A veces, cuando te gusta tu profesión y además, tienes los medios necesarios, se nota. Ahí está, por ejemplo, la creación del Volkswagen Golf GTI, un proyecto “entre amigos” que se llevó a cabo fuera del horario laboral, pero aprovechando los medios que se tenía a mano. Sí, vale, quizá con esos medios a nuestro alcance más de uno podría despuntar igual, pero tampoco debemos restar mérito al trabajo.
Otro ejemplo es Venturi, el fabricante de coches deportivos francés del que nadie se acuerda, pero todos conocen, o eso dice, porque en foros e Internet es una marca bastante presente. Venturi surgió entre las filas de Heuliez, un carrocero que tuvo bastante éxito en su momento y que no es, ni mucho menos, una empresa desconocida. Sirva de ejemplo que, entre otras cosas, fueron los responsables de la fabricación del Citroën BX con carrocería familiar, del Peugeot 206 CC (el descapotable de techo metálico) y de fabricar, nada menos, que el Peugeot 205 T16 de calle.
Venturi surgió entre las filas de Heuliez, un carrocero que tuvo bastante éxito en su momento y que no es, ni mucho menos, una empresa desconocida
Entre los empleados de Heuliez estaban Gérard Godefroy, miembro del equipo de diseño y Claude Poiraud, miembro del equipo del equipo responsable de chasis, dos personas amantes de su trabajo que emplearon sus ratos libres para la creación de un coche deportivo que, sin intención de fabricarlo en serie, serviría de carta de presentación. Lo llamaron Ventury y lo presentaron al público en el Salón de París de 1984.
La reacción del público fue bastante buena y unos inversores financieros se empeñaron en llevarlo a producción. Se creó la empresa MVS (Manufacture de Voiture de Sport) en 1985 y se puso como CEO a Hervé Boulan, un entusiasta de los coches. El primer coche que se puso en circulación fue el Venturi (ahora con “i” y no con “y”), una evolución del coche que habían creado Godefroy y Poiraud.
Sin embargo, el coche que llegaría a producción tendría muchos cambios respecto al diseño de ambos compañeros. Estos, habían pensado en montar el propulsor de cuatro cilindros de un Volkswagen Golf GTI o de un Peugeot 205 GTI, opciones que al CEO, Hervé Boulan, le parecieron insuficientes. Él tenía una visión completamente distinta, pensaba que el Venturi debía ser un coche deportivo de altas prestaciones, exclusivo y lujoso, para lo que era necesario un propulsor más potente.
El coche se ideó y desarrolló en Francia, así que el motor debía ser francés. Por entonces, el más potente era el usado por el Peugeot 505 Turbo, un bloque que rendía 200 CV, pero era pesado y su consumo elevado. No obstante, al poco apareció el V6 PRV (Peugeot Renault Volvo), un propulsor que dio vida, entre otras cosas, a los Alpine GTA V6 Turbo, llegando a rendir 200 CV. Así que la opción de motor ya estaba resuelta, al igual que la caja de cambios, que sería la del propio Alpine.
Las diferencias entre un motor y otro eran notables, como cabe esperar. Teniendo en cuenta que el chasis fue pensado para un cuatro cilindros y no para un V6, podría caber la duda sobre su adaptación. Pero el problema no existía, pues Poiraud había trabajado en la concepción de los Alpine y conocía el chasis lo suficiente como para poder realizar el trabajo sin que hubiera problema alguno. El V6 turbo se colocaría en posición trasera-central longitudinal y el chasis se vería reforzado en los laterales.
Corría el mes de mayo de 1986 cuando se dio a conocer el primer Venturi 200, logrando gran repercusión y una buena acogida. El primer cliente de la compañía fue Raymond Goulomès, el que por entonces era el presidente del Automobile Club de l’Ouest, más conocido como ACO (los organizadores de las 24 Horas de Le Mans). En aquel momento trabajaban en la compañía 37 personas, fabricando de forma artesanal un total de 15 coches al mes.
Las cosas no van mal y empiezan a llegar nuevos productos, como el Venturi Transcup, una versión descapotable con un techo bastante curioso (de dos partes, ambas metálicas, que pueden quitarse las dos o dejarlo como un targa). En 1988 apareció Jean Bernard Lasnaud, un jubilado que vivía en Florida y vio mucho potencial en la marca en Estados Unidos, fundando North America MVS Inc., aunque nunca se llegó a completar la colaboración pues los directivos de MVS conocieron un hecho que no era la mejor publicidad para la marca: Lasnaud era uno de los mayores traficantes de armas del mundo.
El CEO, Hervé Boulan, deja la empresa y esta es adquirida por el heredero de la familia Schlumberger, la mayor empresa del mundo de servicios a yacimientos petroleros), Didier Primat. En este momento es cuando la empresa pasa a denominarse simplemente Venturi y comienza la llegada de diferentes versiones y, como todos sabemos, un camino hacia el adiós que, quizá, contemos en otra ocasión.
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