El Jaguar E-Type ha sido protagonista de nuestras páginas digitales en más de una ocasión. No en balde, somos seguidores confesos del diseño creado por Malcom Sayer. Ingeniero aeronáutico durante la guerra, ingeniero aerodinámico automovilístico después, supo plasmar sus conocimientos aeronáuticos en un diseño sublime, considerado por los expertos como uno de los más bellos del mundo (algo que nunca nos cansaremos de repetir).
Aun así, a pesar de su equilibrio general en cuanto a volúmenes y formas, en la simpleza y acertado de sus líneas, hubo quien buscaba algo en este coche. No sabemos lo qué, pero los distintos rediseños que hemos ido viendo aquí, deformaban la estilizada silueta de la “zapatilla” británica. Bueno, podemos quitar la lista los Eagle, unos resmotod sencillamente soberbios, quizá de lo mejor que se ha hecho con el Jaguar E-Type como base, algo que no se puede decir del resto de creaciones.
Por ahora, en estas páginas digitales, hemos visto el Jaguar E-Type del conde Cawdor, una extraña unidad que cambiaba el frontal añadiendo grupos ópticos con dos proyectores cada uno, junto a unas branquias en el capó situadas a la altura de los faros, pero por detrás de las ruedas delanteras. Pocos cambios, aunque los realizados deformaban un poco el frontal.
También hemos visto el Jaguar E-Type de Bertone, el Pirana, una transformación que tiraba a la basura toda la carrocería y presentaba un diseño rectilíneo, con un tres cuartos trasero realmente llamativo por la gran cantidad de chapa, pero que en ningún momento haría pensar que se está viendo un E-Type, estando más cerca de un Lamborghini Espada.
El otro Tipo E rediseñado que hemos visto era el creado por Raymond Loewy, el diseñador, entre otras cosas, de la botella de Coca Cola. Otro coche que veía su frontal un tanto deformado, con nuevos faros y calandra, una ventanilla lateral que no seguía las curvas líneas de la carrocería y una trasera que, quizá, sea lo mejor que hemos visto hasta el momento al restar bastante integrada en el diseño general del coche.
Una petición de un distribuidor de Jaguar
Lógicamente, y como se suele decir, para gustos, colores, y por eso podemos enumerar todas estas transformaciones, que son simplemente un ejemplo de lo que hacían con un coche que estaba considerado el más bello del mundo. ¿Acaso pensaban que podrían hacer algo mejor?. Evidentemente, cuando alguien modifica algo, espera poder mejorarlo, aunque mejorar un E-Type en cuanto a diseño es complicado, como hemos podido ver y cómo vamos a mostrar una vez más.
En esta ocasión, nuestro protagonista es un Jaguar E-Type que ha pasado por los talleres de Frua y, posteriormente, por las instalaciones de Italsuisse. Pero su historia, como en los otros casos, da peso al rediseño que te puede gustar más o menos, pero es innegable que trastoca toda la personalidad del E-Type (en Estados Unidos, por cierto, lo conocen como Jaguar XKE).
Para conocer la historia de este E-Type, único en el mundo pues solo se fabricó esta unidad, tenemos que viajar hasta la década de los 60, en plena comercialización del modelo. En aquellos años, el ex piloto de carreras y distribuidor de Jaguar, John Coombs, se le ocurrió la loca idea de crear una “versión italiana” del Tipo E, que se ofrecería en forma de kit en su concesionario, Coombs of Guilford. La idea, a primera vista, no parece mala si tenemos en cuenta que, durante los años 60, Italia se destapó como una de las principales cunas del diseño automovilístico. Combinar el diseño de Sayer con el estilo italiano de la época auguraba un resultado arrebatador.
Así, por tanto, Coombs contactó con Pietro Frua, quien ya tenía en su haber creaciones como el Maserati A6G/54 Coupé, fabricado en 1955, el Renault Floride de 1958 o ya más adelante, en 1967, el Maserati Mistral. Eso sin contar sus trabajos para Glas, de donde salieron también los BMW GT (BMW-Glas 3000 V8, BMW 2800 GTS Frua y BMW 2002 GT4, por ejemplo).
Frua e Italsuisse redibujan el Jaguar E-Type
La fama de Pietro Fura en aquellos años estaba justificada, como también lo está ahora aun siendo uno de los diseñadores más olvidados de su época. Cuando Coombs contactó con él y le propuso el proyecto, Frua aceptó y comenzó a trabajar en 1965. Y no se anduvo por las ramas, ni mucho menos. Lo primero que se hizo tras desmontar el coche, fue cortar 20 centímetros de la parte delantera y 10 centímetros de la trasera, se modificaron ligeramente los arcos de las ruedas delanteras y se añadió al capó una protuberancia que incluye una entrada de aire.
Coombs no quedó contento con el trabajo. porque además de ser complicado de realizar en unidades ya en circulación, no cambiaba lo suficiente como para que los clientes quisieran comprar un kit. Así que contactó con Carrosserie Italsuisse, en Suiza, empresa que había fundado el propio Pietro Frua. Allí, se crearon dos conjuntos de paragolpes que se podían instalar en los Jaguar E-Type, uno para el frontal y otro para la trasera. El delantero no termina de ser feo, pero si extraño porque no cuadra del todo con el diseño del coche. Además, obliga a agrandar la entrada de aire del frontal. El trasero, en cambio, no es nada sutil ni tan atractivo como se esperaba, siendo un “pegote” rectangular cromado, con pilotos también rectangulares que deforma un poco la vista trasera.
El coche se presentó en el Salón de Ginebra de 1966, aunque según parece, estuvo a punto de perderse (no se dice nada más al respecto). En Ginebra obtuvo críticas de todo tipo y se ganó el apodo de “The Coombs Specal”. Tras Ginebra, el E-Type de Coombs también se dejó ver en el Salón del Automóvil de Earls Court de 1966 (Reino Unido).
Nunca llegó a cumplir con las expectativas de Coombs y no pasó de fabricarse una única unidad, que fue restaurada en 2007 y la empresa Collectin Cars lo sacó a subasta a finales de 2021 sin encontrar comprador.
Coombs habló con el autor Philip Porter en 1989 y dijo: “La idea era tener un nuevo frente que nos hubiera llegado como una pieza completa y una trasera que prácticamente se deslizara sobre la parte posterior original. No iba a haber una cirugía mayor involucrada. La idea era hacerlo en un par de días y estabas de nuevo en la carretera”.
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