El 6 de febrero de 1911 se registraba la propiedad intelectual del diseño de una de las características más definitorias del mundo del automóvil y nacía uno de los iconos más representativos y deseables del mundo del lujo: “El Espíritu del Extasis”.
La figura que adorna el capó de todos los modelos Rolls Royce que han salido de las factorías de la marca británica desde entonces tomó su diseño de una estatuilla de bronce llamada “Susurro”, creada por Charles Sykes, un escultor e ilustrador que trabajaba por aquel entonces para Lord Montagu de Beaulieu, uno de los pioneros de la industria del automóvil y de los primeros en apostar por la marca Rolls Royce.
El Espíritu del Extasis, la figura que adorna los capó de los Rolls Royce, cumple 110 años
El diseño del “Espíritu del Extasis” ha permanecido prácticamente inalterado a lo largo de la historia, no así en cuanto a las dimensiones en las que se ha realizado. Las primeras figuras tenían una altura escultural de 18 cm, talla que se ha ido reduciendo hasta la actualidad, en la que las estatuillas miden 9,5 cm.
Objeto de deseo universal dado que en su práctica totalidad están elaboradas en los más ricos materiales, las estatuillas hoy se mantienen a salvo y fuera de la vista y de los instintos de los amantes de los ajeno dentro de una carcasa especial de seguridad habilitada en el capó de los distintos modelos de Rolls-Royce para portegerlas cuando el coche está estacionado y con el motor parado. Pero, en el momento en el que el poderoso motor de los Rolls Royce comienza a sonar de nuevo, las estatuillas comienzan a emerger hasta ocupar a su posición natural con suavidad y gracia mediante un mecanismo especial conocido como “el ascenso”, diseñado con gran precisión para producir ese efecto de gracilidad y elegancia.
Para Rolls Royce “el ‘Espíritu del Extasis’ fomenta el orgullo y el espíritu del cuerpo, uniendo u empoderando a la familia Rolls Royce en todo el mundo. Ella nos recuerda nuestra herencia y nuestros principios como marca, y nos inspira a todos para seguir manteniendo esa grandeza. Cada automóvil que construimos debe ser digno de soportarla, porque es ella quien hace que cada Rolls Royce en particular y nuestra empresa en general sean únicos y completos”., comenta el director ejecutivo de Rolls Royce Motor Cars, Torsten Müller-Ötvös.
“Para nuestros clientes, —sigue Müller Ötvös— es un símbolo potente, instantáneamente y universalmente reconocido, de éxito, esfuerzo, logro y prestigio que, en su belleza, sencillez, elegancia y rareza, encapsula todo lo que nuestros clientes buscan y encuentran en su automóvil Rolls Royce.
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