El Ford Mustang, sobre todo las primeras generaciones, son objetos de culto. Los aficionados, auténticos fanáticos del modelo, se conocen los detalles casi de memoria, aunque, al contrario que en otras ocasiones, son mucho más transigentes en lo que a transformaciones y restomod se refiere. El Pony Car es base para todo tipo de trabajos, aunque por lo general, se respetan las características básicas del modelo y su personalidad.
Sin embargo, es posible que en esta ocasión los amantes del modelo no sean tan benévolos, o puede que sí. Se trata de un Ford Mustang de 1966 que ha sido sometido a una transformación bastante radical, aunque hay que reconocer que, a simple vista, la calidad es bastante buena. Concretamente, al Mustang del 66 (no se especifica de que versión se trata) le han cortado el techo y los pilares A y B, para transformarlo en un speedster.
Quizá, si las cosas acabaran aquí no sería tan malo, porque un Mustang Speedster no es horrible como pueda parecer, sobre todo si el trabajo se realiza como cabe esperar. El problema viene de otros apartados, donde las cosas no son tan agradables, como el habitáculo o la transmisión elegida. Se ha subastado en Bring a Trailer y los precios ofrecidos no destacan por su cuantía. Cuando leas esto, seguramente ya se haya vendido y las propuestas iban por 11.000 dólares.
Cambio automático… ¡de tres velocidades!
El Ford Mustang comenzó su andadura comercial en 1964, en un intento por emular a los deportivos europeos, pero desde la perspectiva yankee. La idea fue un éxito y el primer día se vendieron 20.000 unidades, llegando en su primer año de comercialización a lograr 417.000 ventas. En 1966 se habían alcanzado el millón de unidades vendidas y fue cuando comenzaron a aparecer las versiones de Shelby.
Al ser una transformación a speedster, desaparecen las plazas traseras de este Ford Mustang
La unidad que nos ocupa pertenece al momento en el que se logra el millón de unidades, 1966, aunque no sabemos exactamente qué versión es, porque no se publica dicha información. El motor es el V8 302 opcional, un propulsor de 4.948 centímetros cúbicos que de serie rinde 290 CV, pero en este coche tiene cambiados los carburadores y están equipados con un filtro de aire Cobra (las tapas de válvulas también son Cobra), así que podría tener algo más de potencia.
Todo esto no está mal, el motor “opcional” le da cierto valor al Mustang y al tener una mejor alimentación, la potencia y la forma de entregarla deberían mejorar (en Estados Unidos se venden los coches con el motor “de serie” y luego uno o varios opcionales”). Lo malo está relacionado con la transmisión, con la caja de cambios, que resulta ser la automática de tres relaciones. Cuando tipo de diversión y pasión al volante se queda en nada con esta caja de cambios.
Sin techo y sin posibilidad de poner uno
Dejando temas mecánicos a un lado, nos vamos a centrar en el trabajo de conversión, que no es ni mucho menos fácil. Por desgracia, no hay información al respecto, así que todo lo que haremos a partir de ahora será especular.
Quitar el techo de un coche que ha sido diseñado para llevarlo, es dejar la estructura sin ningún tipo de resistencia a las tensiones y a las torsiones, es un trabajo muy delicado que necesita de gente que sepa llevarlo a cabo y, además, que luego sepa cómo y dónde colocar refuerzos para recuperar la rigidez de la estructura. En este caso no sabemos si han reforzado la estructura, aunque lo más lógico es pensar que así ha sido.
Al ser una transformación a speedster, desaparecen las plazas traseras (tapadas con una cubierta del color de la carrocería) y desaparecen las ventanillas laterales. El parabrisas se ha rebajado, manteniendo un pequeño panel de vidrio a modo de derivabrisas. Además, se completa todo el trabajo de la carrocería con un kit Plus Ronster y un capó Shelby, combinado todo ello con llantas de 17 pulgadas de inspiración Shelby y doble salida de escape por la parte trasera. También aparecen algunos logotipos de Shelby GT350, pero no es un Shelby GT350.
Un habitáculo a medida
La transformación de este Mustang del 66 también llega a su ahora, exiguo habitáculo. Los asientos originales se reemplazan por dos asientos más modernos que se tapizan con vinilo (el vinilo es un material que soporta mucho mejor la intemperie que el cuero). El volante tampoco es original, siendo de menor diámetro y de un diseño que, al igual que los asientos, no cuadra mucho con el resto del coche.
Si se ha mantenido, por otro lado, cosas como el selector del cambio de marchas o el túnel central, incluso tiene el equipo de aire acondicionado de los años 60, aunque el salpicadero recibe una placa de aluminio de Shelby y las puertas se han retapizado.
¿Qué os parece este trabajo? Está en Estados Unidos, concretamente en Minnesota.
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