Isuzu, una forma japonesa que no es especialmente conocida en España, pero su fundación data de 1916, en Tokio, y tiene en su haber el primer automóvil fabricado en Japón –el A9 Woseley, en 1922–. Es, por tanto, una empresa con una historia importante, que se ha ganado cierta fama por sus vehículos industriales. Seguro que has visto en alguna ocasión pequeños camiones de reparto con su nombre en el frontal, y eso es porque la espacialidad de la compañía japonesa es esa, vehículos de reparto, aunque eso llegó después. De hecho, cuando se fundó ni siquiera se llamaba Isuzu, sino Tokio Ishikawajima Shipbuilding & Engineering Co. Ltd, que en 1934 se fusionó con Dot Automobile Manufacturing y cambió el nombre de la compañía a Isuzu, un gran río que desemboca en el Gran Santuario de Ise, por recomendación del gobierno de Japón.
No obstante, que Isuzu sea quien fabricó el primer coche en Japón no es del todo cierto, es un dato oficial de la compañía –o eso se dice–, pero hay informes sobre otros coches fabricados en Japón con anterioridad. Son, en su mayoría, modelos importados, exactamente igual que el modelo de Isuzu –Woseley era una firma británica– y se fabricaron en pequeñas tiradas, pero es algo a tener en cuenta y, quizá, a tratar en otra ocasión. Ahora, nos vamos a centrar en otras cosas, como en la gama de Isuzu, siempre centrada en ofrecer coches versátiles, sencillos y fiables, cuando no han sido en su mayoría vehículos industriales, así como algún todoterreno. Es decir, no es una marca que podamos considerar como pasional o deportiva, pues ni siquiera su actual modelo disponible en España –sin contar con vehículos de carga– es el D-Max, un pick-up muy sencillo con el que se busca ofrecer versatilidad a buen precio.
A lo largo de su historia, y no es precisamente corta, esta firma japonesa ha apostado por la sencillez y por un segmento donde tiene buena imagen. Sin embargo, en ocasiones ha tenido en su gama algún modelo muy diferente a lo habitual, muy atípicos si tenemos en cuenta los que ha ofrecido la marca hasta el momento. O bueno, hasta el momento en el que se lanzaron al mercado, porque la marca no ha vuelto a poner nada similar en producción.
Diseñado por Giorgetto Giugiaro
Uno de esos coches atípicos más interesantes de Isuzu fue el Impulse, un coqueto coupé que fue diseñado nada menos que por Giugiaro. El diseñador italiano ha demostrado ser uno de los más versátiles y prolíficos de la historia del automóvil, con una gran cantidad de trabajos que han tenido un gran éxito de ventas, como, por ejemplo, el SEAT León 1M, el Alfa Romeo Brera –el Spider fue cosa de Pininfarina–, el BMW M1, el Renault 21, el FIAT Panda, el FIAT/SEAT 850 Spider…
Para el Isuzu Impulse desarrollo una carrocería en cuña con trazos muy rectos, típico de los años 80, con un frontal muy estrecho y cuyo diseño recuerda al DMC 12, al famoso De Lorean. No es casualidad, pues fue Giugiaro quien se encargó de dar forma a la máquina del tiempo más famosa del mundo. Era un coupé de pequeño tamaño que revolucionó y cambió por completo la imagen que se tenía de la firma japonesa, al menos, allí donde se pudo adquirir el interesante coupé ochentero.
El Isuzu Impulse se fabricó entre 1981 y 1993 y tuvo una gran acogida en Estados Unidos, donde los coches de origen japonés tiene una imagen muy fuerte y una gran legión de seguidores. Se comercializó dividido en dos generaciones y en otros países se vendía bajo el nombre de Isuzu Piazza y ara muchos aficionados, el Impulse es un rival directo del Honda Civic, del Nissan Silvia o del Toyota AE86; unos rivales especialmente duros y con un aura mítica que no tiene el pequeño Impulse.
Isuzu Impulse Turbo, un auténtico “sleeper”
No llegó a Europa, aunque si hay unidades en el Viejo Continente porque se trajeron algunos mediante exportación paralela. Es decir, no fue cosa de la marca, sino de usuarios particulares, de empresas o de representantes de la marca en alguna región de Europa. Al ser un coche comercializado en Estados Unidos, es sencillo encontrar ejemplares con volante a la izquierda y eso permite que muchos aficionados se traigan unidades.
Al otro lado del Atlantico se vendió con tres motores, dos de ellos atmosféricos y el más interesante, turboalimentado. Este último motor apareció en el mercado en 1985, un cuatro cilindros 2.0 de 150 CV, que movía con mucha soltura el poco peso del conjunto a través de las ruedas traseras y un cambio manual de cinco relacioneEn 1988 apareció la mejor versión y una de las más apreciadas: el Impulse Turbo “Handling by Lotus”. Poco antes de llegar el coche a las calles, General Motors entró en el accionario de Isuzu y por entonces, General Motors era propietaria de Lotus.
Según el club de propietarios del Isuzu Impulse, se fabricaron un total de 13.000 unidades sin alteración significativa en su diseño, entre 1980 y 1990. Un diseño, por cierto, que se inspiró en un concept car llamado Asso di Fiori.
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