Marc Phillip Gemballa (27 años) es hijo del mítico diseñador alemán Gemballa quien tras crear en los años 90 la empresa que aún hoy lleva su nombre, falleciera en extrañas circunstancias tras permanecer secuestrado durante más de 10 meses durante un viaje a la República de Sudáfrica.
Huérfano de padre, Marc Phillip quiso seguir los pasos de su padre en el mundo del automóvil. Algo normal si naces en Stuttgart, rodeado de los mejores automóviles del mundo, y tu apellido te abre las puertas de estudios y centros de diseño de marcas como Opel, Mercedes-Benz o Porsche, en las cuales ha ido aprendiendo el negocio y desarrollando una interesante carrera que le ha llevado a seguir los caminos de su padre.
El Project Sandbox Coupé es una creación del hijo del mítico Gemballa y cuenta con la colaboración de RUF
Al igual que Uwe, finalmente Marc Phillip se ha decantado en su primer proyecto por ofrecer una atractiva visión tuneada y profundamente potenciada de un modelo de Porsche, al que ha accedido de la mano de RUF, otro de los grandes preparadores alemanes especialista en los modelos de la marca de Zuffenhausen.
Partiendo de una unidad del Porsche 911 Turbo S de la generación 992, Marc Phillip está desarrollando su proyecto Sandbox. Para ello, ha desprovisto al deportivo alemán de su reconocible carrocería para crear una de nuevo diseño cuyos trazos recuerdan poderosamente a las líneas de otro modelo de la marca, el icónico Porsche 959. Un toque ciertamente retro para el Sandbox en el que además se dota al modelo de la última tecnología disponible. Tecnología que, aplicada sobre la mecánica Boxer (cilindros enfrentados horizontalmente) 3.8 litros Biturbo del 911 Turbo S ha sido especialmente retocada por los ingenieros especialistas de RUF para incrementar su potencia habitual (650CV) en 100 CV adicionales hasta alcanzar los 750 CV de potencia y elevar en 120 Nm su par máximo, pasando desde los 800 Nm hasta fijarlo en una entrega de 920 Nm.
Las imágenes del modelo —desveladas a través de Instagram— muestran una carrocería dotada de una imagen muy agresiva y futurista, con una anchura de vías claramente ensanchada con respecto a la del modelo original y cuyos rasgos y líneas evocan directamente la imagen del Porsche 959, modelo del cual toma las versiones Paris-Dakar, como fuente directa para su inspiración.
El proyecto parte de la base de un Porsche 911 Turbo S de última generación
Para el desarrollo del mismo, Gemballa Jr creó una empresa usando su nombre, Marc Phillip Gemballa GmbH, razón por la cual ha sido denunciado por quienes hoy conducen Gemballa Automotive, la empresa que en su día creara su padre y que fue rescatada en su día por inversores privados tras haber sido cerrada por el Gobierno alemán.
Eso no ha evitado que Marc Phillip continúe con su Proyecto Sandbox. Durante la pandemia ha estado trabajando sobre el modelo, para lo cual ha contado como ya hemos comentado con la inestimable colaboración de otro de los grandes preparadores alemanes especialistas en Porsche, RUF, donde Marc Phillip está contando con toda la ayuda necesaria para sacar adelante su proyecto.
Marc Phillip lleva dos años trabajando sobre este proyecto, el cual todavía tiene pendiente algún trabajo más, pues Gemballa Jr quiere dotarle de todo lo necesario para que el coche evoque no a un “simple” Porsche 959, sino a aquellos con los que la marca deportiva de Stuttgart compitieron en su día en el Paris-Dakar. Esto significa que el coche contará con suspensiones específicas para rodar fuera del asfalto a elevadas velocidades, llantas igualmente especiales, neumáticos off-road de altas prestaciones y una serie de aditamentos tanto mecánicos como estéticos que sin duda harán del coche un modelo único.
Modelo del cual los planes de Marc Phillip tiene previsto producir 40 unidades, de las cuales las 10 primeras compondrán una edición especial de lanzamiento a la que se dotará de equipamiento de serie adicional y elementos distintivos del resto de la serie. Unidades que, al parecer ya han sido adquiridas, aunque el precio alcanzado por las mismas al igual que el nombre de los clientes permanece en el más absoluto de los secretos.
Uwe Gemballa, padre de Marc Phillip destacó en los años 80 del pasado siglo como uno de los principales tuneadores de modelos producidos por Porsche. Gemballa dio comienzo a su empresa como suministrador de piezas y componentes a clientes de los distintos modelos de la marca deportiva de Stuttgart, sobre los cuales además realizaba atrevidas preparaciones y rediseños.
Durante los años 90, una de las preparaciones de Gemballa con 600 CV de potencia marcó el mejor registro en la vuelta al mítico Nordschleife de Nürbürgring, hasta que nuevamente un modelo suyo en 2001 logró batir su registro reduciéndolo a 7:32,52 minutos. Apenas un año después, heridos en su orgullo, los chicos del departamento oficial de Porsche Motorsport decidieron tomar cartas en el asunto y, con un Porsche Carrera GT —teóricamente “de serie”—, demostraron que nadie mejor que ellos para hacer correr a un Porsche.
Las aventuras de Uwe Gemballa terminaron súbitamente en 2010 durante un viaje a la República de Sudáfrica. El 17 de febrero de aquel año se informó que Uwe había desaparecido en Johannesburgo. Nada más se supo del diseñador y empresario alemán hasta que en el mes de octubre de ese mismo año apareció su cadáver. Durante todos los meses en los que el preparador alemán estuvo desaparecido, las autoridades alemanas sospecharon que su ausencia tenía como objeto “lavar” parte de las operaciones económicas que su empresa venía realizando en los últimos años, razón por la cual intervinieron la misma para poder investigarla a fondo en busca de posibles datos que proporcionaran dar con su paradero.
Finalmente, y ante la falta de noticias del diseñador, las autoridades alemanas optaron por cerrar Gembala Automotiva, aunque posteriormente fue comprada y recuperada por distintos inversores privados que continúan hoy día con su actividad. En octubre de 2010, poco tiempo después, Gemballa fue encontrado muerto. Al parecer, fue torturado y asesinado por sus captores tras negarse a participar en dudosas actividades de lavado de capitales y otras actividades delictivas para las cuales los criminales precisaban utilizar la actividad de importación y exportación de su empresa.
Aunque aún no se ha determinado con claridad todo lo sucedido, en octubre de 2010, un joven de 28 años, Thabiso Mpshe, fue detenido y condenado a 20 años de cárcel tras declararse culpable de haber participado en su asesinato. Y, poco después, tres hombres más también fueron capturados y condenados por el mismo motivo. Pero a quien todas las líneas de investigación sitúan como instigador del delito es a Radovan Krejčíř, multimillonario checo al que se relaciona con distintas bandas criminales tanto en Chequia como en Sudáfrica.
Al parecer, Krejčíř utilizaba coches de Gemballa para realizar diferentes operaciones de contrabando entre Sudáfrica y Europa hasta que el diseñador alemán se enteró y trató de cortar este tipo de operaciones. Krejčíř, prófugo de la justicia checa donde tiene pendiente una condena de 20 años de prisión, consiguió esquivar a la justicia durante unos años hasta que, tras haber terminado con la vida del principal mafioso local sudafricano fue detenido y encarcelado en Sudáfrica, donde tiene que cumplir una pena de 15 años de cárcel por haber asesinado a uno de los principales mafiosos locales. En 2015, intentó fugarse durante un traslado al juzgado. La fuga pudo ser evitada gracias a que previamente al traslado los guardias de la prisión encontraron en su poder dinero, armas, pasaportes y una lista con los nombres y direcciones de jueces, abogados, testigos y demás personas relacionadas con sus condenas. Cuando cumpla con su condena en Sudáfrica, será extraditado a Chequia donde le espera otra condena a 20 años.
Recibe cada semana una selección de nuestros mejores artículos suscribiéndote a nuestra newsletter.