Tras la reciente revelación del Grecale —el nuevo SUV deportivo de la marca del Tridente que contará con una versión 100 por cien eléctrica en 2023—, llega ahora el vehículo más caro y exclusivo de Maserati y, por tanto, del Grupo Stellantis: el MC20 Cielo. Se trata de la versión Spyder descapotable del biplaza italiano que más ha llamado la atención en los últimos tiempos por la gran belleza y atractivo de su diseño (tanto exterior como interior) y su eficaz mecánica Nettuno, exclusiva de la marca dentro del importante conglomerado de marcas que el grupo franco-italo-norteamericano al que pertenece representa en el sector del automóvil.
Ideado para ofrecer el máximo placer de conducción y hacer honor a las siglas MC (Maserati Corse) que abren su nombre, esta versión Cielo del MC20 ofrece una perfecta combinación de deportividad y lujo como hacía tiempo que no se vislumbraba en la marca del tridente. El MC20 Cielo es además el primer modelo descapotable que la marca italiana presenta desde que en 2009 lanzara al mercado el Gran Cabrio. Recupera así una tradición de la marca que nos ha permitido disfrutar de modelos como los el A6G Frua de 1950, 150 GT Spyder de 1957, el 3500 GT Spyder del 59, el Ghibly Spyder de 1969, el Biturbo Spyder del 84, el Gran Sport del 2005 o el ya mencionado Gran Cabrio del 2009.
Su lanzamiento comercial va a permitir a Maserati ampliar su presencia en el segmento de los superdeportivos, dado que le abre el acceso a nada menos que el 35 por ciento del mercado que ocupan las versiones de techo abierto dentro del mismo. Eso sí, será a un precio ciertamente elevado, pues, aunque todavía no se ha comunicado el que finalmente tendrá el modelo, habrá que considerar que será superior al del MC20 convencional. Y este último cuesta nada menos que 243.400 euros.
El MC20 Cielo nace de una doble dicotomía. De un lado, quiere dejar clara su procedencia. Derivarse directamente del MC20 sin duda es todo un orgullo al que no quiere ni debe renunciar, pero, igualmente, quiere aportar algo diferente. Sentirse distinto más allá de la experiencia multisensorial que ofrece el poder circular a cielo abierto con el potencial que su motor Nettuno —exclusivo para Maserati en el conglomerado de marcas del Grupo Stellantis—le aporta.
Sus dimensiones reproducen las del MC20. Mide 4,67 m largo, 1,97 de ancho, 1,22 de alto y ofrece una distancia entre ejes de 2,70 m. Es decir, es un superdeportivo de compactas dimensiones, muy ágil y maniobrable (su diámetro de giro es de 11,8 m) y cuenta, como no podía ser de otra manera, con un muy atractivo diseño. No en vano, deriva directamente del que ofrece el MC20 y este ha sido considerado como el superdeportivo más bello de los últimos años en distintas votaciones, clasificaciones y premios.
Sobre la base del MC20 Cielo, este propulsor rinde 630 CV de potencia máxima a 7.500 rpm y entrega 730 Nm de par máximo a partir de que el motor alcanza las 3.000 rpm
Actual, moderno y atractivo, su diseño exterior es uno de los mejores del momento. A la silueta de marcado estilo coupé que ofrece el MC20 se le añade en este caso la atractiva silueta Spyder que ofrece esta versión Cielo, tanto a cielo abierto como con la capota cerrada. De hecho, sus líneas parecen incluso más afiladas y estilizadas que las que ofrece el MC20 de techo permanente. Llamativas resultan igualmente las puertas laterales con apertura vertical, manteniendo prácticamente así en parte el estilo alas de gaviota presente en el MC20 pese a la ausencia del techo rígido. Facilitan un acceso más fácil al interior del coche y al abrirse permiten visualizar todo el neumático bajo la estructura de carbono dispuesta en torno a las imponentes llantas de 20” que monta el coche.
Siguiendo hacia la zaga, el principal cambio lo percibimos en la tapa que cubre el motor. La de material transparente que ofrece el MC20 desaparece, dado que bajo ella se oculta el mecanismo que activa el techo desplegable y por tanto la visión directa de la mecánica ya no es posible. La tapa ahora es de titanio y está acabada en un color mate al igual que las carcasas que continúan hasta la zaga del vehículo perdiendo poco a poco la forma de los arcos de protección antivuelco tras los que se inician. Opcionalmente la tapa puede acabarse con un barniz transparente y decorarse con el famoso tridente de la marca en grandes dimensiones. A ambos lados se han abierto aún más branquias de ventilación que las existentes en esa zona en el MC20, dado que el espacio que ocupa el techo oculto bajo ella obliga a crear una mayor ventilación y captación de aire para que el motor respire adecuadamente.
Buscando igualmente profundizar en esa diferenciación con el MC20 a la que antes aludíamos, esta variante Cielo estrena un nuevo acabado exterior en color Acquamarina, elaborado a partir de una pintura tricapa cuyo color base es un gris inspirado en la competición al que se incorpora una mica acqamarina iridiscente que al interactuar con la luz que recibe aporta unos tonos más vivos que varían en función de la iluminación que recibe. El resultado es sencillamente espectacular, y va mucho más allá de lo que se percibe en las imágenes que acompañan estas líneas. La pintura es exclusiva para el MC20 y está únicamente disponible a través de la división Fuoriserie de personalización de vehículos.
El acabado exterior del coche se remata con la adopción de unas llantas de nuevo diseño en medida de 20 pulgadas y con un diseño adiamantado de seis brazos en doble configuración (3-3) que con el rodar del coche permiten visualizar perfectamente las grandes pinzas (de 6 pistones en el eje delantero y de 4 en el trasero) y sobredimensionados discos de freno (380 mm delante y 360 mm detrás) —equipo firmado por el especialista Brembo— que se ocultan tras ellas. Opcionalmente, se puede optar por un equipo de frenos carbono-cerámicos, con discos de 380 mm en las ruedas delanteras y de 360 mm en las traseras. Opcionalmente y para aligerar aún más el peso del coche, se pueden producir en fibra de carbono, con lo que se logra reducir en nada menos que 30 kilos el peso del vehículo. En todos los casos, calzan neumáticos en medida 245/35 ZR20 en el eje delantero y 305/30 ZR20 para el trasero.
Bajo la carrocería del MC20 Cielo se oculta el mismo chasis monocasco de fibra de carbono de la versión coupé y que también empleará el MC20 100 por 100 eléctrico que Maserati prepara actualmente. La razón es simple. Su rigidez torsional es tan elevada que permite al Cielo afrontar todo tipo de curvas con total confianza y sin perder nada de la necesaria manejabilidad que se precisa para disfrutar a tope del coche tanto sobre el asfalto de los circuitos como en carreteras abiertas al tráfico.
Evidentemente el monocasco de fibra de carbono aporta una mayor ligereza al Cielo, lo que en parte compensa los 65 kilos de más que aporta el techo y su mecanismo electromecánico de articulación. En total, y pese a las distintas labores de aligeramiento llevadas a cabo, el coche alcanza un total de 1540 kilos, cuyo reparto sobre ambos ejes es del 40 por ciento sobre el eje delantero y del 60 por ciento restante sobre el trasero, donde repercute especialmente la ubicación central trasera de su motor. Las suspensiones proceden directamente del MC20 y mantienen su mismo esquema y tecnología. Es decir, cuentan con una configuración activa que permite modificar dureza y respuesta en función del modo de conducción escogido y adapta la altura del tren delantero cuando el coche circula a velocidades inferiores a 40 km/h.
Pasando ya al interior del Cielo, se mantiene el estilo, diseño y configuración que Maserati estrenó en su gama cuando el pasado año incorporó a ella el MC20. Un diseño tan elegante como deportivo en el que se integran distintos materiales de acabado de alta calidad todos ellos (fibra de carbono, cuero, piel, Alcantara, …) así como avanzadas tecnologías.
Cuenta con dos pantallas LCD de 10”, una para conformar el cuadro de instrumentación digital tras el volante, y otra sobre la zona central del salpicadero donde se ubica el sistema multimedia Maserati Intelligent Assistant (MIA), que aporta las funciones de conectividad de Maserati Connect y el sistema de audio opcional Sonus Faber High Premium, con 12 altavoces que ha sido optimizado y adaptado especialmente a las características de carrocería abierta del MC20 Cielo.
Destaca igualmente sobre la consola central del coche, junto a la palanca del cambio el selector de modos de conducción. Este también dispone de una pequeña pantalla que describe su funcionamiento y permite activar los distintos perfiles seleccionados a medida que lo giramos o pulsamos sobre él. El MC Cielo ofrece cuatro posibles configuraciones: GT, Wet, Sport, Corsa y una quinta que habilita la posibilidad de desconectar el ESC para disfrutar de una aun mayor emocionalidad al volante.
Evidentemente no pueden tampoco faltar los habituales sistemas de seguridad activa y asistencia a la conducción que actualmente trufan el equipamiento de la mayoría de los modelos en todos los segmentos del mercado. El MC20 Cielo ofrece un amplio repertorio de ellos, entre los cuales podemos destacar algunos como los distintos sensores de aparcamiento, la cámara de visión trasera, una nueva cámara 360° que registra cuanto sucede alrededor del vehículo, el sistema de control de los ángulos muertos (elemento que también se ha incluido en el Model Year 2022 del MC20), el sistema autónomo de frenado de emergencia o el reconocimiento de señales de tráfico, entre otros muchos.
Si de algo podemos decir que peca el MC20 Cielo es de ofrecer un escaso espacio para transportar el equipaje de sus ocupantes. En el habitáculo apenas hay espacios donde poder ubicar elementos y objetos. Tras de los asientos no hay apenas hueco donde posicionar nada y prácticamente todo se reduce a los dos maleteros que el coche ofrece. Uno en la parte delantera de apenas 50 litros de capacidad y otro en la trasera también de reducidas dimensiones, con apenas 100 litros. Vamos, básicamente un troley de viaje de reducidas dimensiones para cada ocupante.
Pero sin duda esa lacra se olvida cuando se experimentan las emociones que el MC20 ofrece al circular a cielo abierto. Desarrollado por el Maserati Innovation LAB, el sistema de techo duro retráctil que ofrece es además de los grandes alicientes del coche y uno de sus elementos más espectaculares. Su despliegue nos muestra en su zona superior un cristal electrocrómico de tecnología PDLC (Polymer-Dispersed Liquid Crystal) que es ciertamente innovador, pues si bien ya se ha utilizado por marcas de los segmentos superiores del mercado (Gran Lujo, Lujo y Premium) por marcas como GTA en el Spano y Mercedes-Benz y Porsche entre otras en algunos de sus modelos, si que es cierto que se trata de la primera vez que esta tecnología se emplea en un vehículo convertible.
Este techo de “cristal” inserto en la capota desplegable, destaca por sus grandes dimensiones. De 90,9 cm longitud y 61,5 cm de ancho, ocupa una superficie de 0,5 m2 de superficie (5.268 cm2). La tecnología PDCL permite modificar la opacidad del cristal a demanda del conductor o el pasajero. Esto se logra mediante la variación de la intensidad de la energía eléctrica que recorre el cristal, gracias a lo cual este se aclara u obscurece al gusto o voluntad del conductor.
El accionamiento de la capota rígida se efectúa pulsando un botón dispuesto en la pantalla táctil que corona la zona central del salpicadero. Basta un leve toque para que, en apenas 12 segundos el techo se despliegue o se esconda en el espacio reservado para él. En sus movimientos de despliegue el techo llega a posicionarse a casi 90°, pero desconocemos si lo hace con el coche en movimiento, pues Maserati no ha informado nada al respecto.
Y acabamos con la información referente al motor. Como dijimos al inicio, el MC20 Cielo monta el mismo bloque 3.0 litros gasolina de seis cilindros en V y dos turbocompresores gemelos que estrenó el MC20 en 2021. Es una mecánica de la nueva familia Nettuno que han creado directamente los ingenieros de Maserati. La primera desde hace muchos años y que va a ser utilizada exclusivamente por la marca del tridente en sus modelos para diferenciarse claramente del resto de marcas presentes en el grupo Stellantis. Entre sus características cabe mencionar el sistema de inyección directa con precámara de combustión de doble bujía, una solución apenas vista en los motores de vehículos de producción en serie para su uso en la calle.
Cuando el Grupo FCA (Fiat-Chrysler) se fusionó con el Grupo PSA (Peugeot, Citroën, DS, Opel) se cancelaron muchos proyectos en marcha y se rehicieron los planes industriales y de producción de muchas de las marcas integradas, en especial los de las marcas de menor tamaño de ambas corporaciones. Sin embargo, el proyecto de ingeniería de los motores de Maserati no solo se mantuvo, sino que se impulsó y potenció para crear una familia mecánica realmente distintiva con la que alimentar tanto el prestigio de la marca como su identificación y diferenciación en el mercado.
Sobre la base del MC20 Cielo, este propulsor rinde 630 CV de potencia máxima a 7.500 rpm y entrega 730 Nm de par máximo a partir de que el motor alcanza las 3.000 rpm. Está acoplada a una transmisión automática DCT de doble embrague y 8 relaciones de marcha para enviar todo su potencial mediante un diferencial controlado electrónicamente al eje trasero.
Todavía a falta de cumplimentar las homologaciones WLTP que definirán más exactamente sus consumos, emisiones y rendimiento, Maserati ha avanzado que el MC20 Cielo alcanza desde parado los 100 km/h en apenas 3 segundos y que fija la aguja del odómetro en los 200 km/h en 9,2 segundos. El Cielo supera los 320 km/h, una velocidad más que suficiente para disfrutar de las emociones que su rendimiento y la carencia de techo cerrado pueden experimentar sus ocupantes. Emociones que, sin embargo, no durarán demasiado tiempo, pues además de las correspondientes limitaciones que la normativa impone en carreteras abiertas, a semejantes velocidades los apenas 60 litros que caben en su depósito de combustible se antojan insuficientes para las prestaciones que el coche ofrece. Pero teniendo en cuenta que el precio superará claramente al del MC20 que anticipamos al inicio, eso no supondrá problema alguno para la cartera de su propietario.
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