El Porsche 996, el primer Porsche 911 con motor refrigerado por líquido, ha cumplido nada menos que 25 años, es todo un “youngtimer”, un “pre clásico” si lo preferís. Y puede que para muchos esta afirmación sean un disparate, pero la importancia de este coche lo convierte, sin lugar a dudas, en un automóvil especial y digno de ser recordado. El problema, para muchos, es que todavía se ven una gran cantidad de unidades rodando por las carreteras, aunque esto tampoco debería ser un problema porque también se ven muchas unidades del Porsche 964 y nadie niega que es todo un clásico. Los Porsche, por lo general, son coches duros y fiables y duran muchos años si se hace un mantenimiento adecuado.
Justo ahora, en su 25 aniversario –en realidad fue en 2022–, nos hemos encontrado con una curiosidad la mar de interesante, que está relacionada, con el Porsche 996, con el “Nueveonce” lanzado al mercado en 1997. Una curiosidad, además, que no había visto nunca, un detalle casi desconocido del modelo, que merece la pena ser contada: Bertone presentó una propuesta de diseño para el deportivo alemán, que nunca llegó a producción y que mezcla, sin mucho sentido a nuestros ojos, rasgos inspirados en otros modelos de la competencia y soluciones de diseño que no parece cuadrar mucho con la línea que siempre ha seguido la firma alemana.
El Porsche 996 se presentó oficialmente en el salón del automóvil de Frankfurt de 1997, destacando la gran novedad de su motor refrigerado por líquido. Hasta el momento, todos los Porsche, incluso los de competición, había usado la refrigeración por aire, una solución muy alemana –Volkswagen, por ejemplo, usaba refrigeración por aire–, pero el aumento de las prestaciones acabó por hacer inviable la refrigeración por aire. No gustó nada entre los fanáticos del 911, y además, para más inri, llegaba con un diseño que también causó mucha polémica. Pero aquí acaba todo, porque el hecho de compartir muchas cosas con el Boxster, causó más malestar entre los fanáticos. No obstante, hay que entender que, por entonces, Porsche no pasaba por un buen momento y todo lo que permitiera ahorrar en costes era bienvenido.
Lo que no sabíamos era que Bertone presentó algunas propuestas de diseño y que trabajó con la marca en el desarrollo del modelo. Pero no solo eso, como la idea de la marca alemana era que tanto el 911 como Boxster compartieran muchos elementos –tal y como se ha mencionado antes–, también trabajó sobre la base del roadster. Unas propuestas que, seamos sinceros, no son lo que se espera de un Porsche y, tomándonos la libertad de expresar nuestra opinión más sincera, no son tan atractivos como el modelo que finalmente pasó a producción.
Si nos fijamos detenidamente en ambos coches presentados por Bertone, resultan muy alejados de lo que se espera de un Porsche 911. Los faros, por ejemplo, son muy planos, lejos del habitual abultamiento que tienen las aletas del deportivo alemán y el paragolpes delantero, con dos entradas de aire a los laterales y que se extienden casi hasta el paso de rueda, aplanan todavía más la imagen del frontal dando como resultado un aspecto bastante peculiar. En el caso del Boxster, las entradas de aire son diferentes y ofrecen una imagen más interesante, pero lejos del modelo que llegaría a fabricar la marca.
La vista lateral resulta muy sencilla, pero tampoco casa con lo que se entiende por un Porsche 911, pero sobre todo, hay un cosa que llama poderosamente la atención y es la parte trasera, casi desde la mitad de la puerta hacia atrás. Tanto la línea de las ventas como las formas de la zaga, recuerdan al Ferrari 456 GT. O más que recordar, son casi un calco. De hecho, según el ángulo desde el que se mire al Porsche 911 de Bertone, parece que se está frente a un Ferrari 456 GT con los faros delanteros redondos.
Y ya que hablamos de los faros, mencionar un detalle. En Boxster de Bertone los tiene circulares, pero el 911 no, colocando el indicador de dirección justo del bajo del faro y un poco desplazado hacia el centro. Una solución que, tras una cubierta plástica, acabó por emplear el Porsche 996 de producción. Los pilotos traseros, por su parte, y basándonos en una imagen donde no se ve mucho, podrían ser empleado en cualquier otro Porsche, pero no en un 911. Son bastante rectos, ocupando casi todo el ancho del coche –separados únicamente por el emblema de la marca–, pero no habrían sido aceptados de buena gana por los fanáticos.
Bertone desarrolló bastantes dibujos para el desarrollo del 996, muchos de ellos, curiosamente, con un elevado parecido a modelos de Ferrari, aunque resulta muy normal que durante el proceso de diseño de un automóvil, se realicen muchos dibujos en busca del diseño más adecuado para lo que busca la empresa.
Viendo la crítica que llegó atener el Porsche 996 de producción, el diseño de Bertone habría sido vapuleado sin miramientos por los puristas. Sin embargo, viendo el diseño con la perspectiva que da el tiempo, resulta una curiosidad superinteresante, aunque también es una suerte que nunca llegara dicho diseño a las líneas de montaje.
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