Desde que apareciera por primera vez el Porsche 356, hace ya más de 60 años, la marca alemana siempre se ha caracterizado por su claro talante deportivo. Incluso cuando se tomó la decisión de poner en marcha del desarrollo de un SUV, la deportividad fue la máxima que rigió todo el proyecto. Eso les ha llevado a tener en catálogo, diferentes modelos muy cercanos a la competición, casi coches de carreras apenas adaptados a su uso en vías públicas, que llegó a un nivel espectacular cuando lanzaron el Porsche 911 GT2 RS sobre la base del 993. Ese coche era bestial, convirtiéndose en un objeto de deseo.
Sin embargo, el modelo que ha creado escuela y que actualmente, es uno de los más respetados y apreciados, es el Porsche 911 GT3 RS, un modelo que acaba de renovarse hace poco y que ha alcanzado cotas de deportividad, que son difíciles de encontrar en un coche “de calle”. El GT3 RS se ha convertido en una de las sagas más deportivas de Porsche, que, curiosamente, empezó con una de las generaciones más criticadas del incombustible Porsche 911: el 996. Con esta generación, Porsche dio por finalizado el uso de los motores refrigerados por aire y quiso darle un nuevo aire al modelo, empleando unos faros delanteros muy similares a los del Porsche Boxster, levantando una polvareda que todavía hoy tiene que soportar. Los puristas están manteniendo en el purgatorio al 996 demasiado tiempo a pesar de ser un gran automóvil.
El Porsche 911 GT3 RS se presentó como la interpretación más radical y deportiva del mítico “nueveonve”, un coche para amantes de la conducción en estado puro, aunque la última evolución no se ofrezca con cambio manual, sino con el PDK de doble embrague. No obstante, los cambios manuales han tomado el mismo camino que los motores de combustión, el camino de la desaparición y pronto, solo será cosa del recuerdo y de los “coches viejos”. Pero la primera generación del GT3 RS, con la que todo empezó, no tenía cambio automático y será, sin lugar a duda, una de las más buscadas en poco tiempo.
Heredero del Carrera 2.7 RS
La historia del Porsche 911 GT3 RS comenzó, en realidad, en la década de los 70, con el lanzamiento del todavía más mítico Posche 911 Carrera 2.7 RS, un coche de homologación que se hizo famoso por su llamativo alerón trasero y por sus prestaciones, destacando los 210 CV de su propulsor. Las siglas RS se mantuvieron en alguna versión de la gama del “Nueveonce”, conservando la misma esencia deportiva, aunque siendo menos llamativos que el 2.7 RS, pues se prescindió del llamativo alerón (en el 911 SC RS de 1984). Cuando apareció el 996, el primer 911 con refrigeración líquida, las siglas desaparecieron, hasta la llegada de Andreas Preuninger, director de desarrollo de los GT de la marca alemana.
Fue en 1999 cuando apareció la denominación GT3, haciendo referencia, obviamente, a la categoría GT3 de la FIA y aunque era un 996, el bloque empleado para su propulsor era otro complemente distinto y procedente de la alta competición. Concretamente, tomaba prestado el bloque boxer del Posche 911 GT1, que había corrido y ganado en Le Mans y que, además, hacía que los GT3 estuvieran exentos del famoso problema con el IMS, un estigma que arrastra la generación 996 (así como las dos primeras generaciones del Boxster, la primera generación del Cayman e incluso la primera serie del 997).
Con un pedigrí semejante, era lógico esperar grandes prestaciones. El motor era un seis cilindros de 3.6 litros sin ningún tipo de sobrealimentación, capaz de rendir 360 CV. Hoy día este caballaje no sorprende y por entonces tampoco era algo muy exagerado, pero se aderezaba con una serie de características que hacían del modelo algo sumamente especial. La configuración de todo el coche, en general, era bastante radical, con suspensiones de nuevo tarado (mucho más firme) y nuevas geometrías, frenos más potentes, se aligeró el coche quitando todo lo innecesario para ser rápido y se trabajó en su aerodinámica, apareciendo de nuevo el alerón trasero de diseño y tamaño muy característicos.
Walter Röhrl, quizá uno de los pilotos más emblemáticos y conocidos de los últimos años por sus actuaciones en el Grupo B de rallies, logró establecer un registro en Nürburgring, de 7 minutos y 42 segundos, a los mandos de un Porsche 911 GT3, que por entonces destacó como uno de los más rápidos. Actualmente, el Porsche 911 GT3 tiene un registro en el Infierno Verde 30 segundos más rápido.
Llega el GT3 RS, el 911 más radical
No obstante, mientras las críticas de la prensa especializada eran espectacularmente buenas y los fans de la marca no dejaban de babear, la marca le dio una vuelta de tuerca al concepto y puso en circulación el Porsche 911 GT3 RS, una versión todavía más radical y deportiva, no apta para aquellos que buscan en un deportivo de este calibre, un coche con el que chulear y presumir de tener una cuenta bancaria saneada. Este coche no servía para ir a por el pan, aunque se podía usar para eso si así se quisiera. El GT3 RS era carne de circuito y se notaba desde el primer momento en el que se posaban los ojos sobre él.
El Porsche 911 GT3 RS tomaba como base de partida, lógicamente, el GT3 “a secas”, añadiendo algunas cosas que lo hacían todavía más rápido. El motor, por ejemplo, era la evolución que lanzó al mercado en 2004, que rendía 381 CV, que se completaba con una revisión completa de la suspensión, que mejoraba el comportamiento al límite y permitía pasar más rápido por los virajes, con un nuevo trabajo aerodinámico, representado por un gran alerón trasero fijo y con una nueva rebaja del peso respecto al GT3, concretamente, se perdían por el camino 50 kilos adicionales mediante el empleo de materiales propios de competición, como ventanillas de plexiglás, fibra de carbono, asientos casi de competición, se eliminaron más elementos del interior…
Porsche no tenía intención de que el 911 GT3 RS fuera un modelo permanente en la gama y se fabricaron de la primera generación alrededor de 680 unidades, pero el coche tuvo tanto éxito que se aseguró un hueco en el catálogo de forma permanente.
Recibe cada semana una selección de nuestros mejores artículos suscribiéndote a nuestra newsletter.