Retromóvi Madrid, que tendrá lugar entre los días 26 y 28 de Noviembre en IFEMA, conmemorará el cincuenta aniversario de la Fórmula 1430. Competición creada por SEAT, la cual sirvió como cantera de pilotos auspiciados por la pericia técnica de algunas de las escuderías más icónicas de nuestro país. Todo ello con monoplazas creados para la ocasión basándose en la mecánica de un modelo tan conocido y popular como el SEAT 1430…
La fabricación en serie y la competición son dos caras de la misma moneda. Algo que a priori parece aventurado decir, pero que en realidad resulta una constante en la historia del automovilismo. Y es que, aún teniendo poco que ver la fabricación masiva de un modelo familiar con el complejísimo diseño de un modelo de carreras, lo cierto es que las tecnologías desarrolladas en el circuito siempre acaban de una manera u otra en las calles. Como ejemplo de ello tenemos desde el turbocompresor hasta los frenos de disco. Dos de los muchos elementos nacidos en las carreras hoy en día comunes en casi cualquier modelo de gran serie.
Además, esta complementariedad no sólo se ve en el desarrollo tecnológico sino también en el comercial. Algo llevado a la práctica por Ferrari o Jaguar en sus tiempos más clásicos, usando como campañas de publicidad sus victorias en Le Mans para dotar a la marca de un halo de innegable prestigio. Una estrategia de comunicación que no sólo han realizado fabricantes de alta gama. También otros más populares potenciaron modelos compactos para despuntar en rallyes apareciendo así como empresas repletas de fiabilidad y potencial tecnológico. Muestra de ello es la historia del Ford Escort con sus variantes RS.
No obstante, en realidad no hemos de viajar hasta Inglaterra o Italia para entender el acompasamiento entre modelos de competición y vehículos de serie. Nos basta con quedarnos en España gracias la historia de nuestra Fórmula 1430. Una competición auspiciada por SEAT que ahora cumple medio siglo desde que el 4 de abril de 1971 bajase por primera vez su bandera a cuadros en el Circuito del Jarama. Además, cuenta con el encanto de unos monoplazas directamente emparentados con la popular berlina de SEAT.
Razón por la cual la publicidad de la época promocionaba al SEAT 1430 junto a uno de estos fórmula bajo el lema “un clásico con motor de fórmula”. Una campaña que, como decíamos al comienzo de estas líneas, nos recuerda que la fabricación en serie y la competición son dos caras de la misma moneda.
FÓRMULA 1430, UN PASO MÁS ALLÁ EN LAS COPAS MONOMARCA
Más allá de las grandes carreras de resistencia, rallyes o por supuesto la F1, el automovilismo deportivo en realidad se mide en las categorías inferiores. Un magma de pequeños torneos donde se foguean pilotos y mecánicos en lo que resulta la verdadera cantera del automovilismo. Además, en lo que se refiere al plano tecnológico diversas marcas desde Porsche hasta Citroën cuentan con una amplia tradición de copas monomarca en las que poner a prueba sus coches sirviendo al tiempo como foco publicitario.
En este sentido, España ha contado en su historia automovilística con la Copa Nacional Renault iniciada en 1969 con los R8. Trofeo en sintonía con el Desafio Simca 1000, pero en cuya versión SEAT quiso llevarlo un paso más lejos al poner sobre la pista no modelos de serie sino monoplazas de competición. Eso sí, basados en la mecánica del popular 1430.
Uno de los modelos más icónicos para la motorización de España, el cual representó junto con el 124 el salto de no pocas familias desde el sencillo 600 a un segmento donde las cinco puertas y una mayor habitabilidad se conjugaban con las bondades de su motor de cuatro cilindros en línea y 1438cc en las primeras y más sencillas versiones. Así las cosas, SEAT elaboró junto a la Federación Española de Automovilismo un reglamento técnico donde se precisaron todos los detalles.
En primer lugar la relación de la fábrica con las escuderías, puesto que la Fórmula 1430 contó con un interesante margen para el ingenio mecánico al contemplar márgenes para la personalización. De hecho, los vehículos no solían ser construidos por la propia marca, la cual se limitó al suministro de piezas para equipos como Me-Pre en Madrid, Selex en Barcelona o Etco en el País Vasco. De esta forma, SEAT consiguió poner bajo su amparo a una gran cantidad de escuderías, las cuales sirvieron a Salvador Canellas, Fernando Pérez Sala o Paco Juncosa -entre otros- de trampolín para su desarrollo en el mundo de las carreras.
ESPECIFICACIONES TÉCNICAS PARA UN MONOPLAZA NACIONAL
Aunque desde el propio nombre de la competición se deja muy claro, la verdad es los monoplazas de la Fórmula 1430 tienen poco que ver con la berlina de serie más allá del motor. Un hecho que no carece de importancia, puesto que al fin y al cabo pone el acento en una mecánica fiable pero bien ajustada que subía hasta los 85CV para los tan sólo 420 kilos de estos monoplazas. Esto le daba 10CV extras respecto a las mejores motorizaciones del modelo de serie, logrados con el aumento de la compresión rebajando la culata.
Llegados a este punto, lo primero que podemos concluir de los Fórmula 1430 es su excelente relación peso/potencia. Cualidad que le permitía dar la vuelta rápida al Jarama con una velocidad media de 120 Kms/h con puntas de 190 Kms/h. Prestaciones bastante efectivas partiendo del bloque motor FD 1430, el cual aquí mejoró su alimentación con un carburador de doble cuerpo. Además, en lo relativo al escape de gases éste se hacía mediante unos colectores provenientes de la F3. Respecto a las llantas, se dispusieron en el reglamento las mismas de 13 pulgadas procedentes del 1430 de serie, actuando en combinación con la suspensión independiente en las cuatro ruedas, los amortiguadores hidráulicos y sus muelles helicoidales.
Visualmente, cada uno de los Fórmula 1430 contó con un aspecto diferente ya que a partir de la distancia entre ejes de dos metros cada escudería podía carrozar el coche como quisiera. Por ello, de aquí se desprenden diseños tan interesantes como el de algunos equipos que usaron los radiadores como alerones. Otro de los puntos en los que se veía la pericia e ingenio de unos mecánicos capaces de solventar con imaginación la falta de medios, aprovechando los diferentes ajustes y relaciones de compresión para sacar el máximo partido de cada pieza. Eso sí, a costa de la vida útil de las mismas.
UN SISTEMA PENSADO PARA SER CANTERA DE PILOTOS PATRIOS
Desgraciadamente, cualquier iniciativa tanto pública como privada siempre corre el riesgo de defraudar al comparar las expectativas con la realidad. Sabedor de ello, el comité de la Fórmula 1430 y su presidente Francisco Urquijo establecieron dos mecanismos para que esta competición reflejase fielmente su vocación como cantera de pilotos. El primero fue la “lista de notoriedad”. Un resorte con el que la organización vetaba la participación en sucesivas ediciones a aquellos pilotos que hubieran conseguido buenos resultados. De esta forma, se pretendía realzar el carácter de la Fórmula 1430 como una escuela de pilotos. Una cantera que sólo podía ser lugar de paso y no acomodamiento.
El segundo consistió en establecer un sistema de primas para recompensar según diversos parámetros como las vueltas terminadas, la posición en línea de meta o las rondas de clasificación. Con todo ello se daban puntos canjeables por dinero procedente de la propia SEAT, facilitando la financiación de los equipos al premiar mucho más que la victoria plena en cada carrera. Así las cosas, la Fórmula 1430 aseguró el espectáculo al crear un reglamento donde la personalización dentro de ciertos límites y la necesidad de puntuar en diversos parámetros espoleaba la competición de unos pilotos y equipos necesitados de visibilidad para escalar a otras categorías.
De hecho, la Fórmula 1430 tuvo un éxito inmediato. Ésto hizo que en 1973 SEAT lanzase el proyecto de la Fórmula 1600. Idea que nunca llegó a ver la luz más allá de unos pocos prototipos fabricados por Selex. No obstante, si estás pensando en un final abrupto hemos de anunciarte que aquello no fue así. Ya que en realidad la transición a otra competición por parte de SEAT fue mucho más ambiciosa, saltando directamente a un campeonato con motores de 1’8 litros de cilindrada. Así nacía la Fórmula 1800, la cual cumplirá medio siglo el próximo 2.024. No obstante, por ahora habremos de esperar. Ya que por de pronto seguiremos festejando los cincuenta años de los Fórmula 1430. Los pequeños pero efectivos monoplazas basados en el motor del sempiterno SEAT 1430.
MAS SEAT EN RETROMÓVIL MADRID
El salón no sólo festejará la Fórmula 1430 sino a Seat en general. Y para ello contará con la colaboración de la magnífica colección privada ‘Seat en Rodaje’, que aportará ocho ejemplares a cada cual más especial. Es el caso del 1400 Sport Serra, la Siata Formichetta o el Ibiza Cabrio, entre otros.
Asimismo, diversos clubes de aficionados acudirán la feria, como es el caso de los dedicados a Seat 1430, 124 y 124 Sport, o a Seat 600, entre otros. Estos tendrán además la posibilidad de darse cita en al aparcamiento de clásicos junto con otras asociaciones en concentraciones programadas previamente a tal efecto.
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