La década de los 60 es, con mucha probabilidad, una de las mejores épocas para los automóviles deportivos. Fue un tiempo durante el cual, se crearon algunos de los mejores coches de la historia y durante la cual, se dibujaron los mejores diseños que se han podido ver hasta el momento. Es estilo, el equilibro y la clase de los coches diseñados en los 60, será difícilmente igualable por los coches actuales, donde la exageración es la normal y el postureo es la regla básica sobre la que trabajar. ¿Por qué, si no, iban a poner entradas y salidas de aire falsas en un coche de altas prestaciones? ¿Por qué, si no, se montan terminales de escape “de pega”?
Presentado en junio de 1966, el Lamborghini 400GT Monza es una muestra de ese cuidado por las proporciones, por el equilibro en las líneas y las formas, por la ausencia total de elementos superfluos… una muestra de que incluso unos desconocidos como los italianos Neri & Bonacini podían deslumbrar al mundo. Bueno, en realidad estos señores no eran tan desconocidos, pues había colaborado con Ferruccio en el desarrollo del primer modelo de Lamborghini como fabricante de automóviles, el 350 GTV de 1963, un coche que no pasó de la fase de prototipo, pero que ya adelantaba los rasgos que tendría el primer coche con el toro de lidia en el frontal.
El 400GT Monza fue un encargo de un cliente norteamericano, que tenía la intención de correr en Le Mans, aunque finalmente nunca tomó la salida de la prueba por problemas de homologación. Gracias a ello, este Lamborghini 400GT Monza acabó en España, en el salón del automóvil de Barcelona de 1967, donde fue adquirido por un adinerado caballero español. Curiosamente, se le cambió el nombre a Lamborghini 400GT Jarama, y desde entonces, se le perdió la pista durante algunos años, dando pie a toda clase de especulaciones por parte de los coleccionistas.
No volvió a aparecer hasta 1990, cuando el propietario que lo compró en 1967 falleció. Sus familiares contactaron con Bonhams para ponerlo a la venta y al parecer, el coche había permanecido guardado sin usarse durante algunas décadas, pero por suerte estaba en estado original y marcaba alrededor de 7.000 kilómetros recorridos.
Giorgio Neri y Luciano Bonacini tomaron como base para su trabajo un Lamborghini 350GT –chasis nº 01030– y equipado con el motor del Lamborghini 400GT. Así, por tanto, el chasis era un trabajo de Gian Paolo Dallara y Paolo Stanzani, una estructura de tubos de acero, con suspensiones independientes y barras estabilizadoras, junto con unos frenos de disco suministrados por Girling. El motor, por su parte, era un V12 de 3.929 centímetros cúbicos, alimentado por seis carburadores de doble cuerpo Weber 40 DCOE, que rendía 320 CV a 6.500 revoluciones y 375 Nm a 4.500 revoluciones. El cambio era manual de cinco relaciones y origen ZF, se combinaba con un diferencial de deslizamiento limitado Salisbury y podía alcanzar los 250 km/h.
Este Lamborghini 400GT Monza se vendió en 2005, mediante subasta por la casa Bonhams, y se alcanzó una cifra de 315.000 dólares. Se rumorea que se fabricó una segunda unidad, pero no hay nada oficial y nunca ha aparecido dicha unidad o cualquier dato que haga pensar en su existencia.
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