Hace unos días se daba a conocer la triste pero previsible noticia. El Festival de la Velocidad de Goodwood cancelaba su edición de 2020.
¿Pero cómo ha llegado esta cita a convertirse en un imprescindible para los aficionados de todo el mundo? Os lo contamos.
El Festival de la Velocidad de Goodwood es, más que un evento, una gran fiesta del motor que se celebra cada año en la finca Goodwood House, en el condado de Sussex Occidental (Inglaterra) y en el que se mezcla competición, con altas dosis de exhibición. Todo tipo de coches exclusivos actuales y clásicos, de competición o prototipos, todos tienen cabida. Además, el público asistente puede disfrutar de la presencia de grandes pilotos y personajes relacionados con el mundo del automóvil.
El objetivo competitivo, conseguir el mejor tiempo en una carretera de montaña de 1,86 kilómetros, una ascensión cronometrada cuyo récord absoluto ostenta Nick Heidfeld, que completó el recorrido en 41,6 segundos en 1999.
Pero, ¿cuáles son los orígenes de este certamen?
La finca en la que se celebra Goodwood, propiedad del aristócrata inglés Charles Henry Gordon-Lennox, conde de March y Kinrara, fue durante la Segunda Guerra Mundial escenario de una pista de aterrizaje construida por su abuelo, que se utilizó para plantar cara a los enemigos. Tras el fin de la guerra se decidió dar una nueva vida al trazado, construyendo un circuito de coches que se utilizó desde 1948 a 1966 y que se convirtió en uno de los circuitos más importantes de Gran Bretaña, hasta que dejó de utilizarse por motivos de seguridad.
En 1993, Lord March decidió recuperar la esencia de esa época y organizar el primer Festival de velocidad de Goodwood. Más de veinte mil personas acudieron al evento a pesar de coincidir con las 24 horas de Le Mans. La invitación se extendía a vehículos de cualquier competición: Rally, Nascar, Fórmula 1, Mundial de Endurance (WEC), Moto GP, etc. El evento no discriminaba tamaño ni prestaciones, y convocaba además piezas de coleccionistas, reliquias vintage o bólidos clásicos. Junto con los más espectaculares vehículos acudieron las personalidades de la jet-set inglesa.
En 2010 el certamen evita coincidir con otras competiciones y consolida su celebración en el mes de junio. El Festival de Velocidad de Goodwood multiplicó su influencia y sus visitantes, batiendo récords de asistencia en cada edición.
El evento ha cobrado tal importancia que las marcas lo consideran el lugar idóneo para presentar sus novedades más exclusivas, además de celebrar aniversarios y rendir culto a clásicos especialmente importantes en la historia de la automoción.
Maravillosas las imágenes que nos deja cualquier edición de este gran evento, que sin duda esperarán con ganas todos los aficionados del mundo del motor. Habrá que esperar a 2021.
Fotografías: The Sunday Times, Vanity Fair.