El salón madrileño, que se celebrará entre los días 26 y 28 de Noviembre en IFEMA, reconocerá el legado del piloto español mediante una exposición monográfica. Y es que es principalmente a este hombre polifacético a quien debemos el actual trampolín existente para que el talento español pueda impulsarse y saltar hacia el estrellato automovilístico.
No sólo eso. Adrián Campos (Alzira, 1960-2021) fue uno de los primeros pilotos españoles en correr en Formula 1, después de Álex Soler Roig y Fon de Portago. Sin embargo, antes y después de esto hizo cosas realmente interesantes: Por ejemplo, gracias al apoyo familiar fundó una de las primeras escuderías patrias de Fórmula 3, y además fue una de las grandes atracciones del Campeonato Español de Turismos (CET) que tanto echamos de menos.
Adrián Campos será homenajeado con todos los honores en Retromóvil Madrid, la feria decana de coches clásicos de la capital de España
La carrera de Adrían Campos empezó al parecer a los mandos -nunca mejor dicho- de los coches de radiocontrol, convirtiéndose en 1980 en Campeón de España. No tardaría en dar el salto a la fórmula nacional por excelencia, la 1430, donde pilotó hasta 1982 un Selex. Quizá sea el momento de recordar que esta competición era un nido de alquimistas cuya creatividad fue responsable de monoplazas nacionales asombrosos. Y, por supuesto, fue cantera de todos aquellos jóvenes y no tan jóvenes que deseaban dedicarse al automovilismo.
La relación de Campos con Selex le llevo a conocer el proyecto del ST9, un bólido con el que el constructor Miquel Molons, el piloto Manuel Valls y el ingeniero Francisco Guitart planeaban no sólo correr la F1430, sino irrumpir de nuevo en la Fórmula 3. El coche tenía una particularidad: Su marca sería la de su principal patrocinador. Adrían Campos, valenciano siempre apegado a su tierra y perteneciente a una familia de industriales dedicados a la ganadería avícola y sus derivados, ató cabos y así surgió el Avidesa 383.
Esta aventura, aunque altamente instructiva, no llegó a buen puerto. Durante 1983 se disputaron algunas carreras, pero con resultados discretos. Sin embargo, fue probablemente la forja en la que terminó de definirse el carácter siempre perseverante ante la adversidad de Campos, y en la que tomó conciencia de la función irremplazable de los manager y jefes de equipo, a la que no había dado probablemente la importancia adecuada hasta entonces.
No obstante, el Avidesa sirvió para que nuestro protagonista fuera ojeado por Volkswagen, que estaba a la caza de nuevos conductores para sus F3. Así pasó a los mandos de un Ralt, máquina mucho más capaz en la que pudo demostrar sus aptitudes al quedar tercero en el campeonato de 1985. Adrián Campos, con su tesón, ya estaba haciendo historia en su ascenso hacía la categoría reina. En 1986 pasó a la Fórmula 3000, sustituta de la caprichosa F2 y antesala del Gran Circo.
El Sueño del Gran Circo
Ese mismo año tenía un pie dentro gracias a las pruebas que estaba haciendo para Tyrrel. Fue en 1987 cuando Minardi cayó en la cuenta de aquel era el hombre que estaba buscando. En realidad tenía gusto por lo ibérico, ya que un año después fichó al también español Luis Pérez-Sala. La piel de toro había vuelto a la Fórmula 1, y con ella el primer equipo pilotado enteramente por españoles. Los dos hicieron todo lo que estuvo en su mano pero la falta de presupuesto y la delicadeza de los monoplazas de la escudería italiana llevó a su salida en apenas una temporada. Adrián Campos realizó su mejor actuación en el Jarama.
A partir de aquí, pareciera que su llama se estaba apagando. Nada más lejos de la realidad: Después del piloto estaba naciendo el coach, manager, empresario y constructor. Su objetivo último siempre fue llegar a tener un equipo propio de Fórmula 1 que dirigir. Esa fue la meta en 1992 del proyecto de escudería Bravo F1, primer intento que no llegó a cuajar.
Mientras tanto, Campos no dejaba de correr. ¿Cómo rechazar las ofertas de Fiat y Alfa para incorporarse al Campeonato Español de Turismos en 1994? Recordemos que ese fue la edad dorada del CET, con la Dorna promocionando con fuerza, con presencia oficial y tecnología y pilotos de primer nivel. El valenciano fue campeón en 1994 con la marca milanesa y una de sus estrellas durante el resto de su desempeño allí. En 1997 llegaron las 24 Horas de Le Mans a bordo de un Ferrari 333SP, en las que lamentablemente solo pudo participar en los preliminares. Por increíble que pueda sonar, parece ser que problemas de coordinación en boxes hicieron que el bólido se quedase sin gasolina.
La escalera de Adrián Campos
Llegados a este punto, nuestro piloto valenciano decidió pasar definitivamente al otro lado. En el mismo 1997 fundó Adrián Campos Motorsport, que mas tarde se convertiría en lo que es hoy, Campos Racing. Esta empresa radicada en su Alzira natal tiene desde entonces dos objetivos: Convertirse en el mejor vivero de pilotos y seguir persiguiendo el sueño del Gran Circo.
Respecto a lo primero, ha cumplido con creces. Para muestra dos botones: Adrián Campos fue clave en la promoción de Fernando Alonso y Marc Gené a la F1. Y bueno, no olvidemos a Álex Palou, reciente ganador de la Indy Car. Y es que él mejor que nadie conocía la necesidad de idear una plataforma que, a modo de escalera, conectara el talento español con el mejor automovilismo internacional a través de la participación activa con equipo propio en las categorías inferiores. Lo hizo y tuvimos nuestro campeón del mundo.
En cuanto a lo segundo, a punto estuvo en 2010 de cumplir su objetivo de brillar en la categoría reina como impulsor de la escudería Campos Grand Prix, pero se vio obligado a desvincularse por desavenencias con José Ramón Carabante, otra de las cabezas de la aventura que finalmente se materializó con el nombre Hispania-HRT. Hay que ser a los fiel a los principios propios, incluso si eso tiene como consecuencia tener que esperar al próximo tren.
Este no llegó hasta finales de 2019, cuando tanto Campos como la FOM confirmaron que habían alcanzado una acuerdo para inscribirse en el campeonato según la nueva normativa. La pandemia hizo tambalearse de nuevo el proyecto y actualmente es Salvatore Gandolfo, su socio, quien trata de cumplirlo. Y es que aunque él ya no esté, su legado está más presente que nunca.
El sábado 27, charla-coloquio
Es por eso que Retromóvil Madrid celebrará la figura de Adrián Campos mediante un espacio monográfico en el que se exhibirán sus coches y automobilia, y en el que su familia nos hará partícipes de una vida que sin duda mereció la pena ser vivida.
El punto álgido de este homenaje tendrá lugar el sábado día 27 a las 12:30 hs., cuando se celebrará una charla-coloquio en el Foro Eventos Motor, en la que participarán pilotos y amigos que compartieron vivencias y “pista” con él. Al finalizar ésta, se le hará entrega de una placa de recuerdo del acto a sus familiares.
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