-88 es una de las mayores expresiones de diseño automotriz que jamás haya venido de América del Norte”.
Tercero en discordia: Pontiac Bonneville Special
Al parecer, hay muchos documentos internos de General Motors y planos de diseño del Oldsmobiles F-88, pero hay muchísima desinformación a su alrededor. Se dice que se hicieron un total de cuatro unidades, incluyendo una de color rojo para el propio Earl y al menos una de esas unidades hizo varias apariciones en el Parade of Progress” hasta 1956, cuando se perdió la pista.
Una de esas historias super interesantes que a veces te encuentras relacionadas con el mundo del automóvil. Una historia que tiene un tercer integrante, un tercer proyecto que surgió igualmente en paralelo, pero que como el Oldsmobile, nunca llegó a producción. Se trata del Pontiac Bonneville Special, un prototipo muy futurista para la década de los 50, que el propio Hearley Earl quiso construir, pensando en crear un automóvil muy rápido y en pruebas de velocidad pura que se llevaban a cabo en las famosas salinas de Bonneville, en Utah.
Para la ocasión, el proyecto se encomendó a Hommer LaGassey y Paul Gilland, quienes crearon un coche que recuerda vagamente al Corvette C1, pero que cambia mucho más de lo que cambiaba el Oldsmobile, sobre todo en el hecho de ser un coupé (con techo transparente y ventanillas que basculaban sobre el mismo techo) y no un roadster y en su parte trasera. También se empleó un V8 para el Pontiac Bonneville Special, pero en esta ocasión rendía 230 CV y estaba acoplado a un cambio automático Hydramatic de dos relaciones.
Se fabricaron dos unidades para poder ser exhibidas simultáneamente en Detroit y en Los Ángeles, para después, como hizo Oldsmobile, recorrer todo el país. Tras esto, su destino era, efectivamente, el desguace, pero como el F-88 también se salvaron de ser desmontados.
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