Seguro que muchos relacionarán el nombre de Triumph con las motocicletas, no en balde, actualmente, Triumph es una de las marcas más punteras sobre dos ruedas. Sin ir más lejos, son los que suministran los motores que se usan en Moto2 –esta categoría, que reemplazó a las ruidosas y humeantes 250 de dos tiempos, es monocarma para el propulsor–. Pero en realidad, los amantes de los “coches viejos” saben muy bien que antaño, Triumph ofrecía algunos de los mejores coches deportivos fabricados en Reino Unido. Podemos ir un poco más lejos, si adoptamos el dicho que suele destacar cuando se habla de Triumph: fabricó el último de los deportivos británicos “tradicionales”. Es decir, Triumph fue la última firma de origen británico, que puso en circulación un deportivo británico en su más pura esencia.
Ese deportivo puro es el Triumph TR6, que se presentó en el año 1969, adoptando todas las características que hicieron míticos a los roadster ingleses en todo el mundo –y sobre todo en Estados Unidos–. Sin embargo, el TR6 no era un coche completamente nuevo, en realidad era una remodelación del anterior roadster de la firma, el TR5, que fue diseñado por el especialista Karmann. Sin embargo, como bien dicen algunos medios altamente especializados en modelos de origen inglés, el Triumph TR6 fue, en muchos sentidos, un coche importante. Esos mismos medios también afirman que el TR6 fue el briche final de la traducción de los roadster británicos –Autocar publicó un artículo en 1969 definiendo el modelo como “el último de los verdaderos coches deportivos”.
Tengamos en cuanta una cosa, la deportividad, como tal, no tiene nada que ver con la potencia o la velocidad, si no con un equilibro entre potencia y capacidades dinámicas, que dan como resultado una buena velocidad. En el caso de coches destinados a pasar sus días en vulgares carreteras públicas, el equilibrio están en las sensaciones y las prestaciones y es aquí donde los roadster ingleses destacaban por encima de la media.
Cuando Triumph lazó el TR6, no había nada el mercado que se pudiera comparar en lo relativo a la relación precio-rendimiento. Como decíamos antes, el TR6 es una evolución del TR5. Tomaba muchas cosas del Triumph TR4 –estilo general de la carrocería, suspensión trasera… – y añadía un motor de seis cilindros en línea, pero se le otorgó una personalidad propia que contó con muy poco presupuesto para su elaboración, por eso básicamente el Triumph TR6 solo cambia, con respecto al TR5, en el frontal, la zaga y algún detalle menor ya. Detalles de diseño, como se ha comentado anteriormente, que corrieron a cargo de Karmann. De primeras, se consultó con Giovanni Michelotti, quien había creado el TR4, pero su propuesta fue demasiado continuista frente al mencionado TR4 y la directiva de la marca descartó el trabajo del italiano.
Karmann cumplió con los requisitos, que incluía la adopción de su famosa “cola Kam”, que, según se dice, fue parte del detonante de sus ventas y desde entonces, la emplearon todos los modelos de Triumph. Curiosamente, los fanáticos de la marca no estaban muy conformes con los cambios en el diseño, aunque en Estados Unidos arrasó en ventas. Muchas de aquellas unidades están de regreso a Europa y a Reino Unido, y son fáciles de identificar porque montan un sistema de inyección de combustible –un equipo de Lucas que, por lo visto, es bastante problemático y muchos usuarios lo cambiaron por una batería de carburadores–.
El Triumph TR6 se fabricó entre 1969 y 1976, un período durante el cual, sufrió algunos cambios en el diseño. Las unidades fabricadas el primer año se puede reconocer por el marco del parabrisas pintado en color carrocería y las cubiertas cromadas del motor. A partir de 1970, se agregó una gran cantidad de cambios, como llantas de acero prensado –en opción llantas con 72 radios–, además de un nuevo colector de admisión en las versiones estadounidenses. A partir de entonces, el marco del parabrisas pasó a ser de color negro.
Desde 1973 se montó un deflector de aire delantero con nuevo diseño y apareció una entrada de aire fabricada con plástico negro, acompañada por dos tiras cromadas encima y debajo de la calandra. En 1974 se añadió sobremarcha –también conocido como “overdrive”, que viene a ser lo mismo pero en inglés– de serie. En 1975 hubo más cambios, tanto en el frontal, donde se cambió el paragolpes y se añadieron nuevos proyectores lumínicos como en los laterales, donde se cambiaron los indicadores.
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