Deportivo, norteamericano, procedente de la colección privada del Sultán de Brunéi y con apenas catorce unidades ensambladas. Sin duda alguna el Vector M12, modelo creado a partir del Lamborghini Diablo de los años ‘90 del pasado siglo es una de esas joyas por las que más de un buen aficionado se va a pelear.
Durante los primeros años de la década de los ‘90 del pasado siglo, el mundo sufrió una de esas cíclicas crisis económicas que padece la economía. En España nos enteramos de la misma con cierto retraso respecto a la gran mayoría de los países debido al derroche provocado por los fastos del 92, (Olimpiadas de Barcelona y la Expo de Sevilla) lo que hizo que nuestra crisis fuera aún más dura. Aquella crisis marcó el récord negativo (1994) en cuanto a ventas de automóviles en nuestro país que aún perdura. La crisis financiera afectó a muchas empresas en todo el mundo. Una de ellas, de pequeño tamaño fue Vector Aeromotiv, un pequeño estudio de diseño de aviones y automóviles deportivos de los Estados Unidos. Vector sufría de graves y grandes problemas financieros y fueron varias empresas las que intentaron hacerse con su control. Fruto de una OPA ciertamente hostil, su propietario Jerry Wiegert, forzado por la situación, tuvo que vender la empresa a Megatech, un consorcio de empresas relacionadas con el mundo del automóvil a través de la producción de distintos tipos de componentes.
El Vector M12 fue creado a partir del Lamborghini Diablo
Los nuevos propietarios quisieron tomar buena parte de los desarrollos utilizados en el Vector AWX-3, un proyecto en fase de desarrollo iniciado por Wiegert, pero dado el carácter hostil de la OPA sufrida, este pleiteó reiteradamente por la propiedad y los derechos de los estudios de un coche cuya producción ni tan siquiera se había iniciado y ganó en los tribunales la propiedad sobre los mismos. Por esta razón, para relanzar la compañía y recuperar el pulso de las ventas de sus modelos, Vector Aeromotive inició los trabajos de desarrollo de un nuevo modelo. Para ello partió de uno de los modelos de mayor atractivo del momento, el Lamborghini Diablo, del cual Megatech, gracias a su fuerte implantación internacional, consiguió todos los derechos necesarios para utilizar en su proyecto tanto la plataforma como de la mayoría de los componentes del coche, entre ellos su potente motor V12. La operación le resultó especialmente sencilla, pues Megatech era por aquella época la propietaria de Lamborghini.
Así, aprovechando en parte el estilo definido para el Vector AWX-3, los nuevos propietarios contrataron a Peter Stevens, un conocido diseñador de la época, para desarrollar una versión no tan extrema y más moderna del AWX-3 que pudiera llegar al mercado sorteando las limitaciones impuestas por los jueces. Basándose directamente en la plataforma del Diablo y utilizando numerosos componentes —entre ellos el motor— del Lambo dio comienzo el desarrollo del Vector M12.
Frente a lo proyectado para el AWX-3 y lo realizado en el W8, un modelo anterior de Vector Aeromotive, donde se utilizaba un costoso motor Rodeck V8 de doble turbo montado transversalmente, para el M12 se decidió utilizar el motor V12 de Lamborghini que gracias a la vía directa existente con Lamborghini resultaba mucho más económico de adquirir. El propulsor V12 de 5.707 cm³ de Lamborghini ofrecía una potencia de 492 CV a 5.200 rpm y 576 Nm de par máximo y se ubicaba en el M1 en posición central por delante de la caja de cambios (de cinco relaciones de marcha) en lugar de por detrás como se utilizaba en el Diablo. Con este propulsor el M12 aceleraba de 0 a 100 km/h en 4,8 segundos y alcanzaba una velocidad máxima de 304 km/h.
El nuevo proyecto del M12 también modificaba buena parte del diseño del AWX-3. Así, contaba con una parte delantera de menores dimensiones y una trasera de mayor longitud, además de con una línea y un diseño diferenciado.
Pero el proyecto del M12 no tuvo mucho recorrido. Se produjeron 17 unidades, tres de las cuales fueron modelos de preproducción para el desarrollo del coche y 14 destinados a la comercialización. Sin embargo, el bajo interés que el M12 despertó en el deprimido mercado de aquellos años provocó que Vector Aeromotive no pudiera cumplir con los pagos a Lamborghini por los motores y el resto de componentes del Diablo, lo que hizo que la producción del coche terminara definitivamente en 1999.
Además, una de las unidades de producción, que había sido derivada para realizar con ella una un coche de competición, no dejaba de dar problemas mecánicos de todo tipo, lo que provocó que el proyecto deportivo se cancelara y se dedicara esta unidad para servir de base al futuro SRV8 que reemplazaría al M12, y utilizaría el motor V8 de procedencia GM que por aquel entonces se utilizaba en el Chevrolet Corvette, mucho más económico y accesible para Vector. Aunque este modelo tampoco tuvo mucho recorrido. A finales de los años 90, Megatech se deshizo de la compañía, que tras varias tentativas quedó nuevamente en manos de Wiegert, quien hasta la fecha ha tratado de reactivarla en varias ocasiones (2006, 2008), con un modelo denominado Vector WX-8 , aunque sin éxito por el momento.
Una de aquellas 14 unidades, la adquirida por la familia real del Sultanato de Brunéi, saldrá a subasta este próximo sábado día 27 de marzo, en la puja organizada por la casa de subastas Barret-Jackson en Scottsdale (Arizona, EE.UU.). Se trata en concreto de la unidad número 12, que fue la segunda de los cuatro Vector M12 que se ensamblaron durante el último año de la producción del modelo (1999).
Acabada en color negro brillante para el exterior y con cuero de color rojo para el interior, en 2019 el coche fue sometido a un minucioso trabajo de mantenimiento, durante el cual se le instaló un nuevo embrague y se mejoró su equipo de frenos incorporando unos nuevos discos cerámicos mejorado. En cuanto al interior del coche, al parecer también fue debidamente rediseñado para poder acoger en el mismo a ocupantes de mayor estatura y, consecuentemente, también ha sido retapizado.
Como curiosidad, en ningún momento el Vector M12 consiguió alcanzar el rendimiento que ofrecía el Lamborghini Diablo, razón por la cual el semanario británico Autoweek lo catalogó en su día como “el peor automóvil probado en la historia” de la publicación hasta ese momento.
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