Hay automóviles que no son sólo automóviles. Son emblemas que marcan una época, con sus vivencias, sus emociones, sus retos colectivos. De entre todos los modelos de leyenda que Honda ha traído al mundo a lo largo de su historia, los más guerreros llevan una marca de deportividad inconfundible: Type-R (R de racing, de carreras).
Casi tres décadas después del nacimiento del mítico sello de deportividad, hoy revisitamos el primer modelo que lo lució: el NSX Type R de 1992, encarnación del ADN deportivo de la marca. Hoy, el NSX sigue siendo un mito muy vivo.
La llegada de la versión NSX Type-R, dos años después del lanzamiento del ya de por sí rompedor NSX original, marcó un antes y un después. Aunque en su día sólo se vendió en edición limitada en el mercado japonés, hoy es objeto de admiración y deseo por parte de coleccionistas de todo el mundo. Cuando se desarrolló la versión Type R, los ingenieros de Honda se centraron fundamentalmente en reducir el peso. Para ello se eliminaron todos los elementos que no se consideraban imprescindibles: el sistema de sonido, la rueda de repuesto, el aire acondicionado, parte del equipamiento eléctrico, el carenado inferior, el material aislante, la dirección asistida… Gracias a todas estas medidas extremas, se consiguió una reducción total de peso de 120 kg.
La llegada de la versión Type-R marcó un antes y un después en el Honda NSX
El NSX original, el primer coche construido completamente en aluminio, lo que lo hacía muy ligero, se convirtió en un estandarte tecnológico y en el primer coche japonés competitivo en el mercado global. Fue un homenaje inmejorable al fundador de la compañía, Soichiro Honda, que pasó a mejor vida aquél mismo año. El NSX era la encarnación de los éxitos deportivos de Honda, que ya llevaba años ganando campeonatos del mundo de Fórmula 1. De hecho, el mítico piloto Ayrton Senna se involucró personalmente en su desarrollo, y fue él, junto al otro campeón del equipo, Alain Prost, quien lo presentó en el Salón de Ginebra de 1989.
Estandarte de la tecnología japonesa de alta calidad, el NSX batió récords en muchos sentidos, incluido un precio más económico. Podía alcanzar los 100 km/h en 6,2 segundos y llegar a una velocidad máxima de 259 km/h. ¡Y eso que el motor no era más que un V-6 de 3 litros con una potencia de 270 caballos!. El NSX estaba tan bien hecho que no necesitaba un motor muy potente para revolucionar el mundo de los superdeportivos.
En 2017, el NSX volvió a revolucionar el mundo del automovilismo. Tras años de impaciente espera, Honda presentó por fin la nueva versión del mítico modelo, y no defraudó. Manteniendo el espíritu del NSX original, el nuevo modelo siguió dando de qué hablar. Llegó con tecnologías de fabricación, carrocería y un conjunto propulsor que lo convertían en otra revolución mecánica y tecnológica.
Su propulsor híbrido gasolina-eléctrico de 3,5 litros fue declarado «Best New Engine» por los prestigiosos International Engine of the Year Awards. El premio reconocí el motor del NSX como la mejor unidad de potencia de nueva creación. Y es que es el primer súper deportivo del mundo que utilizaba motores eléctricos para mejorar y potenciar todos los aspectos de su rendimiento dinámico.
Al igual que la carrocería monocasco fabricada al 100% con aluminio del NSX original, la arquitectura de la carrocería del modelo de 2017, basada en acero de ultra-alta resistencia y aluminio, también se adelantaba a su tiempo. Combinando métodos de fundición tradicionales con técnicas de refrigeración rápida, con el NSX de 2017 se aplicó por primera vez en la historia de la automoción la fundición por ablación. Esto permitió utilizar un diseño de bastidor «space frame», fabricado con diversos materiales, que ofrecía una rigidez en la carrocería líder en su categoría sin incrementar el peso.
El NSX siempre ha sido un modelo muy querido. La primera generación del mito marcó la historia no sólo de Honda, sino también del segmento de los superdeportivos. El mítico superdeportivo de Honda, uno de los modelos más venerados de la marca, tanto por los aficionados como por los coleccionistas, sigue levantando pasiones en el mercado de vehículos usados actual.
En la última década, el NSX de los años 90 ha destacado en el mercado de automóviles usados con precios cada vez más altos, hasta llegar a un impresionante valor medio entre los 50.000 y los 60.000 $, una cifra que en algunos casos particulares ha llegado a superar la barrera psicológica de los 100.000 $, según datos del sitio web Bring a Trailer.
Lo dicho: los mitos nunca mueren.
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