Todos conocemos la historia de Enzo Ferrari y los motores V12, un tipo de propulsor que siempre fue casi una obsesión para el italiano. Llegó a tanto, que sus coches “sólo” usaban motores V12, porque eran la cúspide de la automoción. Esa obsesión le vino, no por un sueño ni por una inspiración divina, sino por la visión de un majestuoso V12 Packard, un tipo de motor que la firma yankee ya fabricó entre 1915 y 1923.
Los motores V12 tienen un enorme prestigio en la industria del automóvil, aunque actualmente están en peligro de extinción. En realidad todos los motores de combustión están en peligro de extinción, pero los V12 serán de los primeros en caer detrás de los diésel. Una lástima, porque su prestigio es más que merecido, pues su configuración les otorga un equilibrio perfecto, con un funcionamiento sedoso y suave, ausente de vibraciones, pero con un poderío desde pocas revoluciones que pocos motores pueden ofrecer.
Se presentó en el Salón de Nueva York de 1932 como «Twin Six», y cuando llegó a producción el nombre pasó a ser Packard «Twelve»
Es entendible que Enzo Ferrari estuviera obsesionado con esos motores y es entendible también, que Packard recuperara este tipo de motores en la década de los 30. Después de 1923, la firma americana dejó de fabricar motores de 12 cilindros, pero volvió a ofrecerlos cuando la gran parte de sus rivales locales, como Cadillac, Buick o Lincoln, comenzaron a ofrecerlos. En Europa también había motores V12, algunos de ellos firmados por los mejores fabricantes del mundo por aquellos años como Rolls-Royce, Maybach o “nuestra” Hispano Suiza.
Fue el propio Alvan Macauley, el presidente de Packard por aquellos años, quien encargó el estudio y desarrollo de un V12 a Cornelius Van Ranst, uno de los responsables del Cord L29, del que se aprovechó el motor, un bloque de 7.292 centímetros cúbicos y válvulas laterales, el mismo que había desarrollado Clyde Paton. Dicho bloque se revisó por completo y se cambiaron muchas cosas, como las válvulas, que pasaron a estar colocadas en la culata. Los pistones eran de aleación ligera, tenía taqués hidráulicos y un solo árbol de levas colocado en el centro de la V.
Aquel motor ofrecía unas buenas prestaciones, desarrollando 160 CV a 3.200 rpm y siendo especialmente silencioso. Se combinaba con una caja de cambios con tres relaciones, siendo la segunda y la tercera sincronizadas.
Dicho motor era la primera piedra, o la piedra más importante, del coche que estaba por llegar. Se creó un chasis bastante convencional, con largueros reforzados por travesaños en forma de X, todo fabricado en fundición. El eje delantero era rígido, pero el eje trasero, como gran novedad en un Packard, que contaba con un diferencial “hipoide”. Los amortiguadores eran de tipo hidráulicos acompañados por muelles de fricción teleregulables. Los frenos eran por depresión.
Finalmente, en el Salón de Nueva York de 1932, se presento bajo la denominación de Packard Twin Six, pero cuando llegó a producción el nombre pasó a ser Packard Twelve. El coche lucía un diseño espectacular, dejando a todos con la boca abierta y convirtiéndose casi al instante en un objeto de deseo. Contó con muchas carrocerías, diseñadas por los carroceros más prestigiosos y sufrió algunas mejoras durante sus años a la venta, como la adopción de un motor más grande, con 7.756 centímetros cúbicos y 175 CV.
Como todos los coches de aquellos años, era una mole, con cifras que variaban entre los 2.300 y los 2.600 kilos según carrocería. Sin embargo, gracias a su portentoso motor, podía llegar a flirtear con los 175 km/h. Es una cifra que hoy día no sorprende, lo raro es que existan coches que no la alcancen, pero en la década de los 30 era muy rápido.
Al final, las sucesivas evoluciones le llevaron a montar un eje delantero independiente (llamado “Safe-T-Flex”) y frenada hidráulica. El embrague tenía asistencia por depresión.
El Packard Twelve está considerado como la obra cumbre de la compañía y viendo las imágenes de sus diferentes variantes y carrocerías, así como su ficha técnica, no cabe duda que se trata de una joya del automóvil.
Recibe cada semana una selección de nuestros mejores artículos suscribiéndote a nuestra newsletter