Nissan ha presentado recientemente en el Salón del Automóvil de Nueva York al heredero de su prestigiosa Serie Z. Así, tras diez años en el mercado, el 370 Z deja paso a un nuevo Z 2023 cuyo guarismo definitivo aún no ha trascendido, dado que el coche comienza en estos días a producirse y no llegará a manos de sus primeros propietarios hasta el próximo mes de junio.
El nuevo coupé deportivo biplaza de precio asequible de Nissan, que en Japón se comercializará bajo el nombre Fairlady Z será uno de esos coches a los que los europeos nos tenemos que ir acostumbrando que vamos a dejar de ver por nuestras calle, puesto que las exigentes nuevas normativas anticontaminación hacen imposible su comercialización en los mercados del viejo continente, máxime cuando van dirigidos a segmentos tan de nicho como e este nuevo Z y Nissan anunció hace ya varios meses que en el futuro únicamente va a comercializar vehículos SUV en nuestro continente.
En todo caso, el nuevo rival de los, entre otros, Audi TT, BMW Z4 o Toyota Supra, nos propone una vista actualizada e inspirada en el diseño del 240 Z original que dio nombre a la serie, en el que se han incluido numerosos detalles de diseño que en su momento ya vimos en el concept del modelo, el Nissan Z Proto presentado en octubre de 2020. Su diseño adopta, por tanto, un cierto aire retro y evocador de las clásicas formas de la serie Z, con un frontal directamente inspirado en el 240 Z primigenio, con aristas puntiagudas, una parrilla de formas cuadradas y unas ópticas de aire vintage.
La vista lateral también evoca la silueta clásica del modelo, con una parte delantera alargada y el habitáculo muy atrás. Lo que más destaca son sus nuevas llantas de 18 o 19 pulgadas (según versión) sobre las cuales se montan indistintamente neumáticos Bridgestone Potenza 2007 o Yokohama Advan Sport en medidas de 255/40 en el eje delantero y 275/35 para el trasero.
En la zaga, la imagen resulta bastante discreta, con una luneta trasera corta y muy inclinada sobre un portón que integra la alta línea de cintura que configuran las ópticas LED (de diseño en dos finas líneas) que se unen mediante una ancha moldura negra bajo el sutil y discreto alerón trasero diseñado a su final sobre la carrocería. En la zona inferior, lo que más llama la atención es la doble boca de salidas del escape que asoman bajo el difusor acabado en pintura negra brillante y el nuevo y también discreto espóiler trasero.
El Nissan Z será uno de esos coches que los europeos dejaremos de ver por nuestras calles, ya que las exigentes normativas anticontaminación hacen imposible su comercialización
En cuanto a lo que se oculta bajo la carrocería, el Nuevo Nissan Z emplea la misma plataforma que utilizaba el 370 Z, que ha sido mejorada y optimizada por los ingenieros de la marca, al igual que el resto de los elementos de su bastidor con el fin de incrementar la rigidez estructural del mismo. Según indica la marca, los ingenieros también han mejorado el guiado del vehículo mejorando la capacidad de absorción de las suspensiones e incorporando una nueva dirección asistida al mismo.
Cuando pasamos al interior, lo primero que vemos son, como es tradición en la serie Z, los dos asientos acabados en tela o cuero, cuyo nuevo diseño en esta nueva generación del modelo recuerda poderosamente al de las añoradas versiones GT-R de la serie. Una vez sentados a su volante, cuando contemplamos el interior del coche percibimos ese aire de familia que la marca viene dando a sus interiores en cuanto a diseño. El nuevo Z mantiene la línea marcada en los ya vistos de los nuevos Juke y X-Trail, aunque incorporando las normales diferencias como un modelo deportivo como este precisa para hacerse sentir como tal.
Tras el nuevo volante multifunción —cuyo diseño de aro completo rompe con la línea marcada por otros nuevos coupés del segmento— y su amplio repertorio de mandos y controles en él dispuesto para evitar soltar las manos del mismo mientras se conduce, encontramos un nuevo cuadro digital personalizable al gusto del conductor que está conformado por una pantalla TFT de 12,3 pulgadas que ofrece hasta tres modos de visualización diferente (Normal, Mejorada y Sport) y cuya información se complementa y amplía con la que ofrecen las ya clásicas pero siempre útiles esferas analógicas dispuestas sobre el salpicadero por encima de columna central con la información del estado de la batería, del indicador de presión del turbo y de la velocidad de accionamiento de la turbina.
Por debajo de ellas, ya en la columna central se ubica algo que es plena novedad en el Nissan Z, como es su nuevo sistema multimedia de info-entretenimiento a bordo, elemento que ninguno de sus predecesores llego a disponer. Recordemos que la anterior generación del modelo se lanzó al mercado hace más de una década, cuando estos sistemas ni tan siquiera estaban presentes en el segmento y casi ni aún en todo el mercado. De avanzada tecnología, el sistema cuenta con una pantalla táctil de 8 o 9 pulgadas, en función de la versión de acabado del Z elegida, a través de la cual controlar sus distintas funciones, cuyo control en la gran mayoría de las ocasiones también está replicado a través de los mandos insertos en el volante.
El equipamiento del nuevo Z también incorpora nuevos sistemas de seguridad y ayudas a la conducción anteriormente no disponibles en el coupé deportivo. Así, entre otros, incorpora el sistema de frenada de emergencia automática con detección de peatones, control de crucero adaptativo, control de presencia y aviso de elementos en el ángulo muerto, alerta de tráfico cruzado trasero, …
Y finalmente llegamos a la verdadera razón de ser de todo deportivo, su mecánica. En esta ocasión Nissan no se ha complicado las cosas, pues el bloque que ocupa su vano frontal es el mismo Biturbo V6 3.0 litros de la anterior generación sobre el cual los ingenieros de la marca han obrado su magia para optimizarlo y mejorar tanto su funcionamiento como su rendimiento.
En lo primero han mejorado el funcionamiento y la capacidad de ambos turbocompresores y optimizado el sistema de admisión e-VVT que permite ajustar sobre la marcha la sincronización del alzado de las válvulas. Con ello se ha logrado que la mecánica respire mucho mejor, lo que favorece una mayor eficiencia de la mecánica en los distintos modos de conducción de la misma. En cuanto al rendimiento, también se han logrado significativos avances. El nuevo Z aporta ahora 405 CV (298 kW) de potencia máxima con el motor girando a 6.000 rpm, 68 CV más de los que ofrecía el mismo propulsor en el 370 Z, mientras que entrega un 30 por ciento más de par máximo, alcanzando ahora los 475 Nm, cifra disponible en el amplio rango que va desde las 1.600 a las 5.600 rpm.
Para enviar ese potencial a su eje trasero, el nuevo Z ofrece bien una transmisión manual de seis marchas, bien una caja automática de 9 relaciones de cambio, controlable esta última bien desde la palanca de cambio de reducido tamaño y cortos pero precisos movimientos, bien desde las levas de aluminio dispuestas tras del volante, cuyo diseño recuerda poderosamente a las que se montaban en las de las versiones deportiva GT-R de anteriores generaciones.
Nissan ha introducido en el nuevo Z un nuevo embrague desarrollado y patentado por sus ingenieros, al que denomina EXEDY y gracias al cual los esfuerzos de la mecánica en las transiciones se reducen notablemente al tiempo que —según el fabricante japonés— se permite un manejo mucho más intuitivo y preciso del selector de marcha. Para garantizar que el caudal de potencia y par se transfiere adecuadamente al eje trasero del coche, los ingenieros han introducido un nuevo diferencial autoblocante en el eje trasero, a fin de optimizar aún más su capacidad motriz. Nissan no ha facilitado aún datos sobre el rendimiento que el nuevo Z aportará sobre el asfalto, aunque sí ha manifestado que será hasta un 15 por ciento más rápido que el 370 Z, y que situará la aguja en los 100 km/h partiendo desde cero en menos de 4.0 segundos.
Como decíamos al inicio, el nuevo Z no estará disponible para los mercados europeos, pero sí para el mercado norteamericano donde se ofrecerá con una gama de acabados que contempla tres colores de acabado y hasta seis opciones bicolor (Azul, Seiran, Blanco Everest, Gris Boulder, Plata brillante, Rojo Pasión y el Amarillo Ikazuchi, este último reservado para la serie especial de lanzamiento Proto Spec), todas ellas siempre con el techo en color negro.
La gama se ofrece en dos versiones, Sport y Performance, esta última con el eje de la transmisión elaborado en fibra de carbono y dotada con dos posibles modos de conducción (Estándar y Sport) y siempre en combinación con el cambio automático, lo que además permite disponer en ella de la función Launch Control que le permite acelerar “suavemente” desde parado para admiración de cuantos rodean al vehículo al iniciar sus desplazamientos.
Igualmente, y en exclusiva para el mercado americano, Nissan anticipó el lanzamiento del nuevo Z con la serie especial Proto Espec (comercializada desde septiembre del 2021) cuyas unidades serán las que lleguen primero a sus compradores a partir de este mes de junio. Serán tan sólo 240 unidades todas ellas para el mercado norteamericano. Las únicas diferencias que han trascendido de la misma son sus llantas acabadas en color bronce, unas pinzas de freno de mayor tamaño y, por tanto, capacidad de frenada, acabadas en color amarillo que se visualizan a través del diseño de cinco brazos de dobles radios, así como distintos detalles e inserciones tanto en el exclusivo color amarillo previsto para la versión como en el ante que se utilizará para el guarnecido interior de las puertas y la tapicería de los asientos.
En Japón, el precio inicialmente previsto para el nuevo Z estará en torno a los 6.970.000 yenes, unos 53.000 euros al cambio, aunque en el mercado americano se espera que las versiones más asequibles arranquen por una cantidad algo inferior, rondando en dólares el equivalente a los 40-45.000 euros.
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