Poco sabemos aún del primer Rolls Royce eléctrico. Básicamente su nombre, Spectre, y poco más. Y no, no se trata de que Rolls se haya asociado con la organización criminal némesis de 007. Spectre es uno más de los fantasmagóricos nombres de los coches de la marca. Tenemos claro su nombre, que llegará en 2023, que tendrá carrocería coupé (previsiblemente de cuatro puertas), que llega para cubrir parte del hueco que dejan en la gama de la marca los Wraith y Dawn (el cese de su producción ya ha sido confirmado para 2023), … Pero, sobre todo, lo más importante, es que será el primer modelo 100 por cien eléctrico de la marca en sus más de 120 años de historia.
Rolls Royce se ha caracterizado durante décadas por bautizar a sus modelos con nombres etéreos, situados en los umbrales de otro mundo y que reflejaban un poder y una autoridad más allá del normal alcance de los mortales. Ghost, Phantom, Wraith, Shadow, Spirit, … son algunos de los que han permitido reconocer a los modelos de la marca. Nombres que son como esos “fantasmas” que todo el mundo sabe que existen pero que tan difíciles resultan de ver tanto en la carretera como en la vida real. Nombres que evocan emociones cargadas de misterio, inquietud y aprensión. Pero que todos queremos tener la oportunidad de contemplar al menos una vez en la vida. Porque no es fácil hacerlo, Identifican formas que habitan en entornos difícilmente accesibles al común de los humanos. Y eso hace que, en ocasiones, su presencia parezca una mera ilusión.
Son entes silenciosos. Pasan a nuestro lado de manera fugaz y sin anunciar su presencia, para desaparecer de la vista en apenas un suspiro. Pero a su paso siempre dejan amplias sensaciones de asombro y la certeza de que acabamos de contemplar una aparición que puede que nunca más volvamos a ver. Solo unos pocos, los más selectos y audaces, aquellos llamados a ser especiales, pueden cruzar ese umbral, frontera entre la realidad cotidiana y un mundo de ensoñación permanente, que significa pertenecer a una marca como Rolls Royce.
Spectre recrea esa misma atmósfera. Tan presente en los modelos tradicionales de la marca británica, como en los del futuro que la misma quiere protagonizar. En el mundo fantasmal, los espectros son quienes presagian importantes cambios a nuestro alrededor. Spectre así lo sugiere. No en vano es el primer modelo 100 por cien eléctrico de la centenaria historia de Rolls Royce.
Desde sus inicios, Rolls Royce manifestó su interés por lo eléctrico. Hace más de 100 años, Henry Royce, uno de los fundadores de la marca, creó F.H. Royce Company. Empresa donde daba rienda suelta a su fascinación por la electricidad. Allí produjo dinamos, motores eléctricos para grúas y llego a patentar objetos como el accesorio para las bombillas tipo bayoneta. Su socio, Charles Rolls, también tuvo contacto con la electricidad. Sobre todo, en abril del 1900, cuando tuvo la oportunidad de probar un Columbia Electric Carriage que le dejó bastante impresionado.
Charles Rolls vaticinó que aquel coche eléctrico, perfectamente silencioso y limpio, sin olores ni vibraciones sería útil. Lo sería cuando dispusiera de estaciones fijas de recarga para sus baterías. Eso sí, también previó que estas tardarían bastante tiempo en llegar. Hoy 120 años después, la situación ha cambiado y, por eso, Rolls Royce se prepara para dar su primer paso.
Poco hemos podido ver y saber del Spectre. El modelo prosigue su desarrollo bajo el más estricto de los secretos. Se han mostrado algunas unidades del mismo, pero conveniente y originalmente camufladas para evitar que se puedan percibir sus detalles. Con ellas se están realizando los primeros pases a clientes y personalidades muy exclusivas y preferentes de la marca.
También con ellas se está llevando a cabo un ambicioso y muy extenso programa de pruebas extremas y test de verificación. Todos sus componentes y comportamiento de los mismos se están analizando y comprobando exhaustivamente por los técnicos de la marca británica sobre el coche en movimiento. Los ingenieros de Rolls Royce van a recorrer más de 2.500.000 km, el equivalente a 400 años de uso por todo tipo de territorios del planeta, Objetivo: hacer rodar al coche en bajo las condiciones más extremas que en el mismo se registran.
De líneas silenciosas y amenazantes, aún bajo el camuflaje que la oculta, la apariencia de su carrocería permite identificar un coche potente y de vanguardista diseño. Aparentemente de cuatro puertas, la silueta del Spectre denota dinamismo y prestaciones. Se trata de una berlina coupé de gran tamaño en la que no faltarán las habituales características de los diseños de la marca: líneas fluidas y suaves, diseño pulcro y acabados elegantes y de gran lujo.
Rolls Royce sí que ha anunciado que el icono del tradicional Espíritu del Extásis que adorna la parte superior del frontal ha sido completamente rediseñada. Una de sus piernas se desplaza indicando progresión y avance—hacia delante. Sus tradicionales túnicas flotantes, tantas veces confundidas con alas extendidas, también varían sutilmente para aportar mayor realismo a las mismas. Cambios que aportan al icono mayor apariencia aerodinámica. La Diosa parece representar que ahora está lista para deslizarse velozmente hacia el futuro. El cambio no se apreciará únicamente sobre el frontal del Spectre. Ocupará igualmente su espacio de honor en todos los futuros modelos de la marca que llegarán progresiva y próximamente al mercado.
Antes de que eso se produzca, Spectre ya afronta el programa de pruebas y test de validación más exigente ideado por cuantos ingenieros y responsables de la marca han pasado en su historia centenaria. Para garantizar los 400 años de uso que Rolls Royce afirma ofrecen sus coches, Spectre va a recorrer 2,5 millones de kilómetros para comprobar y poner a prueba los componentes del coche, su funcionamiento y la razón de su presencia a bordo del mismo.
Así, en Arjeploj, Suecia, apenas a 55 km del Círculo Polar Artico se ha desarrollado la primera fase de pruebas. Un completo programa de test invernales, realizados bajo temperaturas extremas de entre -26°C y -40° C. Sobre superficies extremadamente deslizantes, intimidantes glaciares y lagos helados.
La tecnología del avanzado nuevo tren trasero motriz eléctrico que Rolls anuncia para Spectre se ha probado bajo condiciones sin precedentes en la industria del automóvil. Los resultados obtenidos en las pruebas permiten a los técnicos de la marca advertir que nos encontramos ante una nueva era en materia de transmisión digital e ingeniería del chasis.
El Rolls Royce Spectre cuenta con una carrocería elaborada íntegramente en aluminio bajo técnicas espaciales, algunas de las cuales se comenzaron a utilizar en el diseño del Phantom Coupé
“Refinar el nuevo tren trasero motriz eléctrico de Spectre ha sido un desafío en materia de ingeniería. La retirada de los motores de combustión permite aumentar significativamente el poder de procesamiento del resto de componentes individuales y crear una nueva inteligencia completamente descentralizada en su funcionamiento”, ha comentado Mihiar Ayoubi, director de Ingeniería, Rolls-Royce Motor Cars.
En estos test invernales se prueba todo, incluso las variables que afectan a los distintos materiales y que los alteran provocando ruidos, vibraciones, durezas. Someterlos a situaciones de extrema dureza climática permite verificar su comportamiento en materia de calidad, así como el ´funcionamiento de numerosos sistemas instalados a bordo: climatización, ventilación, calefacción, aire acondicionado, refrigeración del motor, rendimiento del mismo, frenos, etc. Igualmente permite verificar que los elementos tanto de hardware como el software instalado también resultan eficaces bajo estas condiciones extremas. De ellos van a depender en buena medida el manejo, control, estabilidad, previsibilidad y fluidez del Spectre en movimiento.
Conviene tener en cuenta, además, que Spectre va a ser el modelo más conectado de la historia de Rolls Royce. A bordo hay instalados más de 141.200 relaciones emisor-receptor y más de 1.000 funciones con 25.000 subfunciones. Por comparar, en un Phantom apenas encontramos 51.000 relaciones emisor-receptor, 456 funciones y 647 subfunciones. El salto es simplemente brutal. Esto ha obligado a incrementar el cableado instalado a bordo del Spectre con el habitual conocido en otros modelos de la marca. Se ha pasado de los 2 km de cable del Phantom a disponer de más de 7 en el Spectre. Y el número de algoritmos disponibles se ha multiplicado por 25.
El “súper Coupé eléctrico —así lo mencionan internamente en la marca— cuenta con una carrocería elaborada íntegramente en aluminio bajo técnicas espaciales algunas de las cuales se comenzaron a utilizar en el diseño del Phantom Coupé. De diseño fastback, el Spectre también mantiene una cierta similitud en cuanto a las dimensiones. Y en otros detalles, como los faros frontales divididos, un detalle del estilo de diseño de la marca que permanece invariado desde hace ya varias décadas. Un último detalle: el Spectre montará llantas de 23 pulgadas, una medida inédita en la marca desde nada menos que 1926.
Se ha especulado mucho con que la ingeniería del propulsor eléctrico del Spectre proceda de la unidad de potencia del todavía reciente BMW iXM60, el nuevo SUV de altas prestaciones eléctrico de la marca bávara que monta un motor eléctrico en cada uno de sus ejes y que entre ambos ofrece una potencia combinada de 619 CV (455 kW) y un par motor de 1.100 Nm, rendimientos que le permiten acelerar de 0 a 100 km/h en 3,8 segundos.
Si fuera así, esto permitiría identificar al Spectre como un modelo dotado de tracción total, lo que sin duda sería posible gracias a la nueva plataforma desarrollada por los ingenieros de la marca, que estrenará el Spectre pero que será utilizada en todos los futuros modelos eléctricos de la centenaria marca.
Los planes de Rolls Royce para el Spectre continúan con el resto de fases de prueba (apenas se ha cumplido el 25 % del programa previsto). Todavía queda tiempo para ello, pues la presentación del modelo definitivo no está prevista hasta el último cuatrimestre de 2023.
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