El Volkswagen Golf es, a día de hoy, toda una institución, la viva imagen de Volkswagen y un coche que está condenado a ser como es, cambiando lo justo para seguir siendo el Rey de los compactos. Es cierto que en los últimos años, los rivales se han puesto a la par y las cosas ya no son tan fáciles como antaño, cuando el Golf era casi imbatible y todo compacto que se lanzaba al mercado tenía como referencia al modelo alemán. Sí, todavía sigue siendo uno de los referentes del segmento, pero como hemos dicho, ya no es tan sencillo y los rivales están mejor preparados que nunca. Y lo más llamativo es que ha sido culpa suya, pues todos quieren superar al Golf y, por tanto, evolucionan mucho y muy rápido.
La primera generación del Golf apareció hace muchos años, hablamos de un coche que lleva a la venta, con diferentes evoluciones, más de 40 años, siendo un éxito de ventas, aunque no es el modelo más barato de su segmento. Volkswagen lanzó el modelo por primera vez en 1974 y se fabricó hasta 1983, habiendo alcanzado nada menos que 6,99 millones de unidades vendidas. Era un coche que se puso en circulación para reemplazar al mítico Beetle (que nunca se llamó así oficialmente mientras estuvo a la venta) y supuso un cambio realmente radical tanto por concepción como por diseño (obra del genial Giorgetto Giugiaro), evolución técnica y calidad de fabricación.
El Volkswagen Golf GTI G60 incorporaba un compresor volumétrico que elevaba su potencia a los 160 CV
Mientras se dejaba de comercializar la primera generación del Golf, Volkswagen ponía en circulación la segunda, más conocido como Golf “caja 2” o Golf “MK II”. Frente al “caja 1”, el nuevo Golf mantenía sus formas cuadradas y sus faros redondos, pero daba un paso al frente en cuanto a tamaño y espacio interior, en cuanto a prestaciones y también, en lo referente a versiones especiales. Con el MK II, Volkswagen comenzó a ofrecer toda clase de versiones especiales y, sobre todo, deportivas. El lanzamiento del Golf GTI, desarrollado a escondidas, fue un éxito y pasó de ser una versión que se presentó como una edición especial y limitada, a formar parte de la gama de forma permanente. Con el lanzamiento de la segunda generación, se pensó que se podía ir un poco más allá del GTI y crearon el Volkswagen Golf G60.
Un Golf GTI sobrealimentado por un curioso compresor volumétrico
Volkswagen llevaba algunos años experimentando con un sistema de sobrealimentación bastante curioso, basado en un compresor volumétrico con forma de G llamado “G-Lader”, cuya patente estaba registrada desde comienzos del Siglo XX, pero que no había podido ser fabricado porque requería procesos y materiales que no se podía conseguir en su momento. Este compresor se usó en el Volkswagen Polo G40 y en el Passat GT G60, donde los números hacían referencia al diámetro entre las paredes del compresor (casi 60 milímetros, concretamente 59,5 milímetros).
Para la creación del Golf G60 se tomó como base de partida el Golf GTI, incluyendo el bloque EA827 con culata de ocho válvulas que daba vida al GTI “normal” con 112 CV, en lugar de partir del 16 válvulas de 139 CV (un motor, por cierto, que no era especialmente elástico y fue uno de los culpables de la fama actual de los 16 válvulas). Hubo una versión limitada con el motor 16 válvulas, pero de ese hablaremos más adelante.
Al añadir el compresor G, el motor EA827, un cuatro cilindros de 1.8 litros y culata de dos válvulas por cilindro, lograba rendir 160 CV a 5.600 revoluciones y 225 Nm de par entre 3.800 y 4.000 revoluciones. En realidad, el nombre completo oficial del modelo era Volkswagen Golf GTI G60, es decir, era un miembro de la familia GTI, que llegaba al mercado después de la aparición de una edición muy especial desarrollada para su homologación en competición: el Golf G60 Rallye.
Volkswagen Golf G60 Rallye, solo 5.000 unidades fabricadas
El Volkswagen Golf G60 Rallye se presentó a finales de los años 80 en el Salón del Automóvil de Ginebra. Era una versión espectacularmente cara, por lo complejo de su tecnología y sus soluciones, pues aunque era básicamente un GTI G60, añadía cosas como la carrocería ensanchada y un sistema de tracción total Syncro. También cambiaba el frontal, con grandes faros cuadrados, al igual que cambiaba el tarado de la suspensión y el acabado del habitáculo.
Podía alcanzar los 209 km/h, completando antes el sprint desde parado hasta los 100 km/h en 8,5 segundos. Eran cifras de respecto en los años 80, aunque hoy las alcancen coches mucho más pequeños. Sin embargo, eran prestaciones que estaban por debajo de sus principales rivales, como el Lancia Delta HF Turbo AWD, que con 165 CV y 284 Nm de par, le superaba en todas las mediciones y eso que ambos equipaban tracción a las cuatro ruedas. Sin embargo, el Golf era mucho más pesado que el Delta, lastrando sus prestaciones (pesaba 200 kilos más que un Golf GTI).
En cuanto a sus logros en competición, el Golf G60 Rallye fue un desastre monumental, ya que no logró nada de nada, un solo podio y muchos problemas incluso para acabar las carreras. Además, el mencionado Delta le batía en todas las pruebas sin miramientos.
La versión más prestacional y bastante desconocida de la familia G60 fue el Volkswagen Golf G60 Limited, que superaba con creces al G60 Rallye y al GTI G60. Solo se fabricaron 71 unidades, las cuales, montaban el 1.8 16 válvulas, llegando a rendir 210 CV. Fue el Golf más potente jamás fabricado hasta que apareció la primera generación del Golf R32 con su V6 de 240 CV.
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