Si hay un vehículo referente en la tracción 4×4 es el Toyota Land Cruiser. Un vehículo que ha alcanzado la condición de leyenda en todo el mundo por ser duradero, resistente, fiable e irrompible. Ahora cumple setenta años de existencia, convirtiéndose en un referente de calidad, un vehículo fabricado para sobrevivir en los lugares más exigentes del planeta.
El Toyota Land Cruiser ha alcanzado la condición de leyenda en todo el mundo por ser duradero, resistente, fiable e irrompible
Como un soldado curtido, el Land Cruiser nació en el implacable ambiente de la guerra. Cuando Corea del Norte invadió Corea del Sur en 1950, las Naciones Unidas y Estados Unidos acudieron en auxilio del sur, y Japón hizo las veces de base de suministro, al ser un país ocupado por Estados Unidos. Poco después, los fabricantes de automóviles japoneses recibieron el encargo de suministrar un vehículo compacto de cuatro ruedas al ejército estadounidense, y con su experiencia anterior en la construcción de camiones para el ejército japonés durante los años cuarenta, Toyota estaba bien situada para responder e iría recibiendo un gran número de pedidos de las fuerzas aliadas.
El Land Cruiser original
En enero de 1951, cinco meses después de comenzar a trabajar en el diseño, Toyota había producido su primer prototipo. A partir de piezas existentes de Toyota, el prototipo incorporaba el chasis del camión de una tonelada Tipo SB y el gran motor de 3.4 litros de gasolina del Tipo B. A raíz de la popularidad en aquel momento del Willys Jeep, uno de los favoritos de las fuerzas ocupantes, Toyota decidió llamar a su nuevo prototipo Jeep BJ. B por el motor del Tipo B y J por el Jeep 4×4.
En julio de ese año, el piloto de pruebas Ichiro Taira hizo un recorrido de prueba, bajo supervisión de agentes de la Policía Nacional, llevando un BJ hasta el punto de control n.º 6 del monte Fuji, una gesta solo conseguida anteriormente a caballo. El recorrido de prueba demostró la capacidad del BJ, y el vehículo fue adoptado como coche patrulla por la Policía Nacional japonesa en agosto de ese mismo año.
Tuvieron que pasar dos años más para considerar que el BJ estaba listo para la producción a gran escala, momento para el cual otras agencias del gobierno y compañías energéticas ya habían realizado pedidos. No fue hasta después del primer año completo de producción, en 1954, a raíz de reclamaciones de violación de marca registrada por parte de Willys Company, cuando el BJ cambió de nombre. A partir de entonces, el 4×4 pasó a ser conocido como Toyota Land Cruiser.
Cuatro años después de presentarse el primer prototipo, el segundo Land Cruiser, de la Serie 20, estaba listo en noviembre de 1955. Si bien el exterior solo mostraba una leve evolución, bajo la carrocería se habían producido grandes cambios, en su paso de vehículo militar a cómodo automóvil civil.
Con las raíces del “BJ” aún reconocibles, la Serie 20 presumía de una carrocería con unas líneas más suaves, que incorporaba unos faros delanteros integrados y un habitáculo más espacioso. El confort de marcha también mejoró, con una suspensión de ballesta delante y detrás para absorber las sacudidas, mientras que las vibraciones en el habitáculo se reducían con unos nuevos cojinetes de goma en la suspensión.
La reducida distancia entre ejes se acortó aún más para mejorar la maniobrabilidad, al tiempo que se ofrecía una variante con mayor batalla y una capacidad de carga superior, conformando una serie de distintas carrocerías, desde cabinas con varias plazas hasta pick-ups.
Bajo el capó, se introdujo un nuevo motor de hierro fundido de la serie F, que ofrecía al conductor un 23 % más de potencia que el modelo anterior. Este motor, introducido en la serie B y visto por vez primera en 1948, se seguiría montando en los Toyota hasta que dejó de producirse en 1992. Un increíble logro técnico que ha pasado a la historia como el más duradero de todos los motores de la firma nipona.
Como consecuencia de las continuas adquisiciones militares por todo el mundo, el Serie 20 quedó grabado para muchos como el primer Toyota en llegar a su país. El éxito de ventas del Land Cruiser en exportaciones se observaba ya claramente en 1957, cuando el 32,8 % de todas las exportaciones de vehículos japoneses correspondían a este resistente 4×4.
La vida empieza a los “cuarenta”
La tercera generación del vehículo, el Serie 40, llegó al mercado en 1960, momento a partir del cual este emblemático modelo atravesó ríos y recorrió caminos rocosos durante 24 años, y se ganó el apodo de “The Forty”, el Cuarenta. Con una reputación de altura tras el éxito del Serie 20, la prioridad de los ingenieros de Toyota en aquel momento era garantizar que The Forty conservaba la fórmula ganadora al tiempo que incorporaba mejoras notorias y un inteligente refinamiento en general.
Como con la anterior renovación del modelo, las revisiones del diseño exterior fueron sutiles, cuanto menos. Se caracterizaba por unos pasos de rueda más rectangulares y los intermitentes colocados sobre las aletas delanteras, pero el cambio más memorable fue la adición de un marco en forma de rombo en torno a los faros delanteros y la parrilla del radiador.
Uno de los cambios principales radicaba en la posibilidad de seleccionar tres modos de conducción distintos, Completo, Económico y Moderado, en función del tipo de terreno con que se encontraba el conductor. Se siguió utilizando una transmisión manual de tres velocidades, que sin embargo ahora incluía una caja de transferencia que reducía las relaciones globales para ofrecer un total de seis velocidades; tres para carretera y tres para todo terreno.
En 1967, la siempre creciente demanda de una mayor capacidad de carga de las carrocerías familiares llevó a la introducción de la nueva variante FJ55, con una mayor distancia entre ejes, 2700 mm, un estilo renovado y un confort similar al de un turismo.
Además de su mayor capacidad de carga, una de las principales características de este modelo era que optaba por un portón trasero de apertura ascendente, que se podía abrir con la ventanilla bajada, o una doble puerta de apertura lateral, ofreciendo así una solución para todos los gustos.
Más adelante, en 1980, el modelo 55 fue sustituido por la Serie 60, más grande y espaciosa. En un segmento del mercado cada vez más disputado, los ingenieros se centraron en mejorar la calidad de la marcha y ofrecer un interior más lujoso, con materiales de tacto blando y asientos delanteros separados, en lugar de un banco.
Una nueva era
Tras 24 años de éxito arrollador de la Serie 40 sin apenas cambios, 1984 anunció la llegada de un nuevo Land Cruiser, la Serie 70, un vehículo preparado para el mundo moderno. Los ingenieros creyeron que había que hacer borrón y cuenta nueva con el nuevo modelo, un vehículo que se enmarcaba en un escenario mucho más competitivo, donde la demanda de vehículos de uso recreativo estaba en alza.
Se tomó la decisión de ofrecer el nuevo Land Cruiser en dos formatos. Heavy Duty, de alto rendimiento y que proporcionaba una robusta máquina de carga para quienes necesitaban resistencia a expensas de un confort más limitado; y Light Duty, de bajo rendimiento, para recorrer con más comodidad largas distancias con amigos y familia.
Aún reconocibles como Land Cruiser, los modelos Heavy Duty se caracterizaban por una carrocería de acero grueso más cuadrada, con un parabrisas angulado, montados sobre cinco configuraciones de batalla distintas y un amplio abanico de motores. Aunque no se diferenciaban demasiado a los ojos del observador casual, los modelos Light Duty tenían una imagen frontal ligeramente más suavizada, con un diseño más redondeado de los pasos de rueda, de la parilla y del paragolpes. Se ofrecían tres batallas distintas, junto con una selección de motores que solo incluía unidades de cuatro cilindros.
En 1990, para contrarrestar la fuerte competencia del modelo Shogun de Mitsubishi y similares, el Light Duty se separó más claramente de su hermano más robusto con una nueva identidad, el Land Cruiser Prado. Seguiría en producción hasta que fuera sustituido por una nueva versión, la Serie 90. Sin embargo, la Serie 70, Heavy Duty, siguió tal cual, y no experimentó su primera gran renovación hasta 2007, nada menos que 23 años después de que la primera unidad saliera de la línea de montaje.
El confort es clave
En 1996 se lanzó la nueva Serie 90 para dotar la gama Land Cruiser de una distinción más marcada para aquellos clientes que buscaban la autoridad y la altura de conducción de un 4×4, pero sin que ello afectase al confort ni al placer del conductor. Una atractiva nueva imagen, con una línea de cintura ascendente, unos grandes paragolpes de plástico y una selección de carrocerías de tres y cinco puertas, mantenía la actitud de “llegar a cualquier sitio” del Land Cruiser, pero con un aspecto más redondeado y moderno.
Una nueva dirección de cremallera confería a la Serie 90 una sensación más similar a la de un turismo, mientras que la nueva suspensión delantera independiente proporcionaba la marcha que esperaban los conductores ocasionales, sin sacrificar la capacidad todoterreno.
Mientras tanto, la carrocería familiar, o el modelo derivado del todocamino (o SUV, Sports Utility Vehicle) que arrancó con la Serie 50 en 1967 y evolucionó a la 60 y la 80, se actualizaba en 1998 con la Serie 100.
El nuevo vehículo, que constituía la propuesta de lujo dentro de la familia Land Cruiser, ofrecía un mejor rendimiento 4×4 y una suspensión activa de vanguardia, al tiempo que arropaba a sus ocupantes en un suntuoso interior con acabados en madera y tapicería de cuero. El Toyota Land Cruiser 100, la elección perfecta para aquellos clientes que querían el confort de un vehículo de gama alta, pero con una perspectiva dominante, ofrecía la atalaya perfecta para ver la vía por delante.
El paso a un nuevo siglo
A pesar de un periodo de seis años de éxito, relativamente corto, en que la Serie 90 se anotó más de 760.000 ventas, en 2002 era hora de un Land Cruiser para el nuevo siglo: la Serie 120. El nuevo modelo, que saltó a escena en el Salón del automóvil de París de este año, rebosaba tecnología por los cuatro costados. Equipado con el primer sistema electrónico de asistencia para arranque en pendientes, para una máxima tracción en pendientes, y un control de descenso, para mantener el control al descender por pendientes pronunciadas, además de una mayor rigidez estructural para una mejor maniobrabilidad, estabilidad y silencio, el nuevo Land Cruiser estaba listo para cualquier cosa.
Por primera vez en su historia, el diseño exterior de este nuevo modelo se llevó a cabo fuera de Japón, en el centro de diseño ED2 de Toyota, situado en el sur de Francia. Aun manteniendo el clásico ADN funcional y resistente del Land Cruiser, la nueva imagen era más esbelta y menos susceptible de envejecer que la de cualquier modelo anterior, con unos faros delanteros fluidos y una parrilla vertical que le conferían una presencia limpia pero contundente.
Aunque seguía pareciendo tan resistente y robusto como cabría esperar, el interior también se había suavizado, con un salpicadero de forma orgánica que fluía desde la pantalla del equipo de sonido y el control del climatizador hasta la forma curvada de la consola central.
En 2007, el gran todocamino de la Serie 100 fue sustituido por el la Serie 200, aún más largo y ancho, y con una estructura de bastidor independiente rediseñada que ofrecía a los conductores un mayor confort, durabilidad y seguridad ante colisiones. Equipada con el primer Control de avance lento del mundo, la Serie 200 podía mantener automáticamente una baja velocidad en terrenos con piedras y arena.
Desde su primera edición en 1979, el Rally Dakar ha demostrado ser un desafío que el Land Cruiser disfruta. Desde la creación del rally, se han inscrito más Toyota por parte de competidores particulares que ningún otro vehículo, un indicador claro de la inalterable fiabilidad del vehículo.
El último capítulo
A medida que las ventas totales del Land Cruiser se acercaban a los seis millones, era hora de que Toyota volviera a impulsar la Serie 120 para ir un paso por delante de la competencia. La importante nueva Serie 150 se lanzó en 2009 y estuvo disponible en más de 178 mercados distintos de todo el mundo; cómo habían cambiado las cosas desde los primeros tiempos de comercialización del Land Cruiser.
ED2, en Francia, lideró la renovación del diseño, y el resultado final dio lugar a un modelo más pequeño, con aires de familia, y con la acertada incorporación de rasgos de diseño de su hermano mayor, lanzado poco antes. La imagen, más poderosa, comprendía también un portón trasero de apertura lateral, por primera vez, que contenía una ventana de apertura ascendente que se podía abrir por separado.
En el interior, las curvas introducidas en el modelo anterior fueron sustituidas por un diseño más angulado y robusto. Además del funcional nuevo salpicadero, con una calidad y un tacto mejorados, llegó un nuevo Sistema Precolisión para avisar al conductor en caso de colisión inminente antes de frenar el vehículo para evitar el contacto.
Entre otras nuevas funciones, se incluía el Control de avance lento de la Serie 200 y un nuevo Sistema de selección terreno que daba a los conductores la posibilidad de contrastar la configuración del vehículo con el terreno; si conducías por una playa, escogías Arena, o Piedra para un terreno más técnico y traicionero.
En 2017 llega la última generación del Land Cruiser, que contaba con un nuevo diseño que lo hace visualmente más ágil y dinámico, sin perder tres pilares esenciales de su reconocida capacidad para llegar a cualquier lugar, funcionalidad, durabilidad y resistencia. Se renovó todo el conjunto frontal, los faros, pilotos y las llantas de aleación, entre otros elementos, para potencia la imagen potente y robusta que siempre ha distinguido al 4×4 de Toyota por antonomasia.
Con 70 años de historia, el Land Cruiser no para de crecer. Desde sus humildes inicios como necesidad en zona de guerra hasta el todocamino multiuso que puede hacer frente a los peligros de cualquier centro comercial, el Land Cruiser se abre camino hacia otra década manteniendo todos los atributos por los que se hizo famoso inicialmente, y quizás el motivo por el que tanta gente le tiene tanta estima. A veces, la única palabra que le puede hacer justicia es ni más ni menos que… calidad.
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