En la historia del mundo de la automoción siempre ha habido vehículos que han destacado por su velocidad, por su ligereza, por su diseño, por romper con el estilo de la época… Pero el Renault 5 Turbo lo tiene todo.
Los precedentes
Antes de llegar a su creación, hay que entender el porqué de su existencia. En la década de los 70, en España estaban de moda coches pequeños como el Mini, el Citroen 2CV o los Seat 127 o 600. Ahí decidió entrar Renault, pero con ligeros cambios. Presentaban el 5, un vehículo de 3,5 metros de largo, que montaba motores de 0,9 y 1,4 litros, con 800 kilogramos de peso. Además, la marca francesa comenzaba a dar las primeras pinceladas en el mundo de las piezas de plástico, como la defensa delantera.
De este vehículo existen las versiones 950, TL, GTL, TS y TX, que iban desde los 47 caballos de fuerza hasta un máximo de 64.
Pequeño pero “matón”, puesto que, a pesar de ser diseñado para ciudad, llegaba a todas partes, fue un completo éxito de ventas en España, con más de cinco millones de unidades vendidas. Funcionaba muy bien, pero le faltaba un poco de “chicha”, por ello, aparece en escena el R5 Alpine, mas conocido como “Copa” en nuestro país. Un poco más vitaminado, con 93 CV, y con alguna mejora estética por la parte exterior (defensas y capó deportivos), fue un vehículo que tuvo un gran impacto en las pruebas de automoción españolas.
La creación del Renault 5 Turbo
En 1976 nace la joya de la corona, el Renault 5 Turbo. Fue diseñado por Jean Terramorsi y Marcelo Gandini, este último, responsable del ensanchamiento y de la aleta trasera, diseñó también el Lamborghini Countach. Dicho año, el coche fue presentado en el Salón de París.
No era como otras versiones “sport” de la competencia, que incluían algunos cambios en el exterior y mejoras en el motor, parecía un coche totalmente diferente al R5 anterior. Agresivo y aerodinámico, notablemente más ancho y con una parte trasera que atraía las miradas allí por donde pasaba. Disponía, en el eje trasero, de un ancho de vías 25 cm superior al de su predecesor, y, en comparación con el eje delantero, había 12 cm de diferencia. Por ello, fue apodado como el “culogordo”.
La unidad de potencia se encontraba en la parte de atrás, de hecho, sustituía a los asientos traseros, por eso era biplaza. A simple vista no se podía ver, ya que está bajo un par de tapas, ancladas con 8 tornillos y especialmente diseñadas para aguantar las altas temperaturas y aislar, todo lo posible, el ruido. No era fácil acceder al motor desde el portón trasero, por ello, la ventanilla que está situada tras el asiento del piloto, se podía abrir para poder trabajar con mayor comodidad.
Mientras que el “Copa” contaba con tracción delantera, el R5 Turbo se movía desde la parte trasera. Contaba con una caja de cambios de cinco velocidades y un motor de 1,4 litros, turbo alimentado con un Garrett T3 que daba 160 CV. Con 3,7 metros de largo por 1,75 metros de ancho y 970 kg, conseguía una velocidad máxima de 200 km/h. Su precio de salida, 18.000 €.
El interior, de primera calidad, era como una obra de arte con ruedas. Un volante especialmente creado para dicho vehículo, con unos asientos de diseño con costuras. El salpicadero, que tenía un diseño futurista, contaba con hasta 10 relojes que medían diferentes parámetros del coche. El resto del interior, y a juego con los detalles, estaba tapizado en cuero rojo.
Nace el Renault 5 Turbo 2
En 1982 salía a la luz la segunda versión, el Renault 5 Turbo 2. Por fuera, era prácticamente similar, pero en el interior había mas cambios. Los asientos pasaban a ser los mismos que los de un R5 normal. El novedoso salpicadero involucionó a uno más simple con la mitad de relojes. El volante, mucho más genérico y los tapizados de peor calidad. El único objetivo de la marca era hacerlo más barato, y así fue. Pasó de costar 18.000 € a 14.000 €.
Como dato curioso, los pedales estaban muy juntos para poder hacer una conducción deportiva y llevar a cabo el “punta-tacón”, una maniobra que usaban los pilotos de ralli para perder el menor tiempo posible en las curvas. No era un coche fácil de conducir, puesto que la “patada” del turbo, que llegaba a unas 3.500 vueltas, te obligaba a tener mucha destreza al volante para llevarlo rápido. No tenía ningún tipo de ayudas, ni ABS, ni control de tracción, ni dirección asistida…
Hubo varias versiones del vehículo, la Cévennes, por ejemplo, contaba con 200 CV y 45 kilogramos menos de peso. En lo relativo a las carreras, el Tour de Corse y el Maxi Turbo, este último, con 350 caballos.
Finalmente, en el año 1982, el Renault 5 Turbo dejaría de ser producido, con casi 5.000 unidades a sus espaldas.
El Renault 5 Turbo en los ralis
Con las capacidades y prestaciones del vehículo, era inevitable que no se adaptase para competición, de hecho, una de las razones por las que existe es que Renault necesitaba producir un coche y unas unidades determinadas para poder homologar el coche de competición. Sin haber sido un coche importante, en lo relativo a victorias, tanto el R5 Turbo como el Maxi Turbo son parte de la historia de la categoría.
Uno de los pilotos más conocidos que han pilotado en la marca del rombo, a parte de Carlos Sainz, ha sido Jean Ragnotti. El francés, considerado como uno de los mejores volantinas de la historia, conseguía sacarle toda la “chicha” al Tour de Corse y al Maxi Turbo. Tal fue su impacto que, hace uno años, se vendió uno de los R5 que pilotó por más de 300.000 euros.
Del Renault 5 Tour de Corse, que daba 260 CV, se evolucionó al Maxi Turbo, uno de los Grupo B más bonitos. Contaba con un motor central de 1,5 litros que rendía 350 CV con tan solo 900 kilogramos de peso. Tracción trasera y casi tan ancho como las carreteras, era una máquina preparada para los mejores pilotos. Ganó algunas pruebas pero nunca fue hegemónico. Tuvo la mala suerte de compartir época con los primeros Audi Quattro, que con la tracción total devoraban las carreteras.
El futuro del Renault 5, el Turbo 3
Tras casi 40 años sin noticias sobre el “culogordo”, una empresa franco-americana, llamada Legende Automobiles, ha decidido desenterrar al mito de Renault, darle una nueva vida y presentar el Renault 5 Turbo 3.
Por el momento solo es un prototipo hecho con inteligencia artificial, pero dicha reedición ha causado revuelto entre los aficionados al motor y en el sector automovilístico.
Si lo ves de lejos y no te fijas mucho en los detalles, parece uno de los clásicos, pero que no te engañe la vista, por que de viejo, nada. Sobre la preciosa carrocería creada en los 70, los diseñadores han decidido adaptar las nuevas tecnologías: faros led, pantalla, ABS, dirección asistida… Aunque han sido puristas en algunos puntos, como en el cambio, que será manual ya que, para ellos, se aprovecha mucho más la sensación y tirón del turbo con el embrague en los pies que con unas levas. El motor es un cuatro cilindros, turbo alimentado que da unos 400 CV de fuerza sobre las ruedas traseras.
No hay fecha exacta de salida ni precio sobre la mesa, pero algo es seguro, las unidades que salgan a la venta serán muy cotizadas.
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