El Porsche 911 es icono del automovilismo, un coche que ha sido capaz de aguantar más de 50 años de historia con una configuración que, actualmente, resulta arcaica y completamente trasnochada, pero que no le impide ser casi imbatible cuando se trata de ser rápido. Además, desde su primer lanzamiento hasta la actualidad, la silueta del coche ha sido básicamente la misma. Ha cambiado lo necesario para adaptarse a los diferentes momentos de su historia y los gustos imperantes en cada renovación, pero un Porsche 911 ha sido siempre reconocible desde el primer golpe de vista.
Del Porsche 911 Roadster Bertone solamente se fabricó una unidad
La única excepción que podemos encontrar en la historia del modelo, es un trabajo de Bertone que además, podría ser considerado como el Porsche 911 más raro de toda la historia del modelo. Pero denominarlo raro no tiene nada que ver con un diseño estrafalario o fuera de contexto, de esos que a veces se les ocurre a los diseñadores. No. Raro porque nadie sería capaz de relacionar ese coche con un Porsche 911 a simple vista. No hay ningún rasgo que dé una pista sobre qué automóvil se tiene delante. Sólo el emblema de Porsche en el frontal permite adivinar que no es un roadster italiano.
Bertone es famoso por sus diseños para marcas como Lamborghini o Lancia, destacando trabajos como el Lamborghini Countach o el Lancia Stratos, ambos, modelos míticos que sorprendieron a todos por su diseño. Sin embargo, también es responsable de otros trabajos como el Opel Astra Coupé fabricado a inicios de los 2000 o modelos más clásicos como el FIAT 850 Spyder, conocido en España como SEAT 850 Spider. De hecho, este último tiene cierto parecido con nuestro protagonista.
Sí, el Porsche 911 más raro de la historia tiene muchas similitudes con un SEAT 850 Spider, pero similitudes estéticas, obviamente. Bertone diseñó un Porsche 911 descapotable a mediados de la década de los 60 por petición del propietario de un concesionario estadounidense de Porsche. Este señor era John von Neumann, quien junto a Max Hoffman lograron convencer a Porsche para que fabricara el 356 Speedster (Hofmann también es en parte responsable del Mercedes 300SL y del BMW 507).
Neumann, amante de los descapotables, sabía que había un hueco en el mercado para un Porsche 911 cabrio, pero la firma alemana estaba desarrollando una versión targa que llegaría tiempo después. No había proyecto por el momento una carrocería abierta al 100% para el deportivo alemán y en lugar de esperar, tomó la decisión de crear su propio 911 cabrio. Para ello le pidió un bastidor a Porsche y le encargó a Bertone que creara una carrocería que lo vistiera.
Bertone accedió a la petición y dibujó una carrocería roadster que nada tenía que ver con el mítico modelo alemán. Hay que decir que en aquellos años, el Porsche 911 no tenía la imagen que tiene ahora, es un coche que había sido lanzado al mercado en 1964 y todavía no suponía un sacrilegio para los puristas este tipo de trabajos ya que no había puristas a quienes ofender.
De todas formas, el Porsche 911 Cabrio Bertone nunca pasó de ser una curiosidad. Sólo se fabricó una unidad, la misma que se mostró en el Salón del Automóvil de Ginebra de 1966 junto al mismísimo Porsche 911 Targa, la cual todavía sigue en funcionamiento. Neumann usó este coche como su vehículo personal y posteriormente lo vendió, pasando por varios propietarios hasta el día de hoy.
Su aspecto actual, con la carrocería pintada en negro, no es el original. Ni siquiera tiene el mismo motor. Uno de los propietarios lo pinto de negro, le cambió las llantas por unas originales del Porsche 914-6 (Bertone usó unas Campagnolo) y se instaló el motor de un Porsche 911 S.
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