Si afinas un poco el oído, casi se puede escuchar un “lo sabía”, esgrimido por todos los detractores del actual Toyota Supra. Y es un “lo sabía” porque al parecer, el GR Supra, como realmente se llama la generación A90, no ha logrado alcanzar el nivel de ventas que todo el mundo esperaba. Es más, en 2023, las ventas del GR Supra cayeron casi un 50%, un descenso espectacularmente elevado y plantea un devenir para el modelo un tanto preocupante.
Muchos pensarán que se trata de una situación totalmente normal, porque este “nuevo” Supra no es un auténtico Supra, es un BMW camuflado y además, tampoco se parece a los superllamativos Toyota FT-1, los prototipos que sirvieron de inspiración para dar forma al Toyota GR Supra. Comentarios totalmente injustificados, que cualquiera que se haya puesto a los mandos del GR Supra podrá desmentir sin mayores problemas, pues, en realidad, no es, ni mucho menos, un mal coche.
No obstante, la realidad es realmente otra, porque el Toyota Supra del que habla todo el mundo es, por lo general, el A80, es decir, la penúltima edición del modelo –o la última para los más radicales–, aquella que protagonizó la primera entrega de la saga Fast & Fourious. Es decir, muchos fanáticos del Supra, son seguidores del A80, del Supra de los 90, y se olvidan completamente del resto de generaciones, que no son pocas precisamente. Eso ha provocado que todas las ediciones del deportivo nipón que no tuvieran en famoso motor “2JZ”, fueran menospreciadas o, al menos, mucho menos valoradas que el Supra A80.
Así, hasta hace relativamente poco, era sencillo encontrar unidades del Toyota Supra A70, la generación aparecida a finales de los 80, a precios más que interesantes. Y decimos que era sencillo, en pasado, porque los precios parecen haber cogido tendencia alcista desde más o menos 2022. Los amantes de los coches japoneses le dieron la espalda –sin saber muy bien por qué… –, pero el mercado le encumbrará hasta el lugar que se merece o, como ocurre en otras ocasiones, lo dejarán demasiado arriba.
El Toyota Supra A70, la tercera generación de la saga Supra, es el coche que realmente dio comienzo a la historia del mítico deportivo japonés. Los inicios de este coche tienen sus raíces en la gama del Toyota Celica, ya que apareció como una versión más deportiva y equipada del coupé nipón allá por los años 70. Era el Toyota Celica Supra y así se comercializó hasta finales de los 80, cuando la denominación Celica se retiró de la ecuación y se convirtió en el Toyota Supra. Desde ese momento, ambos modelos compartieron catálogo, pero no gama.
Sin embargo, el diseño de la tercera generación del Supra –o la primera, si no contamos la etapa dentro de la gama Celica– estaba claramente relacionado con la última entrega del Celica Supra, es, sin lugar a dudas, una evolución. De todas formas, evolución o no, las formas del A70 son absolutamente ochenteras, con una carrocería caracterizada por líneas rectas, un equilibrio de volúmenes que ya querrían para sí muchos coches modernos, y unos añorados faros retráctiles que le dan una gran personalidad.
La separación de la gama Celica también trajo consigo algunos cambios muy importantes. De primeras, el talante del coche se volvió mucho más deportivo, tanto por diseño como por planteamiento: se hizo más ancho, más potente, ligeramente más largo y además, mantuvo la propulsión, mientras el Celica se pasaba a tracción delantera.
Para Europa, al menos inicialmente, se destinaron las versiones del Toyota Supra con el motor de tres litros y seis cilindros atmosférico –204 CV–, aunque llegaron con cuenta gotas, pues fue uno de los primeros automóviles de la firma japonesa en llegar a España –vino con el Celica, el MR2 y los Land Cruiser LJ y LB–. No obstante, existían versiones turbo con hasta 280 CV, el Supra 3.0GT Turbo, el cual, se coronó como el modelo japonés más rápido de su época. No obstante, con un algo de dinero y un buen mecánico, no es complicado que las cifras de potencia superen los 300 CV, o más del doble si se invierte una elevada cantidad de dinero.
El Toyota Supra MK3 es, por lo general, el más olvidado de familia Supra en solitario, y, sin embargo, es uno de los deportivos japoneses más interesantes de finales de los a 80 y comienzos de los 90. Un automóvil de diseño atractivo y de conducción pura, ya que en aquellos años los controles electrónicos todavía no habían llegado a todos los automóviles.