El próximo 26 de enero, en Arizona, RM Sotheby`s llevará a cabo la subasta de una unidad de una de las grandes joyas de la industria automotriz española, el Pegaso Z-102 Berlinetta del año 1951. Se trata de un modelo que cuenta con una histórica referencia en las carreras de competición celebradas en Mónaco en 1952 con motivo de la celebración del Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1 de aquel mismo año.
Coincidiendo con el evento, se celebró aquel día una importante y atractiva carrera en la que se dieron cita unidades de los principales vehículos deportivos de la época. Juan Jover, piloto español de Fórmula 1 (se clasificó para el Gran Premio de España de 1951, aunque no pudo tomar la salida), era uno de los dos pilotos que lo condujo aquel día. Para él, al igual que para este vehículo, la carrera terminó apenas empezada, pues problemas con un flap en una de las ruedas del coche acaecidos durante los entrenamientos provocaron que, al igual que le sucediera en el GP de España del año anterior, el Pegaso Z-102 no pudiera formar en la parrilla de salida y Jover no pudiera iniciar la carrera con él.
Aquella situación, hoy del todo anómala, era por desgracia bastante frecuente en las competiciones de la época. El Pegaso Z-102 Berlinetta era la unidad número 13 de las 84 que la marca de Wifredo Ricart llegó a producir y uno de los 11 que se fabricaron en España por la Empresa Nacional de Autocamiones SA (ENASA), que era la que técnicamente desarrollaba las labores de producción apoyada y respaldada por el Gobierno español para sustentar el proyecto de Pegaso.
Producido en las mismas líneas de montaje de la antigua fabrica de Hispano Suiza, el ingeniero español Wifredo Ricart, conocido según la leyenda por durante su pertenencia a la plantilla de Alfa Romeo por ser la auténtica bestia negra del mismo Enzo Ferrari, era el responsable del diseño y del proyecto del Pegaso Z-102 y, en concreto de la carrocería de esta unidad, pues si bien había otras disponibles (Saoutchik, Touring, Serra…) la presentada se mantuvo fiel al estilo preconizado y diseñado por Ricart y SENASA.
Tras su presencia en otras competiciones, el chasis del coche, (el nº 0102.0153.0113) sirvió de base para las pruebas y desarrollo de los modelos del Pegaso que darían paso a la utilización del propulsor V8 sobrealimentado de cuatro cámaras que abrirían la puerta a la consecución del récord de velocidad alcanzado en 1953 por el Z-102 en Jabbeke (Bélgica). Allí, Celso Fernández, piloto oficial de la marca, logró alcanzar los 241,602 km/h cubriendo la distancia de una milla de vuelo, superando el récord hasta entonces existente que estaba en poder de un Jaguar XK 120. Con esta marca, el Pegaso Z-102 se convirtió en su momento en el automóvil de producción más rápido sobre la faz de la tierra.
En 1955, la unidad que nos ocupa fue adquirida por un particular residente en Madrid que, en 1963, año en el que fue vendido a un nuevo propietario residente en Suiza, quien le cambio el color de la terminación exterior pintándolo en oro, acabado con el que permaneció hasta que durante la década de los años 90 fue devuelto a su estado original. En 1964, su propietario condujo el vehículo desde Madrid a Ginebra, donde tiempo más tarde protagonizaría distintos reportajes en revistas como Automobile Quaterly o Gentleman .
A finales de los años 70, la unidad del Z-102 que nos ocupa retornaba nuevamente a Madrid, aunque por desgracia su estado de conservación impedía por completo su uso en carreteras abiertas. En la capital española permanecería hasta finales de la década de los años 80, cuando fue adquirido por un nuevo propietario y prestigioso coleccionista residente en los Estados Unidos, Tom Mitler, quien iniciaría una extensa y ambiciosa restauración del mismo, en la que el coche adquirió el acabado exterior en color azul combinado con el interior terminado en color rojo que actualmente conserva. La restauración consiguió recuperar el motor original del coche, si bien actualmente funciona con un único carburador a fin de hacer más fiable su uso.
Mitler presentó el vehículo a concurso en el Concurso de Elegancia de Peeble Beach en e 1994, donde se alzó con el Best in Class, el primer premio del certamen. En 2012, el coche cambiaría nuevamente de dueño y, desde entonces, ha sido expuesto de manera reiterada en numerosos eventos de clásicos como el Amelia Island Concours d’Elegance, The Quail, A Motorsports Gathering o el Arizona Concours d’Elegance. El Z-102 será objeto habitual durante este próximo año 2023 de numerosos homenajes en todo tipo de eventos de clásicos debido a que se celebra su 70 cumpleaños desde su lanzamiento en 1953.
El Pegaso Z-102 está considerado como el “Ferrari español”. Se trata de un modelo ciertamente único, surgido a modo de milagro automotriz en el inicio del resurgimiento de la economía española tras la guerra civil, cuando el país y la dictadura franquista andaban a la búsqueda de una nueva identidad nacional. De ahí el interés y el apoyo que el proyecto de Pegaso recibió por parte del Gobierno español de la época.
Pegaso fue una de las ramas de actividad del proyecto industrial que supuso la puesta en marcha de la Empresa Nacional de Autocamiones S.A. (ENASA) , nacida en 1946 a partir de las ruinas de la antigua y otrora prestigiosa Hispano Suiza y con el apoyo de las operaciones que en España estaba planteando el fabricante italiano FIAT. Por eso, aunque el enfoque de todo el nuevo conglomerado industrial automotriz español que representaba ENASA estaba directamente vinculado al desarrollo de camiones pesados y autobuses, el empeño del ex ingeniero jefe de Alfa Romeo, el español Wifredo Ricart, hizo que se aprovechara la experiencia acumulada por los antiguos ingenieros de Hispano Suiza para desarrollar un vehículo deportivo que permitiera llamar la atención y mostrar las posibilidades que el futuro de una marca española tendría.
El nombre, Pegaso, y el logotipo elegido como emblema, el mítico caballo alado, representaban claramente la idea: un puro vuelo de fantasía que se hacía realidad. El lanzamiento del Z-102 en 1951fue por tanto tan inesperado como impresionante, Dotado con un poderoso V8 de aleación con doble árbol de levas y una capacidad de 2.5 litros que, posteriormente se ampliaría a 2.8 y 3.5 litros, el deportivo español contaba con carter seco interno, un chasis de acero ligero y altamente resistente, un eje trasero De Dion, transmisión de cinco relaciones de marcha con la caja de cambios dispuesta por detrás del diferencial trasero (lo cual daba lugar a una más que interesante configuración del modelo como un transeje inverso), y un sinfín de curiosidades técnicas y de diseño que hicieron del deportivo español uno de los coches más atractivos del momento y uno de los que abrieron camino a futuros desarrollos en la industria de los años siguientes.
El Pegaso Z-102 sigue siendo considerado hoy día como uno de los vehículos más atractivos de su momento y uno de los mejores diseños automotrices de todos los tiempos. Este próximo mes de enero, la subasta de RM Sotheby’s en Arizona abre las puertas a la posibilidad de hacerse con una unidad de este peculiar modelo, símbolo de la industria automotriz española del siglo XX. Lo que por el momento aún no se ha dado a conocer son los precios de salida que se van a establecer en la subasta, lo cual impide especular sobre el posible valor que el citado vehículo puede llegar a alcanzar.
El Pegaso Z-102 berlinetta del 51 no será el único modelo llamativo que saldrá a puja en la subasta de Arizona que RM Sotheby`s organizará el próximo día 26 de enero. También habrá otros modelos igualmente atractivos y llamativos que sin duda van a atraer la mirada de muchos coleccionistas. La casa de subastas ofrecerá unidades de Ferrari La Ferrari de 2014, un Shelby 427 Cobra del 65, Mercedes Benz 300 SL Roadster del 58, un Fiat 8V Coupe Ghia del 53, un Ferrari 599 GTO del 2010, un Abbot Atalanta Coupe descapotable de 1939, numeroso superdeportivos italianos y alemanesde este arranque de siglo, un Bertone Iso Grifo Serie II del 71, etc.
Recibe cada semana una selección de nuestros mejores artículos suscribiéndote a nuestra newsletter.