Los fabricantes de vehículos superdeportivos se afanan en la elaboración de sus nuevos modelos electrificados. Renovarse o morir y o se suman a la corriente eléctrica que invade el mercado o lo van a tener difícil para poder sobrevivir. Aston Martin ha recogido el guante y ha desarrollado un modelo para entrar en el nuevo paraíso de los superdeportivos electrificados: el Valhalla, un modelo que promete experiencias aún más intensas, excitantes y de conducción sin precedentes en cuanto a lo visto hasta la fecha.
Aston Martin ha aprovechado la celebración este fin de semana del Gran Premio de Inglaterra en Silverstone para celebrar su retorno a la máxima competición automovilística tras 60 años de ausencia. Y para ello ha ofrecido una importante primicia a los aficionados allí presentes: su nuevo superdeportivo Valhalla. Un modelo que marca el inicio de una nueva época para el fabricante británico, pues no en vano se trata del primer superdeportivo híbrido de altas prestaciones de la marca alada. Un vehículo pensado por y para el conductor con el que Aston Martin quiere establecer unos nuevos estándares en el segmento (está por ver que lo consiga realmente) en cuanto a rendimiento, dinámica y placer de conducción se refiere.
Aston Martin aprovechó la celebración del Gran Premio de Silverstone para celebrar su retorno a la máxima competición tras 60 años de ausencia
“El Valhalla demuestra el compromiso de Aston Martin con la creación de una nueva gama de coches excepcionales con motor central enfocados en el conductor, marcando una etapa crucial en la expansión de nuestra gama de productos”, ha comentado Tobias Moers, CEO Aston Martin. Moers, ingeniero mecánico de profesión y anteriormente alto directivo de Mercedes AMG, empresa en la que ha desarrollado su carrera durante Meros 26 años, llegó a Aston Martin en agosto del pasado año, tras la toma de control de Aston Martin Lagonda durante el verano de 2020 por parte del grupo Daimler.
Además del primer híbrido del fabricante británico, el Valhalla también es el primer superdeportivo con motor central de producción en serie que saldrá de las instalaciones de Aston Martin. Aunque toma importantes elementos del Valkyrie y su tren motriz híbrido procede de Mercedes AMG, el superdeportivo británico es prácticamente un modelo completamente desarrollado desde cero. Chasis, aerodinámica y electrónica han sido desarrolladas específicamente para el modelo a partir de las experiencias adquiridas en la Fórmula 1 tanto por el propio equipo de la marca como por el equipo Mercedes. Un trasvase tecnológico posible gracias a los acuerdos establecidos tras la ya comentada toma de control del capital de Aston Martin por el consorcio alemán. De esta manera, el Valhalla se convierte en el nuevo escaparate tecnológico de Aston Martin y servirá de inspiración para los futuros desarrollos de Aston Martin.
Aston Martin ha creado el prototipo pensando en el uso del Valhalla tanto en carreteras abiertas como sobre las pistas de los circuitos de competición. Los ingenieros de la marca están tratando de que el coche ofrezca una experiencia de conducción altamente emocional que permita proporcionar a sus usuarios una capacidad de disfrutar al volante sin precedentes en el segmento. Para ello lo han dotado de una precisa capacidad de manejo, una muy eleva capacidad de generar carga aerodinámica (aspecto en el que según el comunicado de Aston Martin alcanza “niveles prodigiosos”) y, sobre todo, la explosiva combinación de rendimiento y entrega de potencia que ofrecen sus tres motores (dos eléctricos y uno de combustión).
“Con un manejo preciso, niveles prodigiosos de carga aerodinámica y la asombrosa combinación de par eléctrico instantáneo que proporcionan su batería y la intensidad del brillante motor V8 de combustión, el Valhalla es toda una demostración de la emoción pura y eficiencia híbrida que refleja el arranque de una nueva era en el segmento de los superdeportivos. Una nueva era en la que a los modelos contemporáneos se les va a exigir no solo que sean sensacionales a la vista y emocionantes de conducir, sino que reflejen realmente la tecnología empleada en el más alto nivel del automovilismo”, afirma el CEO de Aston Martin, Tobias Moers.
El corazón del Valhalla es su cadena cinemática PHEV de origen Mercedes AMG, adaptada y modificada convenientemente por los ingenieros de Aston para adecuarla al rendimiento que se espera obtener al aplicarla sobre el superdeportivo británico. La base de la misma es el brillante motor V8 biturbo 4.0 litros de Mercedes, dispuesto en posición trasera y con cigüeñal plano para ofrecer una mayor capacidad de respuesta, que aporta 750 CV a 7.200 rpm. Se ofrece en combinación con un sistema híbrido de batería de 150 kW / 400 Cv, en el cual dos motores eléctricos, uno por cada eje, aportan 204 CV adicionales de potencia. En conjunto, la aportación de la mecánica asciende a 950 CV de potencia máxima y 1.000 Nm de par máximo, rendimiento que permite al Valhalla superar los 330 km/h de velocidad y acelerar de 0 a 100 km/h en apenas 2,5 segundos. Unas prestaciones que próximamente serán sometidas a prueba en el Nordschleife del circuito de Nürbügring , donde Aston Martin se ha fijado como objetivo registrar un tiempo por vuelta inferior a los 06’30”, que sería lo suficientemente rápido como para superar el récord absoluto de un automóvil de producción sobre la pista tras el actual récord de 6’38.8” establecido por un Porsche 911 GT2 RS a principios de este año.
Toda la potencia que genera el motor de combustión se transfiere por completo al eje trasero, mientras que la de los motores eléctricos va por completo al eje delantero en modo EV y se reparte porcentualmente entre ambos ejes según las exigencias de la conducción cuando el coche circula en otros modos de conducción, pudiendo incluso transferir igualmente el 100 por cien al eje trasero para complementar el impulso generado por el motor V8 a la hora de exprimir el máximo rendimiento del vehículo sobre la pista. En modo EV, circulando a velocidades de hasta 130 km, el Valhalla ofrece una autonomía cero emisiones de 15 km.
Para llevar todo ese potencial a las ruedas, el Valhalla incorpora una transmisión DCT de doble embrague de 8 relaciones de marcha, elaborada en exclusiva para Aston Martin y de la que se beneficiarán igualmente los futuros modelos de la marca. La transmisión carece de relación de marcha atrás, que ha sido eliminada dado que el superdeportivo dispone de función e-reverse generada a partir de sus motores eléctricos gracias a la energía disponible en su batería. El Valhalla también cuenta con un diferencial electrónico de deslizamiento limitado (E-Diff) en su eje trasero, a fin de garantizar la máxima tracción y agilidad posible durante la conducción.
Para aprovechar al máximo el potencial que su unidad motriz le proporciona el Valhalla ha sido objeto de especial atención por parte de sus ingenieros a la hora de establecer el conjunto de chasis/bastidor/carrocería, a fin de lograr el más perfecto equilibrio a la hora de favorecer la conducción del coche.
Así, para garantizar la máxima ligereza a la vez que la mayor capacidad de resistencia a las torsiones que se generan sobre el chasis a alta velocidad, el uso de materiales de alta resistencia y rigidez como el carbono ha sido especialmente intenso tanto en la elaboración de su estructura como de los distintos elementos de su bastidor y carrocería. La suspensión delantera, elaborada al estilo de las utilizadas en la Fórmula 1 mediante varillas de empuje, cuenta con muelles y amortiguadores montados en el interior para reducir las masas suspendidas. La trasera, de tipo multilink, incorpora muelles y amortiguadores autoadaptativos Multimatic regulables y ajustables en su frecuencia para lograr el máximo rendimiento tanto sobre la carretera como sobre las pistas de los circuitos. La suspensión dispone de un modo track, mediante el cual se puede regular la dureza de la respuesta y reducir o variar drásticamente la altura del coche durante la conducción, e incluso elevar el eje delantero para mejorar el ángulo de aproximación del coche al afrontar pendientes complicadas.
El Valhalla utiliza llantas de 20” en el eje delantero y de 21” en el trasero, donde se montan unos neumáticos Michelin desarrollados específicamente para el modelo. Tras las llantas se puede percibir los frenos cerámicos de carbón (de tecnología (brake-by-wyre) firmados por el especialista Matrix, cuyo alto rendimiento está a la altura de las exigencias del potencial que su unidad motriz desarrolla, aportando al conjunto una excepcional calidad y potencia de frenado.
El exterior del Valhalla está definido por una silueta conformada por unas superficies muy limpias, sin apenas aristas, en las que las habituales alas agresivas y elementos que rompen prácticamente desaparecen por completo. Elaborada íntegramente en fibra de carbono, la carrocería del Valhalla ofrece una línea y un diseño muy fluidos, en los que se combinan inteligentemente función y belleza a la perfección. Destacan las amplias puertas diédricas, con los giros de bisagra hacia adelante, o la toma de aire dispuesta sobre el techo del vehículo para proporcionar la respiración adecuada al potente V8 que se esconde en la trasera. Cuenta también con distintas tomas de aire y rejillas de ventilación tanto en los laterales del coche como en la trasera para favorecer los flujos aerodinámicos, una materia en la que los ingenieros de Aston Martin han puesto toda la carne en el asador para que el Valhalla destaque.
Y a fe que, según los datos proporcionados, lo han logrado. A 240 km/h, el Valhalla ya genera una carga aerodinámica de 600 kg, situación que no solo le aporta una portentosa capacidad de paso por curva, también una muy elevada estabilidad lineal en las fases de aceleración. Buena parte del éxito alcanzado se debe a los dos túneles Venturi instalados en el piso del coche y al innovador alerón trasero FlexFoil, que facilitan la generación de la carga aerodinámica sin necesidad de recurrir a las habituales tracas, alas y palas aerodinámicas presentes en el diseño de las carrocerías de otros superdeportivos similares.
En el interior del coche, Aston Martin ofrece la posibilidad de disponer el volante tanto a la derecha como a la izquierda, lo que sin duda amplia el futuro mercado del Valhalla. La primera sensación a bordo es la de disponer de un mayor espacio que en el habitáculo del Valkyrie, aunque sus dimensiones son prácticamente las mismas. Un hecho que, sin duda, habla muy bien del trabajo realizado por los ingenieros y diseñadores de la marca británica. Parte de ello se debe a que los asientos deportivos van fijados directamente al chasis del coche gracias a que tanto el pedalier como la columna de dirección disponen de un arco radio de regulación. Esto también ha permitido que la ergonomía del puesto de conducción del coche mejore notablemente y, sobre todo, que se reproduzca la baja postura de conducción, con los pies elevados y la distancia de la cadera al talón reducida que se ofrece en los monoplazas de competición. Una postura mucho más cómoda y adecuada para pilotar el coche a altas velocidades sobre las pistas de los circuitos.
Pese a ser un superdeportivo, Aston no se ha olvidado en el Valkyrie del necesario confort a bordo. Así, cuenta con elementos como un climatizador bizona, un sistema HMI (original de Aston Martin con pantalla táctil central y compatible con Apple CarPlay y Android Auto, así como incorpora avanzados sistemas de asistencia al conductor y de seguridad a bordo como, entre otros, los de frenada de emergencia automática, advertencia de colisión frontal, control de crucero activo, de ángulo muerto o la cada vez más habitual cámara de visión trasera a la que, opcionalmente, se le puede dotar para que ofrezca una vista envolvente del vehículo.
El Valhalla está actualmente terminando su fase última de pruebas y desarrollo, en la que están colaborando activamente, al igual que han hecho durante todo el proceso, los pilotos del equipo de Formula 1 de Aston Martin. La base del trabajo la ha desarrollado Niko Hulkenberg y, más recientemente se han sumado tanto Sebastian Vettel como Lance Stroll para verificar y comprobar sobre la pista que todo sigue el proceso adecuado y responde a los objetivos fijados por los ingenieros de la marca.
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