Muchos no lo consideran todavía un clásico, pero ya tiene más de 30 años en su haber. El Renault 19 llegó al mercado en 1988, como resultado del proyecto X53, el cual se puso en marcha en noviembre de 1984 con el objetivo de desarrollar un reemplazo para el exitoso Renault 11. La marca no escatimó en recursos, ya que se recorrieron más de 7,5 millones de kilómetros de pruebas, se contó con el trabajo del gran Giorgetto Giugiaro para su diseño y con un equipo de trabajo que dieron forma a un automóvil que no tardó en convertirse en el coche más vendido de España.
El Renault 19 representaba a la perfección el concepto de coche compacto que se tenía a finales de los años 80 y comienzos de los años 90. Un coche versátil, que servía como coche para toda la familia o como coche para el chaval que se acababa de sacar el carnet. Tenía una oferta de carrocerías que hoy día ni se plantean los fabricantes, ya que se ofrecía como sedán –comercializado bajo el nombre de Renault 19 Chamade–, con tres y cinco puertas y hasta descapotable. Hoy día, un compacto se ofrece con cinco puertas, y si acaso, carrocería familiar, una opción que, curiosamente, no ofreció nunca el R19.
Se retiró del mercado cuando apareció el Renault Mégane para mediados de los años 90, dando un enorme salto en todos los sentidos y poniendo punto y final a la comercialización de modelos Renault cuyo nombre era un número. No obstante, antes de abandonar el mercado el 19 se llevó el premio al Coche del Año en España 1989, fue el “Número 1” de los coches importados en Alemania en 1989 y en 1990, Coche del año en Irlanda 1989 y Auto del Año en Argentina 1993. Se fabricó hasta 1996 en Europa –en Francia y en España–, con una producción total de 3,2 millones de unidades. No obstante, se dice que podría rondar los seis millones de unidades, pues se fabricó en otros países hasta el año 2002.
Como se puede apreciar, el Renault 19 no era un compacto como los que actualmente podemos encontrar en las tiendas. En aquellos años, las marcas ofrecían una enorme gama, con la que abarcar todas las posibles necesidades y todos los posibles clientes. Es más, las versiones más deportivas se ofrecían con todas las carrocerías, algo impensable hoy día. Aquella versión era el “16 válvulas”, una denominación que se empleó durante algunos años para identificar a las versiones más prestacionales, las cuales, montaban culata multiválvulas. A día de hoy, lo complicado resulta encontrar coches con una culata de dos válvulas por cilindro, pero entonces era todo lo contrario y ocurría como la palabra “turbo” en la denominación de un coche, lo que dejaba a las claras que era una versión más prestacional, mientras ahora, el 85% de los coches que circulan por las calles tienen un motor turbo.
El Renault 19 16 válvulas apaeció en 1990 y como decíamos, se comercializaba con todas las carrocerías: tres y cinco puertas, sedán y cabrio. Supuso una ruptura total con el coche al que reemplazaba, el Renault 11 Turbo, pues se prescindió del turbocompresor y se apostó por un cuatro cilindros de aspiración natural, un claro reflejo de la tecnología que se usaba en la Fórmula 1. Concretamente, era un cuatro cilindros de 1,8 litros –1.764 centímetros cúbicos exactamente–, capaz de rendir 140 CV en su primera iteración, la cual, no contaba con catalizador. La presencia de este elemento, incorporado con el restyling del modelo –se conoce como Renault 19 fase II–, redujo la cifra hasta los 137 CV.
Cualquiera que conduzca un R19 16 válvulas sin haber conducido antes un 16 válvulas de los 90, pensará que su fama no tiene sustento, pero claro, eso es porque no habrá exprimido el motor por encima de las 3.000 revoluciones. Por lo general, cualquier multiválvulas tenía poca fuerza por debajo de ese régimen –cualquiera que no pasara de los dos litros, claro– y necesitaba de revoluciones, para que las válvulas extra se notaran de verdad. Conduciendo de esa manera, el R19 16v podía completar el 0 a 100 km/h en 8,9 segundos, los 1.000 metros con salida parada en 29,9 segundos y llegaba hasta los 207 km/h. Además, “solo” necesitaba 7,4 litros de combustible cada 100 kilómetros.
Sus buenas prestaciones y su comportamiento en carretera, hicieron del Renault 19 16 válvulas un coche muy deseado, que incluso hoy día, más de 30 años después, sigue manteniendo el mismo halo de coche especial.
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