Si hace quince años, alguien nos hubiera hablado de un Porsche eléctrico, posiblemente lo hubiéramos tomado a broma, y nos habríamos reído de él. Menuda herejía, mezclar electricidad con potencia, a pesar de que era un futuro que todos veíamos como muy lejano.
Pero el tiempo le ha dado la razón a estos visionarios con el lanzamiento del Porsche Taycan, el primer vehículo 100% eléctrico del fabricante de Stuttgart. Un vehículo que lejos de perder la esencia de la marca, consigue llevarte a un mundo nuevo en donde esos dos conceptos hasta ahora repelentes, potencia y electricidad, van de la mano.
Porsche no pierde la esencia de su filosofía con el Taycan, y mantiene la nomenclatura de los modelos de combustión, Turbo, Turbo S y 4S. A pesar de que los vehículos eléctricos no llevan turbo, Porsche quiere mantener el nombre de los acabados para ayudar a los clientes a situar los modelos y mantener la estructura de la gama.
El modelo de entrada es el Turbo de 680 CV que ofrece una autonomía de 450 kilómetros. Le sigue el Turbo 4S que ofrece dos motorizaciones con 530 CV y 571 CV con 407 y 463 kilómetros de autonomía respectivamente. La máxima expresión de potencia la representa el Taycan Turbo S, con 761 CV de potencia gracias a las funciones “overboost” y “launch control”, con 412 kilómetros de autonomía y que se pone de 0 a 100 en tan solo 2,8 segundos.
Cuando hablamos de la autonomía del Taycan, es curiosa la respuesta a la gallega de los responsables de la marca, que utilizan el “depende” cuando hablamos de este aspecto. Y es que una cosa son las referencias que marca el “libro”, y otra muy diferente la realidad que supone ponerse al volante de un vehículo con esta potencia, y saber contenerse. Y es que ese es el principal hándicap que presenta el Porsche Taycan, el saber equilibrar la potencia y el consumo, uno de los fines de este tipo de vehículo.
Pero llegó el momento de ponernos a los mandos del nuevo Porsche Taycan y descubrir sensaciones que nunca hemos vivido. Exteriormente, la línea deportiva del techo, con caída hacia la parte trasera, es pura esencia Porsche. La posición del pilar “C” ayuda a incrementar esas sensaciones de deportividad. Destaca el logo de Porsche con efecto vidrio que visualiza la identidad de la marca de forma destacada.
Si por fuera el nuevo Taycan impresiona, interiormente no deja a nadie indiferente. La calidad de los materiales da un paso más en la historia de la firma de Stuttgart con el confort como máximo exponente. La información y el entretenimiento son también parte destacada en el nuevo Taycan, con una interface creada desde cero, reduciendo la botonería para hacerlo todo más digital y utilizar el control de voz con un simple “Hey Porsche”. Toda la información se muestra en una pantalla en la consola central de 10,9 pulgadas, pudiendo reflejarla en el cuadro para que no perdamos la concentración de la carretera y tener toda la información a mano.
Ahora toca el turno de ponernos al volante y descubrir lo que nos puede ofrecer este modelo. Y lo hacemos con la máxima expresión al subirnos al Turbo S, y es que en cierto modo imponen los 761 CV de potencia. El primer cambio viene dado por el sonido. Evidentemente no es el del motor de combustión, pero Porche ha trabajado duro para crear un sonido artificial que imprima carácter. De serie en el Turbo S y opcional en el resto, se atenúan selectivamente los ruidos molestos y se amplifican los más agradables y pasionales. Podemos activar y desactivar este sistema seleccionando el modo «Sport Plus» directamente en el menú “Drive” del Porsche Communication Management (PCM) o a través de las teclas configurables de acceso directo.
A pesar de sus dimensiones, 4,96 metros de largo, es fácil hacerse al vehículo con las múltiples configuraciones que permite. En los primeros kilómetros nos hacemos a las respuestas del vehículo, cogemos sensaciones y nos vamos preparando ante lo que nos viene por delante. No es ruidoso, y el sonido que nos llega desde el exterior viene proporcionado por el nuevo sistema acústico, ya que no podemos olvidarnos que desde julio del año pasado, es obligatoria la instalación de un generador de sonidos de advertencia en vehículos eléctricos.
La conducción eficiente es una de las máximas cuando nos ponemos al volante de un vehículo eléctrico. No cabe duda que es un difícil ejercicio mental hacer una conducción eficiente cuando se tiene en las manos un vehículo con 761 CV de potencia, por lo que hay que tener claro lo que hay que primar. Además, no podemos olvidarnos que los vehículos eléctricos dan el par motor, la máxima potencia, desde el principio. Son un cúmulo de sensaciones, puesto que los adelantamientos son otra experiencia única. Indicar la maniobra y pisar al acelerador despierta el animal que lleva dentro el motor y la acción se convierta en un visto y no visto. Todo ello con una comodidad en la posición del conductor que permite devorar kilómetros sin acusar agotamiento. El Taycan no falla en el pase por curva, con un agarre que lo mantiene firme al suelo.
En definitiva, un placer de conducción y unas sensaciones que no tienen que envidiarle en nada a los motores de propulsión a los que estábamos acostumbrados hasta el momento.