Allá por 2009, una empresa llamada Vermot AG, resucitó el nombre de Veritas y anunció la puesta en circulación del espectacular Veritas RS III. Un automóvil tremendamente singular, del que no hemos vuelto a tener noticias, dejando el nombre de Veritas nuevamente para el recuerdo. Además, Vermot AG quería hacer las cosas como se hicieron en su día, con tecnología BMW y siempre enfocado a las prestaciones.
Para muchos, el nombre de Veritas es completamente desconocido, una de esas marcas que había años atrás y de la que pocas cosas quedan. Pero en realidad, Veritas fue una compañía muy prolífica en su momento, construyendo automóviles de buenas prestaciones y técnica relativamente depurada, durante algunos años. Fueron pocos los coches que fabricaron, es cierto, pero dejaron huella entre los aficionados a los coches deportivos y de competición.
Veritas se fundó después de la Segunda Guerra Mundial, concretamente en 1947, por tres exmiembros de la Bayerische Motoren Werke, más conocida como BMW. Esos ex pleados eran Ernt Loof, Georg Meier y Lorenzo Dietrich. La idea principal era tomar componentes de la propia BMW (de coches de antes de la guerra, pues no había nada más disponible) y crear con esos elementos automóviles de competición.
La idea de Veritas fue la de tomar componentes de BMW y crear con esos elementos automóviles de competición
Un proyecto que les funcionó bastante bien, logrando automóviles que, para lo limitada de la disponibilidad de materiales, eran muy eficaces y rápidos. Tanto que se hicieron famosos por ser, quizá, el único esfuerzo pasional y profesional en las carreras de postguerra de primer nivel.
Su primer coche, el Veritas RS, hizo su debut en 1948 y estaba animado por un bloque BMW con tres árboles de leva y un total de 140 CV en la clase “2 litros”. Dominaron su clase durante todo el año y en 1949, ganado en Hockenheim, Schotten, Tübingen, Nürburgring, Schauinsland hillclimb, Eifelrenner y Solitude, siendo derrotados tan solo dos veces. Lo más curioso de todo esto, es que la base para el Veritas RS era el BMW 328, un coche que en 1947, y usando componentes suministrados por un cliente, les convirtió en los campeones de la clase “2 litros” en 1947.
Aquel Veritas RS tuvo una versión para circular por las vías públicas en 1949, un curioso coupé que tomaba igualmente la base del BMW 328, aunque debidamente actualizada. Era, básicamente, una versión con carrocería cerrada del Veritas RS al que se llamó Veritas C90 Spohn Coupé, cuya construcción contó con la colaboración de Karosseriebau Hermann Spohn, una compañía fundada en 1920 en Ravensburg, Alemania, que se ganó una gran reputación fabricando carrocerías para Maybach.
Sphon comenzó a fabricar carrocerías de aluminio en 1948, algo realmente sorprendente y super atrevido (y extremadamente caro), dada la enorme escasez de materiales que sufría Alemania tras la Segunda Guerra Mundial. Cabe recordar que los germanos tuvieron grandes restricciones en postguerra, con el objetivo de controlar y no permitir cualquier otro tipo de intento de conquista. Esas carrocerías de aluminio acabaron tomando forma sobre el chasis del Veritas RS y también, sobre el Veritas C90 Spohn Coupé.
El diseño de Spohn para el Veritas C90 era realmente sencillo, pero bastante logrado y curiosamente equilibrado. Se centraba en acomodar una cabina al diseño aerodinámico del Veritas RS, un monoplaza con el conductor a la izquierda y un hueco enorme a la derecha, adoptando unas nuevas puertas de apertura suicida y ventanillas descendentes. El techo contaba con una abertura como los “techos solares” actuales y el interior era completamente nuevo, más adecuado para circular con vías públicas.
El motor seguía siendo el mismo seis cilindros 2.0 con que rendía 140 CV y que, al igual que otros elementos, procedía del BMW 328 de antes de la guerra. Solo se fabricaron entre 10 y 15 unidades del Veritas C90 Sphon Coupé.
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