Durante los pasados días 10 al 15 de octubre se celebró la vigésima edición del Modena Cento Ore, uno de los eventos más dinámicos y emocionantes del calendario anual de automóviles clásicos, que ha contado este año con la participación de dos de las unidades que componen la colección del museo MUDETEC de Automobili Lamborghini, los Jarama GTS y Countach 25º Aniversario.
Con una ruta entre las ciudades de Módena y Roma, que abarcaba casi 1000 kilómetros de recorrido tras sumar a los de la distancia entre ambas ciudades distintas pruebas especiales celebradas en las principales rutas de las carreteras de montaña de mayor prestigio en Italia realizadas con tráfico cerrado y sesiones de competición celebradas sobre el asfalto de los circuitos del Autódromo dell’Umbria (Magione); Mugello (Florencia) y el Autódromo Enzo e Dino Ferrari (Imola), las dos unidades de Lamborghini terminaron la prueba en Módena en excelentes condiciones de conservación y demostrando que aún mantienen tanto un excepcional rendimiento como unas excelentes condiciones de fiabilidad y seguridad.
El Countach 25º Aniversario es un modelo de gran importancia histórica para la marca. Fabricado en 1990 fue la última unidad del modelo que salió de las líneas de producción de Lamborghini en Sant’Agata Bolognese. Se trata de una unidad terminada en color plata metalizado con la pintura Argento Luna y el interior terminado en color gris.
Durante la prueba, el múltiple campeón mundial de turismos y cinco veces ganador de las 24 horas de Le Mans, y dos veces de las 12 horas de Sebring, Emannuelle Pirro, fue el responsable de llevar el Countach hasta Módena. “Nunca antes había tenido la oportunidad de conducir un Countach, y lo cierto es que rápidamente me enamoré de él”, comentó Pirro resumiendo la experiencia. “Se trata, —dijo Pirro— de un coche potente, con sensaciones puras que no se filtran mediante ayudas electrónicas o accesorios que, como la dirección asistida, hoy son comunes. Pero, sobre todo, es un coche rápido y, sorprendentemente, también cómodo pese a disponer de una configuración fija, lo que no hace de él un coche rígido.
Para Pirro, “poder estar al volante de una parte de la historia del automovilismo ha resultado ser una experiencia memorable”.
El Countach era un coupé deportivo que se produjo entre los años 1974 a 1990. Su carrocería se elaboró con aluminio y fibra de vidrio, materiales avanzados para su época que denotaban ya por entonces la importancia que la reducción de peso tenia para alcanzar las altas prestaciones que el modelo ofrecía. En su nacimiento, el Countach montaba una mecánica V12 gasolina de 3.929 cm3, mientras que al cesar su producción en su lugar se incorporaba un bloque de 5.2 litros.
Caracterizado por su carrocería en forma de cuña y su cabina avanzada, su diseño pronto se popularizó entre los aficionados al mundo del automóvil, lo que le ha convertido en uno de los modelos más populares y reconocidos del fabricante italiano. Su nombre se atribuye a una curiosa anécdota, dado que en teoría fue la primera palabra que, nada más verlo por primera vez, el propio Ferruccio Lamborghini pronunció cuando contempló el primer prototipo del modelo. En Piamontés, Countach es una exclamación que denota el asombro y sorpresa que manifiestan los hombres al ver a una mujer hermosa. Todo un piropo, que supuso que, al ser adoptado como el nombre del coche, Lamborghini rompiera con la legendaria tradición de relacionar el nombre de sus coches con la tauromaquia.
El Countach se presentó en 1971 con motivo del Salón de Ginebra, aunque tardaría tres años más en iniciarse su comercialización. El primer Countach fue el LP500, nomenclatura que referencia la disposición y capacidad de su mecánica (longitudinale posteriore 5000). Del chasis monocasco que portaba el prototipo se pasó a uno multitubular cuando el coche se puso a la venta, y el motor V12 5.0 litros de 440 CV rápidamente fue reemplazado por un V1 aspirado refrigerado por agua de 4.0 litros y 375 CV, el que montaba el Miura, debido a la importante fragilidad mecánica que padecía la motorización original. Se trataba del LP400, un coche que pasó a convertirse en uno de los grandes mítos de la historia del segmento de los superdeporivos por su moderno y espectacular dieño, caracterizado por su baja altura, su gran anchura, sus limpias aunque angulosas líneas y, especialmente, sus puertas de apertura de tijera.
El coche llamó tanto la atención que el propio Lee Iaccoca llegó a manifestar que fue el motivo que realmente llevó al ya mítico dirigente de la por entonces poderosa Chrysler a adquirir Lamborghini.
Como ya hemos comentado, la versión 25 Aniversario fue la última que se realizó del coche. Producida entre 1988 y 1990, fue la primera que se produjo tras la integración de Lamborghini en el Grupo Chrysler. Inicialmente pensado para una corta serie de apenas unas decenas de unidades de producción, su éxito fue tal que al final fue el Countach más vendido, con 657 unidades. La razón del éxito hay que encontrarla en que se trataba de un Countach completamente nuevo, ya que, bajo la dirección de Chrysler, Lamborghin pensaba conmemorar el Anniversario de la marca con un nuevo modelo, el Diablo, pero el retraso en el desarrollo de este llevó a la marca a realizar una rápida actualización del Countach. Así, del diseño del gran Marcelo Ghandini se pasó a uno nuevo realizado en esta ocasión por otro de los grandes diseñadores italianos del pasado siglo, Horacio Pagani.
La producción del Countach finalizó en 1990 con la llegada del Diablo, que al final resultó ser una evolución actualizada del diseño del Countach dado el gran éxito que avaló el trabajo de Pagani.
El segundo Lamborghini que el museo de la marca cedió para competir en la prueba fue el Jarama GTS de 1973, a cuyo volante iba Gerald Kahlke, Jefe de Comunicación de Automobili Lamborghini. La unidad cedida era un modelo Tahiti Blue con los interiores acabados en cuero natural. Se trata de un coche cómodo que siempre ha sido reconocido como uno de los grandes ejemplos de la categoría Gran Turismo de la década de los años 70. La unidad concreta celebraba este año su 50 aniversario.
Desde tiempos inmemoriales Jarama ha sido un nombre muy vinculado al mundo taurino. Ya entonces el historiador latino Plinio anotó en su obra Historia Natura que “los toros más feroces y bravos son los que se criaban en el entorno de los ríos Tajo y Jarama.”. Puede que sea esta la verdadera razón por la cual Lamborghini puso el nombre de Jarama al coche que produjo entre los años 1970 y 1975 y no como homenaje al nombre del circuito madrileño que como tantos medios de comunicación apuntan.
Lamborghini era un enamorado de la tauromaquia, de la bravura y la casta de toros y toreros, tan de moda en aquellos años, de ahí que pusiera a sus modelos nombres relacionados con el mundo taurino quisiera asociar tales atributos a sus características. En 1970, Lamborghini presentó un nuevo coche en el Salón de Ginebra para reemplazar al Islero (cuyo nombre proviene del toro que mató de una cornada al mítico torero Manolete en la plaza de Linares), vehículo cuya venta se prohibió en Estados Unidos por no cumplir con los por entonces nuevos reglamentos en materia de seguridad y consumos.
Construido sobre la base de una plataforma del Islero acortada, la misma que también utilizaba el Espada (cuyo nombre real de haber seguido el argot taurino de la marca debería haber sido Estoque), su mayor distinción estética procedía de sus icónicos grupos ópticos delanteros, parcialmente ocultos bajo unos parpados abatibles y por los abultados pasaruedas en los laterales del coche que si bien hoy nos parecerían bastante normales para tratarse de un coche deportivo, por entonces llamaron bastante la atención.
Su diseño no era original de la marca, sino del centro de diseño de Bertone donde Marcelo Ghandini ya despuntaba bocetando coches tras la salida de Giorggeto Giuggiaro del Centro Stilo de Bertone. Para Lamborghini, Ghandini ha diseñado modelos como el exitoso Countach, el Diablo, el Espada, este Jarama, el Miura o el Urraco.
Del Jarama se produjeron básicamente dos versiones, la 400 GT, fabricada entre 1970 y 1972 con motor de doce cilindros en V a 60º de 3.9 litros de capacidad y 350 CV de potencia, y esta Jarama 400 GTS (también conocida como Jarama S), que se produjo entre 1972 y 1976, dotada con la misma mecánica pero con un rendimiento superior (365 CV), un rediseño del interior y algunas modificaciones estéticas en la carrocería (leves cambios en el frontal y un nuevo techo practicable mediante paneles desmontables ) y mecánicas (nueva dirección asistida, y la posibilidad de incorporar opcionalmente una nueva transmisión automática —Chrysler Torque Flite de 3 velocidades— ) a partir de 1974).
En total, del Jarama se produjeron 327 unidades, 177 unidades de la versión 400 GT y 150 del S. Una de estas últimas, actualmente expuesta en el museo Lamborghini, fue la que utilizó el propio Ferruccio Lamborghini como su coche personal a diario durante largo tiempo y la que se ha utilizado para participar en esta XX edición de la Cento Ore.