La velocidad, ser más rápido que el resto, el superar los límites constantemente. El ser humano siempre se ha caracterizado por buscar formas con las que ir más allá, más rápido y más lejos. La historia lo ilustra perfectamente y la aparición del automóvil potenció esa obsesión por ir más rápido. Desde casi el mismo día de la invención del automóvil, se ha realizado toda clase de pruebas e intentos para ir más y más rápido, para superar lo ya superado y para ser recordados en los anales de la historia.
Un total de 13 pilotos españoles consiguieron participar en al menos un Gran Premio de Fórmula 1
Durante los primeros años del automóvil, las carreras eran casi la única razón para la evolución de este invento. Era un aparato extremadamente caro, era ruidoso y era muy lento, pero gracias a las carreras y al ansia de ganar, los fabricantes creaban coches más potentes. Obviamente, los primeros coches eran como caracoles si los comparamos con los actuales, pero la evolución fue muy rápida y pronto se lograron alcanzar velocidades muy respetables y la evolución se disparó de forma casi imparable. Sólo el dinero y las normas que ha ido surgiendo han logrado tenerlo todo bajo control. Y no siempre.
La considerada primera carrera de la historia fue la Burdeos-París-Burdeos, desarrollada en 1895 y con unas reglas de locura, porque París y Burdeos están separados por más de 550 kilómetros. Era una prueba que se hacía en varios días, como casi todas las carreras de aquellos años las cuales se caracterizaban por potenciar la resistencia de los vehículos y de sus ocupantes, pues por lo general, iban el piloto y un copiloto que hacía las veces de mecánico (sí, reparaba el coche en el sitio de la avería, que solían ser comunes).
El Campeonato del Mundo de Fórmula 1 no llegó hasta 1950.
Fueron las carreras las que hicieron famosos a diferentes fabricantes, en aquellos años las gestas automovilistas eran motivo de portada en los periódicos, no como ahora, que sólo sale algo de automovilismo fuera de la sección de motor cuando ha ocurrido un accidente grave. Pero claro, en aquellos años el automóvil era noticia casi cada día porque era un invento nuevo, algo realmente increíble. Hoy, hay hogares que tienen hasta tres o cuatro coches, ya no es algo increíble, ya no es noticia.
También cabe destacar que las primeras carreras eran realmente peligrosas, porque además de hacerse en la vía pública, con los espectadores de pie, a escasos metros de los coches que pasaban a velocidades elevadas, no había sistemas de protección de ningún tipo (no había cascos, no había cinturones de seguridad, ni jaula antivuelco…). Un accidente en aquellos años solía resultar en graves lesiones y en público afectado, así que lograr alguna gesta en una actividad tan peligrosa era motivo de noticia y de difusión.
Hoy día las carreras son mucho más seguras, infinitamente más seguras. De hecho, comparar las carreras de entonces con las actuales, es como comparar el uso de zapatos de seguridad a ir descalzo. Hoy, incluso con accidentes más graves (a más velocidad, más gravedad en caso de impacto), los pilotos salen por su propio pie del coche. Incluso en la Fórmula 1, la llamada “Categoría Reina” del automovilismo, con coches descubiertos, los pilotos salen por su propio pie. Si, se han sucedido accidentes realmente escalofriantes, pero realmente son muy pocos.
De hecho, comparar la Fórmula 1 actual con los primeros grandes premios de la categoría, es un coche tecnológico e incluso cultural enorme. La Fórmula 1 moderna no se parece en nada a la que arrancó por primera vez en 1950, tan solo comparten la denominación de “Fórmula 1”, el resto es como la noche y el día. Hasta la actitud de los pilotos es diferente hoy, respecto a la que tenían en la década de los 50.
En 1951 debutó el primer piloto español en F1
En España, al contrario de lo que pueda parecer, siempre hemos tenido a apasionados del automóvil dispuestos a ponerse al volante de algún vehículo y superar sus propios límites. España siempre ha sido un país donde el automóvil ha ido un poco por detrás que el resto de Europa, no hay una cultura tan arraigada como en otros lugares ni un interés lo suficientemente importante como para potenciar y mejorar esa cultura alrededor de los coches. Para que podamos hacernos una idea, el primer automóvil autopropulsado apareció en España en 1860, cuando en otros países había llegado casi 10 años antes. También merece la pena recordar que en España se fabricaba la Hispano-Suiza, una marca capaz de superar al Rolls-Royce y Bentley, e incluso capaz de patentar los frenos mecánicos a las cuatro ruedas (que usaba Rolls-Royce, por cierto) y sólo los aficionados al motor la conocen.
Si nos centramos en la Fórmula 1, el campeonato que nació en 1950, las cosas son algo diferentes porque España estuvo presente casi desde el principio. El primer piloto español se inscribió en 1951, el segundo año que se celebró el campeonato ya tenía un español en la parrilla. Por aquellos años Europa no estaba muy boyante, eran tiempos de postguerra y las cosas eran muy complicadas porque todavía se estaba reconstruyendo todo. En España las cosas eran más complicadas, cuando se inició el primer GP de la historia de la Fórmula 1, hacía 11 años que había terminado la Guerra Civil y los ganadores, Franco y su ejército, estaban instaurando un fuerte proteccionismo al tiempo que en Europa no veía con buenos ojos el poder Franco y fue aislada respecto a cualquier cosa que se hiciera en Europa.
Aún así, podemos encontrar pilotos españoles en esta nueva disciplina desde 1951, la cual nació en 1950 y tuvo como campeón a Farina a los mandos de un Alfa Romeo. Obviamente, aquellos primeros años de la Categoría Reina no tenían nada que ver con lo que tenemos actualmente. De entrada, los coches empleados en los primeros años habían sido diseñados y en algunos casos, también fabricados, antes de que estallara la Segunda Guerra Mundial. Eran coches rápidos, eso era de esperar, pero no eran lo último en tecnología porque la guerra impidió el desarrollo de nuevas soluciones para el automovilismo. Los coches de Fórmula 1 comenzaron a evolucionar a partir de 1951, dando un auténtico despegue de ideas a partir de la década de los 60 y de la llegada de nombres como Collin Chapman.
Pero regresando atrás en el tiempo y recuperando nuestro hilo, el primer piloto español en la F1 aparece en 1951. Su nombre es Paco Godia, quien participó en el Gran Premio de España, en el Circuito de Pedralbes, a los mandos de un Maserati. Después de eso, no volvió a aparecer hasta 1954, continuando en la competición hasta 1958 y logrando un noveno puesto final en el año 1956, una posición que nadie fue capaz de mejorar hasta la llegada de Fernando Alonso. Y eso que hubo muchos más españoles en la categoría.
Paco Godia estuvo solo en la F1 hasta 1956, cuando llegó uno de los pilotos españoles más conocidos, aunque sólo sea por su llamativo nombre: Alfonso Antonio Vicente Eduardo Ángel Blas Francisco de Borja Cabeza de Vaca y Leighton, XI marqués de Portago, más conocido como Alfonso de Portago o Cabeza de Vaca (aunque como curiosidad, Alfonso de Portago nació en Reino Unido y no en España). Un noble español que se enfrentó a la categoría reina logrando un segundo puesto en el Gran Premio de Bretaña de ese mismo 1956. Participó en seis carreras, siempre con Ferrari.
El éxito les estaba negado a los españoles en F1
La siguiente ocasión en la que un piloto español se inscribió en Fórmula 1 ocurrió en 1960, cuando Antonio Creus participó en el GP de Argentina aunque como Jover, nunca más volvió a la categoría. Esto hizo que la ausencia de pilotos españoles en la Fórmula 1 se alargara hasta 1970, cuando Alex Soler-Roig se inscribió en el campeonato y participó en nueve carreras entre 1970 y 1972, aunque nunca llegó a completar ninguna de ellas. Los españoles nunca tuvieron mucha suerte en este campeonato, que por otro lado, pronto se convirtió en el más caro de todos los que se celebraban en el mundo y se hacía muy complicado lograr resultados sin un presupuesto abultado.
Ya en 1976 debuta Emilio de Villota, quien estuvo presente en 14 carreras. Primero estuvo hasta 1978 y luego regresó en 1982 y aunque es uno de los pilotos españoles de Fórmula 1 más famosos (corrió en una época en la que ya había televisiones en todas las casas, los telediarios se hacían eco de sus participaciones y los medios especializados le daban mucha cobertura al ser el único español en la F1) sus resultados no fueron buenos.
El siguiente español con importancia en la historia de nuestro país en la Fórmula 1 es Adrián Campos, el octavo español en subirse a un Fórmula 1 quien debutó en 1987 disputando dos temporadas y corriendo en un total de 21 grandes premios. Su última temporada, 1988, fue la primera para Luis Pérez Sala, quien corrió en 32 carreras entre 1988 y 1989. Los resultados tampoco fueron especialmente bueno, con un sexto puesto como mejor resultado. Quizá por eso la siguiente aparición de un piloto español en Fórmula 1 tuvo que esperar 10 años, hasta 1999, cuando Pedro Martinez de la Rosa y Marc Gené llegaron al campeonato. Esto es ya historia moderna, por así decirlo, pero no por ello vamos a pasarlo por alto.
Pedro de la Rosa, como se le llama comúnmente, estuvo en activo varios años y en equipos muy fuertes. Tuvo una primera etapa entre 1999 y 2002, volviendo del 2005 al 2006 y una tercera vez de 2010 a 2012. Su mejor resultado fue un segundo puesto en Hungría con McLaren en el año 2006 y la vuelta rápida del circuito de Bahrein “en carrera”, un registro que todavía sigue vigente. Respecto a Marc Gené, su presencia en Fórmula 1 se alargó hasta el año 2000, con un segundo período de 2003 a 2004. Su mejor resultado fue un quinto puesto, aunque se estuvo ganando la vida como piloto probador y de desarrollo para Ferrari.
La historia de los españoles en la Fórmula 1 cambió en el año 2001, cuando debutó Fernando Alonso, siendo capaz de mejorar el resultado al final de temporada de Paco Godia. Pero lo de que no se acuerda casi nadie, es que fue su primera temporada y casi la única, porque después de aquello no volvió a correr hasta 2003.
Los títulos de Fernando Alonso lo cambiaron todo para los españoles en F1
No se puede negar que Fernando Alonso ha sido el piloto que lo cambió todo en la Fórmula 1 para los pilotos españoles. Desde su vuelta al ruedo en 2003, todo fue ascendente: victorias, podios, vueltas rápidas, momentos épicos… desde ese 2003 hasta el primer Campeonato del Mundo, en el año 2005, la Fórmula 1 logró ser un rival televisivo del fútbol en España, algo casi imposible de imaginar anteriormente. De hecho, no ha vuelto a pasar nada similar desde entonces, sobre todo desde que las carreras en televisión pasaron al modo de pago.
La historia de Alonso en la Fórmula 1 es una de las más apasionantes para los españoles, corriendo hasta 2018 y siendo piloto de McLaren, con una temporada de infarto contra Lewis Hamilton y corriendo posteriormente para Ferrari durante cinco años, con resultados memorables con un coche que no era precisamente el mejor de la parrilla. Durante los años de éxito de Fernando Alonso también apareció Jaime Alguersuari en 2009, el que fuera el piloto más joven en debutar en la Categoría Reina con 19 años y 125 días. Estuvo en activo hasta 2011 sin resultados que merezcan la pena mencionar.
En el año 2015 debutó Roberto Merhi, que sólo estuvo ese año en activo en el campeonato y Carlos Sainz, quien en 2021 se vistió de rojo Ferrari tras una buena evolución como piloto con fuertes resultados que suman dos podios en 2019 y 2020 con más de 120 Grandes Premios a sus «espaldas» y habiendo corrido con escuderías como Toro Rosso, Renault y McLaren.
No sabemos cómo acabará todo para los españoles en Fórmula 1, ni cómo cambiará la categoría Reina en años venideros más allá de las normativas que ya han dado a conocer. Pero estamos seguros que los próximos años veremos como Carlos Sainz logra grandes resultados y como nuevos pilotos españoles llegan a la Fórmula 1 ampliando nuestra historia en esta competición todavía más.
Hemos dejado para el final a tres pilotos españoles a los que la fortuna no les sonrió, y por diferentes motivos cada uno de ellos, no consiguieron tomar la salida en ningún Gran Premio, a pesar de estar inscritos y, en algún caso, haber participado en los entrenamientos previos a la carrera. Estos pilotos fueron: Juan Jover (1 intento) Jorge de Bagration (2 intentos) y Emilio Zapico (1 intento)
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