Hace casi 70 años el Mercedes 300 SL asombró al mundo consiguiendo notables éxitos en la competición desde el mismo momento de su lanzamiento. Su doblete en las 24 horas de Le Mans hicieron que la estrella de su frontal confirmara su condición en el firmamento automóvil, pero sin duda fue el modelo de producción en serie que la marca de Stuttgart lanzó apenas dos años después, en 1954, el icónico Gullwing (Alas de Gaviota) el que hizo del Mercedes SL uno de los modelos más icónicos de la historia del automóvil.
Designado en 1999 por la prensa internacional del motor como el mejor vehículo deportivo del pasado siglo, tras varias generaciones del modelo, entre las que se encuentran algunos tan representativos como el “Pagoda” (1963 a 1971), el R 107 (1971 a 1989) o la serie R 109 (1971 a 1989), llega ahora el turno de la séptima generación del SL, presentada esta pasada semana.
En esta ocasión el SL ya no sólo se presenta bajo las siglas de la división de vehículos prestacionales de la marca alemana Mercedes-AMG, sino que además ha sido desarrollado por completo en las instalaciones de AMG en Affalterbach (Alemania) por los especialistas en vehículos de altas prestaciones de la marca. Para ello han partido directamente de un folio en blanco para desarrollarlo, como un nuevo modelo Performance Luxury de la marca, de forma completamente independiente al del resto de las gamas de la marca de la estrella y sin asumir estructuras previas.
El nuevo Mercedes AMG SL aporta una imagen más deportiva y dinámica con un nuevo diseño más liviano y purista
Exteriormente, el nuevo SL aporta una imagen más deportiva y dinámica con un nuevo diseño más liviano y purista y unas líneas que agudizan aún más la belleza sensual del conjunto. Lo primero que llama la atención es el reparto de sus dimensiones, con una zona delantera muy alargada como muestra el enorme capó del vano motor, un parabrisas muy tendido y un habitáculo en disposición muy retrasada. La muy amplia distancia entre ejes y los cortos voladizos, tanto el delantero como el trasero, junto con la rotunda zaga y la baja altura del conjunto configuran una silueta que denota una extrema deportividad, refrendada por unos voluminosos pasos de rueda en los que se destacan unas grandes llantas de aleación de las que se ofrecen en medidas de 19 a 21 pulgadas hasta nueve variantes de diseño multirradios que van desde los 5 brazos a 10 radios dobles de gran formato enrasadas con la línea exterior de la carrocería y unos neumáticos acordes a las elevadas prestaciones del modelo.
El frontal del coche incorpora por primera vez la calandra específica que se reserva para los modelos que llevan la firma AMG, y que aporta una mayor sensación de anchura al conjunto, con un diseño de 14 lamas verticales que recuerda al que en su día incorporaba el 300 SL del año 52 del pasado siglo. Las ópticas delanteras adoptan un diseño plano mientras afilan sus formas en dirección a las aletas que enmarcan el largó capó delantero en el que destacan las dos nervaduras centrales que lo recorren longitudinalmente dividiéndolo en tres partes.
Decíamos antes que los ingenieros del nuevo SL han partido de un folio completamente en blanco para diseñar el deportivo. Para ello han partido de una estructura ligera Spaceframe de aluminio ultraligero como estructura autoportante, que proporciona máxima rigidez al conjunto, un menor peso (la carrocería en bruto pesa 250 kg) y sobre todo garantiza mayor control dinámico y gran precisión a la hora de conducir el coche.
Junto con el Airpanel, elementos como el nuevo spoiler trasero extensible integrado en la tapa del maletero y que gracias a un software de control específico va variando su posición en hasta 5 ángulos diferentes según la velocidad a partir de los 80 km/h en función de la velocidad de marcha, la aceleración longitudinal y transversal o la velocidad y el ángulo de giro de la dirección; o el perfil de fibra de carbono oculto en los bajos del vehículo que permite mejorar el comportamiento dinámico reaccionando a la posición del selector de programas de conducción AMG. Al hacerlo, el perfil se desplaza unos 400 mm hacia abajo al superar los 80 km/h, contribuyendo con ello a generar un efecto Venturi con el cual se logra que el coche se “pegue” al suelo reduciendo así las fuerzas ascensionales que se generan por debajo del eje delantero. De esta manera se añade mayor precisión al guiado del coche en curvas al igual que se mejora la estabilidad direccional en las rectas.
El poderoso nuevo propulsor 4.0 litros V8 que se presenta con el renovado SL llega en dos niveles de potencia para configurar dos versiones diferentes. La más potente es la SL 63 4Matic+, con 585 CV de potencia máxima y 800 Nm de par con la cual el SL alcanza los 315 km/h de velocidad punta y acelera de 0 a 100 km/h en 3,6 segundos. La otra variante es la denominada SL 55 4Matic+ que entrega 476 CV y 700 Nm de potencia y par máximos respectivamente. Con ella, el deportivo alemán alcanza una velocidad máxima de 295 km/h, acelerando de 0 a 100 km/h en 3,9 segundos. Las diferencias entre ambas versiones son el resultado de aplicar una mayor presión de sobrealimentación, así como distintas modificaciones en el software y el mapa motor de la versión más potente.
La mecánica AMG V8 Biturbo se combina con la transmisión AMG SpeedsShift MCT 9G de nueve relaciones de marcha, una caja de cambios automática que ha sido optimizada para ofrecer un aún mejor funcionamiento en distintas condiciones de funcionamiento, aportando unos más cortos tiempos de reacción. Para las fases de arranque, en vez de recurrir a un convertidor de par tradicional, trabaja con un embrague húmedo, gracias a lo cual se reduce el peso del conjunto, se obtienen menores inercias de las masas en movimiento y se mejora la capacidad de reacción a las exigencias del conductor sobre el pedal, lo que permite aceleraciones con mayor rapidez según los distintos cambios de carga.
Otra de las grandes novedades que introduce el nuevo Mercedes SL es la incorporación, por primera vez en los 70 años de historia del modelo, como equipamiento de serie para las versiones V8, de la tracción integral 4MATIC+, un elemento que sin duda aportará mayor estabilidad y seguridad de marcha al deportivo alemán.
En cuanto al interior del nuevo SL, los diseñadores han buscado ofrecer un modelo que transmita por igual grandes dosis de deportividad como del máximo lujo posible, empleando para ello todo tipo de nobles materiales de acabado y llevando más allá también el nivel de confort a bordo, puesto que, para la marca de la estrella, en el SL la deportividad no tiene por qué resultar incómoda.
Gracias al mayor espacio interior disponible, el nuevo SL reorganiza su interior estableciendo un nuevo canon en el reparto de sus dimensiones interiores. Así, esta nueva generación es un 2+2, es decir, cuenta con dos pequeñas plazas hábiles para personas de hasta 1,50 m de altura en la zona posterior del habitáculo, lo que lo hace aún más funcional.
En el puesto de conducción se introduce un nuevo cuadro de instrumentación digital integrado en un visor tridimensional que se extiende hasta el visualizador central ajustable dispuesto sobre la consola central. Este sirve de base para el uso del sistema de infoentretenimiento MBUX que se incluye como parte del equipamiento de serie del modelo, permitiendo varios estilos de visualización de los distintos modos de uso.
El manejo del MBUX es aún más intuitivo que el anterior. Ello es posible en parte gracias al sistema de autoaprendizaje continuo del sistema a partir del uso que conductor y pasajero hacen de él. El sistema permite controlar numerosos cometidos y funciones mediante la nueva estructura de manejo que ya fue estrenada en la reciente nueva Clase S. Permite hasta 5 diferentes estilos de visualizado, además de añadir opciones exclusivas de menú para los modos AMG Performance y AMG Track Pace.
En el nuevo SL, conductor y acompañante viajan cómoda y seguramente sentados en los nuevos asientos deportivos AMG de diseño escultural, con ajustes eléctricos de serie, reposacabezas con calefacción integrados en los respaldos. Y acabamos haciendo mención a las versiones Roadster, con la que el SL retorna a sus orígenes al incorporar una capota de lona tradicional en lugar del techo rígido articulado retráctil de la anterior generación. De accionamiento eléctrico, permite reducir el peso del conjunto en más de 21 kilos, aportando además un más bajo centro de gravedad, lo que favorece el dinamismo y la maniobrabilidad del coche.
Gracias a un inteligente plegado en Z, la capota permite también un importante ahorro de espacio, ya que en su posición final plegada se enrasa directamente con la superficie de la carrocería. Además, las tres capas que la componen (una tersa cubierta exterior, otra interior de preciso acabado y una intermedia compuesta por una esterilla elaborada en materiales insonorizantes de alta calidad, permiten al SL ofrecer a bordo un ejemplar confort acústico. El techo se abre y cierra en apenas 15 segundos incluso circulando a velocidades de hasta 60 km/h.
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